La carta del padre de Pol, el menor autista grave tras saltar desde un balcón: "Estaba siempre solo"
El joven, con un grado leve de autismo, permanece ingresado tras intentar acabar con su vida a causa de burlas y risas que sufría en el instituto.
27 febrero, 2023 18:31“No quiero vivir en un mundo donde la mala gente es aplaudida y las personas sensibles, nobles y de buen corazón siempre tienen las de perder”. Fueron las palabras que escribió el joven Pol de su puño y letra justo antes de tomar la decisión de acabar con su vida. El menor, de tan solo 15 años y con un grado leve de autismo, saltó el pasado lunes al vacío desde el balcón de un cuarto piso de su vivienda ubicada en La Ràpita (Tarragona).
Una semana después y mientras que su hijo se recupera en el hospital, el padre de Pol ha querido contar la historia del pequeño a través de las redes sociales y relatar, a petición del propio joven, el martirio al que tenía que hacer frente cada día en el instituto. Tal y como detalla al inicio del escrito, se tratan de los días más duros en la vida de este matrimonio catalán.
"No sé por dónde empezar. Mi mujer y yo estamos pasando los peores días de nuestra vida. Nuestro hijo Pol, de 15 años, el lunes intentó irse de este mundo. Se lanzó del cuarto piso donde vivimos. Lo hago público por expresa voluntad de Pol", confesaba el progenitor. Y es que, aunque el padre ha asegurado que el pequeño no sufría “bullying directamente”, ha querido recalcar que existen muchas formas de hacer daño a las personas.
“Mira como se mueve” o “no se hace con nadie” son algunas de las frases a las que el joven tenía que hacer frente cada día por parte de sus compañeros. “Y así día tras día. Solo, completamente solo en la hora del patio, en la biblioteca, para no recibir burlas”, ha contado su padre a través de su perfil de Facebook.
Fueron precisamente esas burlas y risas las que llevaron a Pol el pasado lunes a querer acabar con su vida. Pero a pesar de haber caído desde una altura de 14 metros, Pol se recupera poco a poco en el hospital, donde permanece ingresado. Tal y como ha relatado su propio padre a través de la carta, el pequeño tiene los brazos, las piernas y dos costillas rotas, además de dos vértebras fracturadas.
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Sin embargo, y teniendo en cuenta el estado en el que se encuentra, ha sido el propio joven quien ha expresado a su padre su deseo de compartir lo ocurrido a través de las redes sociales para poder así denunciar lo que vive desde hace años.
“La recuperación será dura, pero Pol quiere ponerse bien para empezar una nueva vida y poder explicar su experiencia y concienciar a los adolescentes de que con su actitud pueden provocar estas situaciones”, sentenciaba el padre del joven.
Su madre, Julia Herrera, también se ha manifestado sobre lo ocurrido a través de las redes sociales. En su caso, se ha encargado de hacer públicas a través de su cuenta de Facebook las pintadas que han aparecido en la fachada del instituto del joven. Algunos de sus compañeros han dejado plasmadas en la pared algunas palabras de apoyo hacia sus compañeros. “Por Pol y por todos” o “Todos contra el bullying” son algunas frases que se han podido ver a lo largo del día en la fachada de la escuela.
Del mismo modo, la madre del joven ha confesado que varios medios de comunicación se han interesado por el caso, aunque el pequeño todavía no se encuentra con fuerzas para aparecer públicamente. Sin embargo, la necesidad de contar un relato como el suyo ha hecho que su propia madre no haya descartado la posibilidad de que el menor intervenga en un futuro para servir como ejemplo y concienciar a los agresores. “Vamos a llevarlo hasta el final”, confesaba la madre.
Segundo caso
El caso de Pol sale a la luz después de una semana marcada por la tragedia vivida en Sallent (Barcelona). Dos hermanas gemelas, de tan solo 12 años de edad, se arrojaron el pasado martes al vacío desde el balcón del tercer piso de su vivienda. Las dos pequeñas habían manifestado previamente a través de una carta su deseo de quitarse la vida a causa de los insultos y burlas que recibían en el instituto. Una de ellas, Alana, perdió la vida en el acto, mientras que la otra, Leila, se recupera en el hospital.
Las dos pequeñas expresaron por medio de su puño y letra y a través de un escrito los motivos las llevaron a tomar la decisión de intentar acabar con su vida. Una de ellas, Leila, aseguraba que no dejaría sola a su hermana Alana, que sufría acoso en el instituto tanto por su procedencia argentina como por su decisión de hacer la transición y cambiar de género.
Una versión que han corroborado algunos testigos y compañeros de escuela de las pequeñas. Algunas amigas de las pequeñas han confesado que las dos hermanas recibían insultos como "sudacas", además de las agresiones físicas que sufrían al empujarlas dentro de un círculo. De hecho, algunos familiares de las niñas también han confesado que los propios padres ya se habían cansado de acudir al colegio a pedir que pusieran punto final a los comportamientos de sus compañeros.