La hazaña de Patri Andrés, Mikel Isla e Inés Martínez, en el top 3 del MIR 2023: qué especialidad elegirán
El pasado lunes, el Ministerio de Sanidad publicó la lista de los aprobados de la prueba. Dos vascos y una catalana han logrado alcanzar las tres primeras posiciones.
17 febrero, 2023 02:26La noticia les pilló a cada uno de ellos en un lugar y una situación completamente distinta. Patricia hablaba con su novio por teléfono, Mikel comía en casa de su novia e Inés, con seis horas de diferencia con España, disfrutaba de sus vacaciones en Vietnam. Pero aunque la forma en la que se enteraron de su hazaña fue diferente en cada uno de sus casos, estos tres jóvenes compartieron el pasado lunes un mismo común denominador: convertirse en los tres aspirantes que han alcanzado los puestos más altos en la prueba del MIR 2023.
Este año, el 93% de los estudiantes que se presentaron el pasado 21 de enero al examen han logrado superar la prueba. De hecho, se trata del porcentaje más alto conseguido en la última década. Y todo ello en un momento en el que la demanda del aumento del número de médicos en los hospitales españoles se sitúa en el centro de la polémica. Pero a pesar de los resultados, no todos tendrán su plaza asegurada, sino sólo 8.550 aspirantes de los 10.792 que lograron superar la prueba.
Patricia, Mikel e Inés, además de los resultados obtenidos, comparten más cosas en común. La Medicina es su pasión, se consideran personas disciplinadas y durante los últimos siete meses se han visto envueltos en un exigente proceso de preparación para la prueba. Pero su rutina y constancia ha sido lo que realmente les ha llevado a alcanzar uno de los mayores deseos de cualquier estudiante de Medicina: poder elegir con total libertad la especialidad y el hospital donde disfrutarán de su plaza de residente.
Con 183 aciertos, 17 fallos y 116,9836 puntos totales, Patricia Andrés se convirtió el lunes en la nueva número 1 del MIR 2023 en España. "Creo que han salido las notas", le dijo su novio por teléfono. Y aunque en un principio no se creía que fuera posible – ya que todos esperaban que los resultados se publicaran el martes –, finalmente, decidió colgar la llamada y proceder a comprobar lo que, a día de hoy, le cuesta asimilar.
Su semana desde que saltó a la luz la noticia ha sido "una locura" entre entrevistas e intervenciones en los medios de comunicación. Algo a lo que todavía no se acostumbra pero que, asegura, forma parte de la experiencia. "Al final esto se acabará, pero es algo que te pasa una vez en la vida y con suerte. Estoy muy alegre, sobre todo por la gente de alrededor, que se ha alegrado muchísimo. Me han escrito profesores de la universidad, profesores de colegio, compañeros de clase, de mi colegio… Estoy súper contenta", asegura a EL ESPAÑOL.
Tiene 25 años y nació en Bilbao, aunque estudió durante seis la carrera de Medicina en la Universidad de Navarra. Del día del examen, aunque parezca mentira, guarda un buen recuerdo. Y es que lejos de que fuera una jornada llena de tensión y nervios, Patricia quiso darle una vuelta y disfrutar de la experiencia del MIR de una forma diferente. Se levantó por la mañana, se fue a visitar Oviedo junto a su amiga y, después, acudieron a la prueba. Allí se hizo amiga de las dos compañeras que se sentaban a su lado, a las que no dudó en animar.
"Yo les decía que había que estar tranquilas y que había que disfrutarlo. El año pasado habían quedado plazas libres y yo ya tenía mis teorías. Me decían que lo íbamos a petar. Yo intenté pasármelo bien", asegura.
Nunca llegó a pensar que se convertiría en la número 1 del MIR 2023, aunque pudo respirar tranquila desde los días posteriores al examen. "Había metido la plantilla en las academias, que te dan esa posibilidad, y cuando lo hice me saltó la primera. Luego iban bailando, iba la segunda, la tercera o la quinta, pero yo ya estaba tranquila porque esos números eran una pasada".
En su caso lo tiene claro y elegirá Dermatología. Y es que no borra de su mente un servicio de rotación en la Unidad de Enfermedades Infecciosas justo antes del Covid que le hizo finalmente inclinarse por dicha especialidad. "Me han ido convenciendo y solo doy gracias de no haberla descubierto antes. Si llego a haberla descubierto en serio antes de hacer el MIR, probablemente no estaría ahora aquí hablando contigo porque hubiera ido con mucha más presión sabiendo que solo quería Dermatología", cuenta.
Y no solo tiene clara la especialidad, sino también el destino. Tras haber vivido durante seis años en Pamplona y haberse desplazado a Oviedo para preparar el examen, la joven bilbaína tiene ganas de regresar a la ciudad que le vio nacer, junto a su familia.
Mikel, el segundo
Su proceso de preparación fue muy parecido al del resto de aspirantes que se presentaron a la prueba. Pero aunque todos partían de la misma base y habían centrado sus últimos siete meses en la misma rutina de estudio, lo cierto es que los resultados de Mikel han destacado muy por encima del resto. Con 181 aciertos, 19 fallos y 115,3006 puntos, este bilbaíno consiguió colarse el pasado lunes en el ‘Top 3’ de la lista de aprobados logrando el segundo puesto.
En ese momento se encontraba en casa de su novia, con la que disfrutaba de lo que parecía que iba a ser una comida más de su día a día. Pero el aviso de sus compañeros sobre la publicación de las notas convirtió el mediodía del lunes en uno de los más especiales de la vida de estos dos jóvenes. “Lo miramos los dos y estábamos muy contentos. Hablamos con la familia, les llamamos y poco más. Luego seguimos comiendo y casi no hemos tenido tiempo ni de aterrizar todavía”, asegura.
Lo dice en una conversación con EL ESPAÑOL, donde en mitad de la entrevista es interrumpido por un señor que le da la enhorabuena. “Muchas gracias. Madre mía…”, exclama. Tras realizar el examen un sábado, Mikel decidió disfrutar del domingo con total tranquilidad y no fue hasta el lunes cuando introdujo la plantilla en la plataforma proporcionada por las academias.
“Lo metí en dos páginas y en las dos me estimaban entre los 100 primeros. Algunas en el rango más alto y otras en el rango más bajo. A medida que fueron saliendo las respuestas oficiales del Ministerio y las impugnaciones fui subiendo y ya la última estimación se aproximaba bastante a lo que ha sido ahora”, asegura.
Y es que si una cosa caracteriza a este joven nacido en Bilbao, además de su constancia, es que a veces se considera "un poco maniático". Una característica de su personalidad que hizo que el día del examen fuera uno cualquiera para él. "En los simulacros siempre comía lo mismo, tomaba el mismo café, la misma cantidad, escuchaba las mismas canciones… Fue un día más, no hubo muchos cambios", confiesa.
Su rutina fue la misma que la del resto de aspirantes: entre 8 y 12 horas de estudio diario de lunes a sábado. Eso sí, dejando el domingo para el tiempo libre. En su caso, el día libre lo aprovechaba para pasar la mañana junto a su pareja y, por la tarde, disfrutar de uno de sus mayores hobbies: el rock alternativo. "Tengo un grupo con unos amigos y la mayoría de las tardes las he pasado con ellos".
Estudió Medicina en la Universidad del País Vasco y, aunque guarda un buen recuerdo de su experiencia, la realidad es que las horas de estudio necesarias para sacar adelante las asignaturas le obligó muchas veces a rechazar los planes que le proponían sus amigos. "Han tenido mucha paciencia conmigo. Después de que te digan que no muchas veces hay que tener paciencia para seguir proponiendo", asegura.
Y aunque no tuvo muy claro qué estudiar y fue, paradójicamente, su buena relación con un profesor de Biología en el instituto lo que le llevó a decantarse por las Ciencias de la Salud, finalmente, acabó eligiendo Medicina tras los consejos de su padre, médico de profesión. Ahora, tras haber alcanzado la segunda posición en las listas de aprobados del MIR, tampoco tiene claro qué especialidad elegirá. “Estoy entre Cardiología, Rayos, Anestesia y Medicina Interna. Lo que sí que tengo claro es que me voy a quedar aquí en Bilbao, aunque no sé en qué hospital”, concluye.
Inés, la tercera
Tras los siete meses de preparación y los nervios del examen, si una cosa tenía clara Inés es que disfrutaría de unas merecidas vacaciones entre los meses de enero y febrero. Y de hecho fue, nada más y nada menos, que desde Vietnam, su destino vacacional, donde se enteró de su tercer puesto en la lista de aprobados del MIR 2023.
"Yo estaba intentando entrar en la página, pero como aquí la conexión es un desastre pues no podía entrar. Me empezaron a entrar felicitaciones de compañeros, pero yo no sabía qué pasaba y me lo acabaron diciendo. Fue muy especial porque me enteré por amigos. Muy bien, luego ya al rato vi la lista y muy bien. Muy emocionante", confiesa.
Y es que, aunque sabía que la publicación de las notas le pillaría a más de 10.000 kilómetros de su casa, en Barcelona, no había nada que Internet no pudiera solucionar. Terminó el examen el pasado día 21 de enero con mucha incertidumbre, pero tras introducir la plantilla en la plataforma que le proporcionó su academia pudo respirar tranquila. "Me salió un número bastante bueno y pensé que habría ido bien y que podría escoger. Pero creérmelo de verdad, hasta que no lo vi, no me hice a la idea", asegura.
Para ella, el deporte fue su salvoconducto durante los meses de preparación. De hecho, a pesar del tiempo que invertía cada día para estudiar, Inés no quiso perderse el pasado mes de septiembre una maratón que ansiaba correr desde hace tiempo. “Mantener el deporte yo creo que me fue muy bien porque como fue una válvula de escape para el estrés y para mi salud mental me fue muy bien”, cuenta en conversación con este periódico. Pero aún así, nadie le quitó las diez horas de media de estudio diarias. Una rutina que ella decidió seguir desde la biblioteca y rodeada de sus compañeros, como si fuera una jornada laboral.
Como el resto de aspirantes, los domingos se convirtieron en sus días sagrados. Las comidas familiares, los planes con amigos, las excursiones a la montaña y las barbacoas eran algunas de las actividades de las que más disfrutó durante el último día de cada semana.
Y aunque afrontó el examen con incertidumbre, ese día consiguió descansar bien y acudir a la prueba menos nerviosa de lo que ella misma esperaba. “No pensaba nada más, ni en el agobio ni nada. Solo que me estaban preguntando una cosa y que tenía que contestar y ya está. Salí después pensando que no sabía que habría pasado, no me acordaba de nada. Tanto tiempo preparándolo y ya estaba hecho”, asegura.
Al igual que muchos otros aspirantes, su pasión por la Medicina le viene de familia. Su madre y su padre son médicos y ella, desde pequeña, tenía claro a lo que se quería dedicar. Pero a pesar de ello, el gustillo que cogió a la Física durante su etapa en Bachillerato hizo que se matriculara en un primer momento en el Grado en Ingeniería Biomédica. Y aunque en un principio le gustaba, finalmente se dio cuenta de cuál era su verdadera vocación. “Me gustaban mucho los números, pero me gustaba mucho más la parte humana de la persona. Y al final a los tres o cuatro meses decidí cambiarme”.
Ahora, a pesar de haber quedado tercera, no tiene claro qué especialidad elegirá. Duda entre Cardiología y Neurología. Y aunque tiene preferencia por quedarse en Barcelona, donde ha estudiado y vivido durante toda su vida, la realidad es que la decisión dependerá también de lo que haga su pareja. “Tengo que mirar los hospitales, mi pareja está mirando el Doctorado y tenemos que ver dónde nos colocamos”, concluye.