Juan Varela regenta dos colchonerías en Pontevedra. El gallego lleva toda una vida entre colchones, pero nunca le habían hecho un encargo tan especial como el que le solicitaron en primavera del año pasado. Le habían pedido cosas raras, eso sí, pero nunca nada que le hiciera sentir tan orgulloso: un colchón para Jorge Mario Bergoglio, es decir, el papa Francisco I.
"Es un negocio familiar en el que llevamos muchos años", dice en conversación con EL ESPAÑOL. Desde el año 2000, su empresa está incrustada en la franquicia Bed's con dos tiendas, una en la calle Tarragona, 4, y otra en la Rúa Martín Echegaray, 30.
Deja claro que no llamó el Papa en persona para encargarle el colchón, sino que lo hizo una emisaria suya desde la República Democrática del Congo. Lo hizo a través de su hermana, que lleva 25 años en el país, más concretamente en Kinshasa, la capital.
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"Una compañera suya está en la nunciatura apostólica en el Congo y le encarga todo el tema logístico y de hospedaje para esos días", cuenta Varela. A partir de ahí, se fragua todo: "Me llaman desde allí. Yo ya le había vendido en su momento un par de colchones anteriormente y los que tienen estaban ya demasiado viejos".
El colchón para el Papa debía tener unas condiciones específicas: aguantar muy bien el calor, tener firmeza. "Nos pidieron un colchón específico, con un alto grado de firmeza, y buscamos un colchón que tratara debidamente las altas tempertaruas y la humedad, ya que en Kishasa, la humedad relativa es muy alta".
Varela buscó lo que mejor se amoldara a este cliente tan especial, porque además "para cualquier persona mayor el tema del descanso es fundamental". Su objetivo no era otro que "intentar ayudar".
Un viaje suspenso
Lo más complicado de todo no fue encontrar el colchón para el santo Sumo Pontífice, Juan Varela parecía tener claro cuál sería el elegido desde el principio. Lo complicado fue llevar en tiempo récord un colchón desde Pontevedra hasta la República Democrática del Congo.
El propio Juan Varela lo cuenta a EL ESPAÑOL. "La dificultad no fue vender el colchón, sino llevarlo. Había cierta prisa y era enviar un colchón suelto. Porque generalmente se puede enviar un contenedor, pero son cosas más grandes. Se trata de un país muy pobre en el que la mayoría de cosas son de importación".
El empresario gallego tuvo que contactar con una empresa que trasladó el colchón por carretera hasta Amberes (Bélgica). Una vez allí, tanto el colchón como otros enseres que aún quedaban por enviar viajaron en avión hasta el Congo para llegar antes de la visita del santo Sumo Pontífice, que debía darse del 2 al 7 de julio del pasado año.
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Sin embargo, por mucha premura que se dio el empresario gallego, el Papa no llegó a dormir entonces en su colchón. El encargo se realizó para la visita que el Papa debía hacer en julio a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, pero sus problemas en la rodilla provocaron que se suspendiera. El portavoz vaticano Matteo Bruni comunicó que, "aceptando la petición de los médicos, y para no anular los resultados de las terapias de rodilla aún en curso, el Santo Padre con pesar se ve obligado a aplazar el Viaje Apostólico".
Al final, la visita se llevó a cabo la pasada semana. En concreto, Francisco I aterrizó en el aeropuerto internacional de N'djili, en Kishasa, el pasado martes 31 de enero. En territorio congoleño estuvo cuatro días, hasta que llegó el momento de partir hacia Sudán del Sur. En el Congo, el Sumo Pontífice tuvo cuatro días de diálogo y pidió el fin de la explotación de África.
Encargos extraños
Ya se sabe que al que madruga, Dios le ayuda. Francisco I, según le comentaron a Juan, "se levanta a las 4 de la mañana". "Su rutina diaria empieza a las 4 y media, reza dos horas y luego a funcionar", dice Varela, que entre bromas espera que "lo poco que haya dormido haya dormido bien (risas). A ver si conseguimos que estuviese a gusto el tiempo que estuvo".
Tal y como reseña Varela, el colchón vendido al Sumo Pontífice es el modelo Máxima de Bultex, del grupo Pikolin. Este colchón varía su precio dependiendo de las medidas. El de 105x190, por ejemplo, tiene un precio de 710 euros. "Esperamos que los clientes vengan ansiosos a por el colchón del Papa", dice Juan Varela.
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Sobre si le encargaron más enseres, como almohadas y demás, Varela apunta que no. No sabe si Francisco I utiliza almohada o prescinde de ella durante sus noches de descanso.
"El encargo más extraño no sé, pero sí lógicamente el más... (risas). No el más extraño o rocambolesco, pero sí del que me siento más orgulloso. La verdad no creo que le venda un colchón a nadie más importante que al Papa, la verdad".
Tal y como se refiere al principio, este no es el encargo más extraño que le han realizado al empresario gallego. Y es que, claro, en una colchonería puede pasar de todo y en la empresa de Varela confía mucha gente: lo mismo le encargan un colchón para el Papa que tiene que ir a tomar medidas para vender un colchón redondo.