Adiós al sueño de William, el Trinitario que iba para ingeniero: una banda lo mató a tiros en Villaverde

Todo apuntaba a que sería un domingo cualquiera en Madrid. Hacía frío, noche cerrada, y el cielo se cubría de nubes anunciando la lluvia que caería durante la mañana del lunes. William disfrutaba precisamente de eso, de un domingo más. Se encontraba descansando en el interior de su vivienda. De hecho, así se lo manifestó a su abuelo Ramón en varias ocasiones. Alto y claro: estaba de vacaciones. Al asomarse a la ventana observó a sus amigos sentados en el parque de enfrente de su casa, ubicada en el número 4 de la Calle Angosta, en Villaverde. Con las mismas, preguntó a su madre si podía ir con ellos y, tras su aceptación, decidió bajar. Lo que no sabía William, de tan solo 15 años, es que apenas media hora más tarde perdería la vida en el acto a causa de dos disparos mortales. 

Bajó al parque y se sentó con sus amigos en las típicas mesas de tablero de ajedrez que todavía quedan en algunos puntos de la ciudad. De repente, y sin mediar palabra, tres individuos salieron de la parte trasera de unos contenedores situados en los laterales de la plaza y efectuaron varios disparos. Tres de ellos impactaron en el pecho del amigo al que acompañaba William, un joven de 21 años y residente de Fuenlabrada que, por el momento, permanece ingresado en estado grave en el Hospital 12 de Octubre. Peor suerte corrió William. Dos disparos mortales, uno en la cara y otro en el pecho, acabaron con su vida en el acto. 

EL ESPAÑOL ha hablado con Ramón, el abuelo de la víctima. Recuerda a su nieto como un joven tranquilo, que nunca se metía en líos y al que le gustaban las típicas cosas con las que disfrutan los jóvenes de su edad: jugar al fútbol, al baloncesto y a la consola. “Muchos días venía con sus amigos a casa y se pasaban la tarde ahí jugando”, confiesa. Estudiaba Bachillerato en un instituto del distrito de Villaverde y su sueño, tal y como asegura su abuelo, era ser ingeniero. “Siempre le decía a su mamá que iba a ser ingeniero para llevar dinero a casa”, añade. 

William, el joven de 15 años asesinado en Villaverde.

El agresor disparó a bocajarro a William y huyó de inmediato. Fueron los propios vecinos de la zona quienes alertaron a los familiares del joven de lo ocurrido. Tras bajar a la plazoleta donde ocurrió todo, presenciaron, en primera persona, los dos cuerpos tendidos en el suelo. Su abuelo, que había estado con él esa misma tarde, fue uno de los primeros en llegar al lugar. Tal y como ha contado a este periódico, cuando llegó a la escena del crimen pensó que los dos ya estaban muertos. “A él uno de los disparos le dio en la cara, aquí al lado del ojo. Al amigo yo le vi boca abajo con los tres disparos que le habían salido por la espalda. El padre (de William) estuvo con él mientras llegaban los médicos. Él decía que se movía, pero yo creo que ya estaba muerto”, comenta. 

El joven, nacido en España, residía en el barrio de Villaverde junto a su familia, que había llegado desde República Dominicana hacía 18 años. Al ser preguntado por el motivo que les llevó a abandonar su país, el abuelo de la familia asegura que se debió a la búsqueda de oportunidades. En la actualidad, la madre de William trabajaba como ama de casa y su padre se dedicaba al mundo de la construcción. Quizá fuera eso lo que llevó a William a repetir en varias ocasiones su deseo de ser ingeniero.

[Un joven de 15 años muerto y otro de 21 herido grave tras ser tiroteados en Villaverde (Madrid)]

Por el portal de su casa entra y sale gente durante toda la mañana del lunes. En el interior de la vivienda aguarda la madre del joven, completamente destrozada. Su abuelo, a pesar del dolor, prefiere atender a los medios en la puerta. Y su hermano Franklin, de 27 años, tampoco se lo cree. Le recuerdan como el niño de la “sonrisa eterna”. Así le define una señora, vecina del edificio, que asegura que conoce al joven desde que nació. “Era un chico normal, muy educado. Siempre que te veía te decía “buenos días”. Yo es que no me lo creo”, confiesa. 

A pocos metros del portal, en la plaza. una pequeña esquina techada se convierte en un velatorio completamente improvisado. Decenas de jóvenes – la mayoría menores de edad – aprovechaban uno de los días no lectivos del Puente de la Constitución para dar el último adiós a su amigo. Vestidos de negro y con lágrimas en los ojos fueron depositando velas y fotografías del fallecido a modo de homenaje.

Muchos prefieren no hablar con la prensa, aunque repiten de forma constante la misma frase entre lágrimas: “William era muy bueno”. “Él no estaba metido en nada de bandas. Todo lo que están diciendo es mentira. Se lo han llevado porque este mundo es demasiado malo para una persona tan buena”, expresa una de sus amigas. 

Varios amigos depositan velas y fotografías de William en su memoria. D.M

Tras depositar las fotografías y velas, los jóvenes — algunos en compañía de sus padres — guardan varios minutos de silencio en honor a su amigo. La madre de uno de ellos enuncia en alto un pequeño discurso: “William era un niño súper bueno y mira cómo nos lo han quitado. Tengan cuidado, por favor. Recojanse pronto a casa. Vigilen con quien se juntan. No se junten con todo el mundo, por favor”.

La misma mujer también incide en la nobleza del joven. "Mira, la mayoría de los amigos que han venido son niñas. No era el típico niño que siempre estaba con niños y en líos. Mira todas las niñas que hay", cuenta.

Ajuste entre bandas

Las primeras informaciones proporcionadas por la Delegación del Gobierno en Madrid adelantan que el caso podría tratarse de un nuevo incidente entre bandas juveniles. De hecho, todo apunta a que el joven William podría pertenecer a la banda de los Trinitarios y los agresores a los Dominican Don’t Play. Una teoría que niegan rotundamente amigos y familiares, que han reiterado en varias ocasiones la imposibilidad de que el menor pudiera pertenecer a uno de estos grupos. 

La Policía Nacional busca ahora al agresor, que se dio a la fuga corriendo hasta llegar a la boca de Metro de Villaverde Alto. Las cámaras de seguridad de la zona y las estaciones cercanas podrían ser la clave para encontrar al autor de los disparos. Según los testigos, se trata de un joven de origen sudamericano, de 1,60 metros de altura y que iba vestido con una chaqueta azul, una mascarilla y una gorra roja.

Además del trabajo que se está realizando desde la Brigada de Información y Homicidios, este lunes está previsto que se celebre una reunión entre el comisario de Usera-Villaverde y el director de seguridad ciudadana de esos distritos para incrementar la presencia policial en la zona. Algo que, tal y como aseguran los vecinos, se debe potenciar más. “Todos estáis preguntando qué nos parece el barrio. Pues el barrio está muy mal, que vamos a decir”, añade una señora de mediana edad. 

Parque donde se efectuaron los disparos. D.M

Hasta ahora, uno de los puntos importantes de la investigación es el ‘modus operandi’ de las bandas. La descripción del presunto agresor podría indicar que se trata de un menor de edad y serían estos menores los encargados de realizar el “trabajo sucio” de las bandas. Por otro lado, la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González, ha destacado la inusualidad del arma utilizada: un arma de fuego. 

"Más refuerzo de policías es prácticamente imposible. Estamos hablando de 500 policías nacionales dedicados a ellos. Estamos hablando de una noche muy fría en la que se produce algo absolutamente incontrolable, que no puede preverse. Es un plan preventivo, con 110.000 identificados y una cifras que nos han permitido evitar muchas tragedias y de hechos como estos se resuelven los casos muy rápidamente", ha añadido. 

En caso de confirmarse que se tratara de una venganza entre bandas juveniles, tal y como ha adelantado la propia Mercedes González, sería el quinto homicidio de estas características en lo que va de año.