Miércoles de un día cualquiera de noviembre. En realidad, es un día diferente: hoy juega la España de Luis Enrique. El partido es a las 17 horas y el reloj se acerca peligrosamente a las 14 horas. Tengo que hacerme de comer y quiero ver el Alemania-Japón, del mismo grupo que nuestra Selección. Además, a ver qué hacen los alemanes, que pretenden no amilanarse ante las amenazas de la FIFA. Suena el teléfono y mi jefe tiene la solución para que me dé tiempo a todo: "Prueba las nuevas hamburguesas de Dabiz Muñoz".
Hubiera preferido hacerme yo la comida, pero no me queda más remedio que cumplir con mi deber. A ver qué tiene en el menú mundialista de GoXo, que ha sacado una oferta especial y exclusiva en su restaurante de 'delivery' ("de comida casera imaginativa") del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Sólo se puede pedir a través de la aplicación de Glovo. Me meto en la aplicación con los colores de Brasil, clara favorita en Qatar por tener bastante potencial en su conjunto.
Busco el restaurante que me han pedido. Llego al lugar rápido, fácil, con apenas cuatro toques. Con tal táctica, pienso en cómo échare de menos a Italia en este Mundial. Miro qué me puede ofrecer GoXo. Se puede pedir lo más vendido, el Goxo World Pack y a la carta. Como aún no ha empezado el Alemania-Japón, me decido a echarle un ojo, pero en realidad solo tengo un objetivo: el Goxo World Pack.
Una vez aquí tengo dos opciones: el Pack Festival XO o el Pack Mundial XO. El primero es para seis personas y tiene un precio de 225 euros. ¿Este menú es para Messi y Cristiano? El segundo es para dos personas y tiene un coste de 60 euros. Ahí jugamos nosotros.
El Pack Festival XO contiene 6 cheeseburger de 180 gramos de carne de buey madurada a los 3 quesos con panceta asada 48 horas y lacada con BB de jalapaños, 6 raciones de patatas fritas, 3 cajas de Pollo Frito Goxo y un costillar entero con 6 tortillas de maíz.
El Pack Mundial XO es más asequible, si sois dos y no seis, como éramos en este caso. El plato principal aquí es el mismo: 6 cheeseburger de 180 gramos de carne de buey madurada a los 3 quesos con panceta asada 48 horas y lacada con barbacoa de jalapaños. Viene acompañado, además, con 2 raciones de patatas fritas y una caja de Pollo Frito Goxo.
Pido el menú para dos personas. Mientras tanto, Alemania y Japón están a punto de saltar al terreno de juego. Decepción con Neuer, que finalmente no porta el brazalete arcoíris en favor de los derechos LGTBI. ¿Lleva un arcoíris en las botas? Bueno, es su opinión. Los germanos se tapan la boca en señal de protesta. El árbitro va a mirarle el brazalete, no vaya a ser que tenga que sacarle amarilla por orden de la Fifa. A ver si empieza a rodar la pelota y llega la comida, porque el bochorno es tremendo.
Alemania marca el primero cuando llaman al telefonillo. Todo tal y como estaba planeado. Al menos, por el momento. Llegan las bolsas. ¿Son dos? Una trae una sorpresa: rubita, fresquita... son dos Estrella Damm. Nada mal, pero por el precio podrían haber preguntado, que servidor prefería un jerez oloroso para maridar la carne.
Abrimos las cajas y nos encontramos con un producto bien presentado. Una foto para la historia de Instagram y a disfrutar la comida. El partido, por cierto, va por el descanso y gana el equipo entrenado por Hansi Flick.
Lo primero que probamos es el pollo. Tengo una buena amiga en Jerez que quiere probarlo y ha insistido varias veces. Este pollo frito hipercrujiente fórmula secreta XO tiene un coste de 14,95 euros. Está muy conseguido, es cierto. Están bien fritos por fuera, el rebozado está crujiente y es poco grasiento. Todo correcto, pero no olvidemos que son seis piezas de pollo frito.
Lo peor son las patatas, sin duda alguna. Dejan hasta dudas de si son congeladas o no. Están buenas, pero hay muchos restaurantes que tienen patatas fritas mejores por un precio inferior en el menú. Como si te pones a tocar la pelota en el centro del campo y no tiras a puerta. Que habrás dominado el partido, pero tampoco sirve de mucho. Primera decepción. Por cierto, en la televisión empata Japón el partido contra Alemania.
Hemos dejado la hamburguesa para lo último, que para eso es la estrella de nuestro partido. El primer bocado es brutal. La hemos pedido al punto del chef y está perfecta. Por dentro queda poco hecha, pero no hay rastro de sangre, para aquellos que estén preocupados por si no está hecha. Además, se puede elegir muy hecha, para aquellos a los que no les guste la carne en el punto del chef.
El sabor de la hamburguesa es espectacular, como ganar 7-0 en tu debut mundialista. Dulzona, nada grasienta, con gran sabor, mucha intensidad y rapidez al engullir. El pan también es consistente y tiene un buen sabor. Todas las líneas están bien plantadas en el campo. Por cierto, volviendo al fútbol, ha marcado Japón el segundo.
La sorpresa de la jornada, sin duda alguna, está en el televisor, porque la hamburguesa ha cumplido con lo que se esperaba de ella. Se necesita tener buen estómago para terminar con todo, porque los últimos bocados se hacen un pelín pesados, como digerir una derrota ante Japón, si no eres de comer abundante.
Pregunto a mis compañeras de piso su valoración tras el partido. "Toques demasiado dulces. Está muy buena, pero tampoco espectacular", dice Lorena. Bea apunta: "Está buena, pero no vale 30 euros por persona el menú. Me he comido otras mucho mejores".
Llevan razón: lo peor de todo y el pero de la hamburguesa es el precio: 60 euros quieras o no quieras. Hay que pagarlo por la marca, como seguramente cobrarán más los alemanes que los japoneses, a pesar de que en el campo la cosa esté mucho más igualada. Aquí se paga más el chef (Dabiz Muñoz) que cualquier otra cosa. Y que el terreno de juego fuese GoXo. Si usted tiene 60 euros, gásteselos y disfrute del Mundial, que la vida es corta y cualquier día nos gana Japón y nos manda para casa.