La intervención de liposucción de María José, natural de Caravaca de la Cruz (Murcia) estaba programada para un domingo a las 11 de la mañana, y a su hija, que la acompañó, le pareció todo tan rudimentario que se puso a hacer fotos a las instalaciones, sin saber que posteriormente serían de enorme utilidad. Era el 17 de noviembre de 2019, y la clínica era Liposculptor, en la calle Gran Vía de Murcia. Era una de los cuatro establecimientos que María Eva Álvarez Carreño había ido abriendo desde 2010 tanto en Caravaca de la Cruz (Murcia) como en la capital de la región, donde tuvo lugar la intervención que casi le cuesta la vida a María José.
La mujer, que al día siguiente de ser intervenida ya acudió a Urgencias, acabó finalmente en la UCI del hospital Morales Meseguer, víctima de un shock séptico, y entró en coma. Sus familiares hasta se despidieron de ella. En la UCI estuvo ingresada un mes. Requirió diez intervenciones quirúrgicas y numerosos injertos de piel en los muslos, y ha quedado con secuelas de por vida, según la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. Ha perdido "sustancia amplia en miembros inferiores" y está parcialmente impedida a nivel motor.
La clínica Liposculptor en la en la que operaron a María José no tenía licencia ni tampoco tenía quirófano. Sólo podía acoger cirugía menor ambulatoria, no una operación con anestesia general. Aunque eso se sabría después, cuando la Inspección Sanitaria decretó su cierre mediante un acta.
Antes de operarla "no consta que se realizara historia clínica, ni consta consentimiento informado previo a la intervención", según el escrito de acusación presentado por el abogado de la víctima, Juan Rigabert. A la falsa cirujana y a la falsa enfermera se les ha abierto un juicio oral por un delito de lesiones por imprudencia grave e intrusismo profesional. La acusación particular pide 4 años de cárcel para cada una, además de una indemnización de 155.620 euros. La Fiscalía reclama para la falsa cirujana tres años de cárcel por presuntos delitos de lesiones por imprudencia grave e intrusismo profesional, y para su hija, una multa.
Sin licencia
En cuanto a María Eva, la propietaria de la clínica que no tenía licencia, su andadura comenzó con un centro de estética y cuidado de la salud en Plaza Huerto de los Frailes de su pueblo, Caravaca de la Cruz. En 2013 abrió el segundo en Cehegín, ampliando los servicios a academia de formación de profesionales. Más tarde, Liposculptor se expandió a Murcia capital, con dos clínicas de cirugía estética. Una, en la que operaron a María José, y otra, en mayo de 2018, en el Centro Comercial Nueva Condomina. Hoy las dos están cerradas. En la actualidad Eva se dedica prioritariamente a explotar el salón de celebraciones que era propiedad de su padre.
Por su exitosa trayectoria profesional con sus clínicas, el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz le otorgó en marzo de 2019 a María Eva Álvarez, la gerente de Liposculptor y del Instituto de Rejuvenecimiento y Estética, el galardón de empresaria del año. De su exitosa trayectoria, que comenzó en 2010, se dijo entonces que contaba "con un variado equipo" compuesto por "unos 25 profesionales, desde personal médico a expertos en tratamientos de estética o deporte".
Nueve meses después de aquel premio, María José, de unos cuarenta años de edad, se tendió en la camilla de una de sus clínicas y en la misma camilla le hizo una liposucción Érika Yanet Carrero, una doctora venezolana. La asistió en la intervención su hija Franyerika en calidad de enfermera, quien también tenía la titulación sin homologar, y por tanto, ni ella ni su madre podían ejercer en España. Trabajaban contratadas por obra y servicio, como autónomas extranjeras. Tan autónomas, que Érika operó llevando su propio instrumental.
La jueza del Juzdado de Instrucción número 6 de Murcia, Raquel Lacunza, ha abierto juicio oral contra Maria Eva Álvarez Carreño como responsable civil subsidiaria, contra el Instituto de Rejuvenecimiento y Estética SLU, la Clínica Lipoescultor, Érika Carrero, su hija Franyerika y la aseguradora WR Berkley Europe. También ha ordenado que acusados o el responsable civil directo o subsidiario depositen una fianza de 255.000 euros para asegurar las responsabilidades pecuniarias en caso de resultar condenadas
"A sus anchas"
Afirma Juan Rigabert que la suma ha sido depositada en el juzgado por la aseguradora. "Pero la aseguradora acabará reclamándoselos a Maria Eva, porque la clínica no podía realizar operaciones". Según el abogado, al enterarse de que una de sus pacientes estaba en la UCI, Eva denunció a Érika y a Franyerika "como si la hubieran estafado, como si la hubieran engañado con la falta de titulación". Sin embargo, no ha podido evitar del todo que el caso la salpique: su clínica no tenía licencia.
¿Y la cirujana Erika y su hija Franyerika? Desde 2019 a hoy, han homologado sus titulaciones, y han quedado en libertad sin fianza. El abogado de la víctima, Juan Rigabert, asegura que ambas tienen "diligencias previas por otros hechos similares ocurridos en Barcelona", y siguen "campando a sus anchas".
El pasado mes de septiembre el Boletín Oficial del Registro Mercantil daba cuenta de la constitución como sociedad limitada de EC Servicios de Estética Avanzada. Se trata del nuevo establecimiento que ha abierto Érika Carreño -y de ahí las iniciales E.C. en el registro mercantil- en el barrio de Espinardo, también en Murcia. Su actividad principal, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) es la de 'Peluquería y otros tratamientos de Estética'. Érika, la doctora que operó a María José y casi la lleva a la muerte, es socia y administradora única. Comenzó a funcionar en marzo de 2022.