Spiriman y su amigo Javier, que ahora maneja sus centros contra el cáncer.

Spiriman y su amigo Javier, que ahora maneja sus centros contra el cáncer.

Reportajes

Javier toma el relevo en los centros oncológicos gratis de Spiriman: así ayuda a luchar contra el cáncer

Tras el fallecimiento de Jesús Candel el pasado 14 de octubre, su amigo y compañero Javier Cánovas se quedará al mando de la Fundación UAPO. EL ESPAÑOL ha hablado con él. 

12 noviembre, 2022 02:40

"¿Por qué un deportista de élite tiene a su alcance un médico, un fisioterapeuta, un preparador físico y un nutricionista, y por qué un paciente oncológico que lucha por la medalla más valiosa que hay, que es la vida, no tiene a su servicio este tipo de herramientas?"

Se conocieron hace 22 años en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada. Tras una larga trayectoria profesional dedicada al ámbito deportivo, Javier se decantó por hacer un doctorado, al igual que Jesús Candel, que por aquel entonces era el único médico de la facultad que había decidido sumergirse en esta área. Su principal objetivo era promocionar el deporte del Spiribol, el origen del apodo 'Spiriman', por el que años después todo el mundo le reconocería. “El único que se le acercó para ofrecerle un centro donde poder promocionar su deporte fui yo. Y allí empezó nuestra amistad”, cuenta Javier a EL ESPAÑOL. 

Desde aquel día, estos dos andaluces se convirtieron en uña y carne. Tal y como cuenta Javier, en estos años han querido “montar de todo”. Sin embargo, por circunstancias de la vida, durante el verano del año 2020 a Jesús le diagnosticaron un cáncer de pulmón en estadio 4. “Jesús me dijo que se moría, que le daban tres meses de vida”, explica. Por ello, y sin dudarlo ni un segundo, Javier comenzó a adentrarse en el mundo del ejercicio en el cáncer. “Empecé a estudiar y vi la evidencia científica que había”, añade. 

Mientras España aún se encontraba a la cola en lo que a estudios e implantación de este tipo de tratamientos se refiere, países como Estados Unidos, Canadá o Australia ya habían comenzado a incorporar técnicas basadas en la gestión del estrés, del ejercicio físico y la nutrición para tratar a pacientes oncológicos. “Y decidimos traerlo a aquí creando una fundación donde los pacientes pudiesen tratarse de manera gratuita”. Se trata de la Fundación UAPO y los centros de la Unidad de Apoyo a Pacientes Oncológicos que estos dos amigos pusieron en marcha y que, ahora, tras la muerte de Jesús, liderará Javier. 

Javier Cánovas junto a Jesús, ambos sentados en un sofá.

Javier Cánovas junto a Jesús, ambos sentados en un sofá. Cedida

Candel falleció el pasado 14 de octubre a los 46 años de edad a causa del cáncer de pulmón que padecía. En junio de 2021, Candel sufrió una recaída tras anunciar cuatro meses antes que había superado la enfermedad. “Tenía un cáncer muy agresivo, metástasis ósea, metástasis renal y estadio 4, que es un estadio muy avanzado. En los últimos meses la evolución de la enfermedad fue rapidísima”, cuenta Javier. 

Tras su fallecimiento, será él quien coja las riendas de la fundación. Un cometido que, tal y como confiesa, no afronta con miedo, ya que siempre ha ejercido como director de la organización. “Para mí esto no es nuevo, aunque sí echo en falta su mano derecha. Gracias a Dios, tengo un equipo detrás. Jesús me dio libertad para formarlo y me veo muy preparado. Miedo ninguno. Positivismo y ganas de seguir creciendo y de que la gente sea consciente de la falta que hacen este tipo de unidades”, cuenta a este periódico.

[Así es el centro de Spiriman para atender gratis a enfermos de cáncer: yoga, ejercicio...]

Las semanas tras la muerte de Jesús no están siendo nada fáciles en la fundación. Con "mucho ajetreo", define Javier los días posteriores al fallecimiento. Además de su actividad rutinaria en los centros de la UAPO, la fundación debe hacer frente a nuevos cambios tras el adiós de 'Spiriman'. Entre otras cosas, quién ocupará la presidencia de la organización. En este caso, será su padre, Pascual Candel, quien lo haga. 

La trayectoria de Javier

Javier es licenciado en Educación Física. Se define a sí mismo como un “loco del deporte” que roza incluso los niveles de “obsesión”. Su trayectoria profesional siempre ha estado vinculada al ámbito deportivo y, durante muchos años, al fútbol. Comenzó en las categorías base, después fue preparador físico del Atlético de Madrid y, posteriormente, dio el salto a la primera división japonesa fichando por el Avispa Fukuoka.

Un año después regresó al Atlético de Madrid y, al poco tiempo, logró una plaza de profesor de Educación Física en la Universidad de Granada, donde compaginaba su labor de docente con su trabajo en el Granada C.F. 

“A partir de ahí empecé a dedicarme al entrenamiento personal en Cuerpos de Seguridad del Estado, pero pronto me di cuenta de la necesidad que había de que la sociedad pudiera acceder al deporte como medida terapéutica”, añade. Por ello, creó su propio centro de entrenamiento personal y, después, volvió a dar el salto a la universidad, donde conoció a Jesús. 

Javier junto a Jesús.

Javier junto a Jesús. Cedida

— ¿Cómo definiría a Jesús?

— Jesús era un tsunami. Yo siempre lo he dicho, era como un caballo desbocado que había que cogerle las riendas y encaminarlo. Tuvo unos años que arrasaba por donde iba. Era un tío tan peculiar y tan característico que vivir con él era una anécdota continua. Es verdad que en las formas, bueno, cada uno tiene sus formas. Él reivindicaba lo que él creía. A veces había melones para unos, melones para otros, pero él tenía unos principios muy básicos que era ayudar a los demás. 

Durante muchos meses le ofreció que se fuera con él. “Vente conmigo que la vamos a liar”, le prometía. Pero las responsabilidades económicas y familiares siempre echaban atrás a Javier. “Por desgracia, mi madre falleció hace dos años del mismo cáncer que Jesús y me vi en la obligación moral y social de dejarlo todo y apostar por esta unidad, que a día de hoy está dando sus frutos. No me lo pensé. Él lo necesitaba y por nuestra amistad y por la obligación moral que tenía, y por mi madre, yo tenía que apostar todo por los pacientes oncológicos”, explica. 

“Prohibido rendirse” es la frase que siempre se decían el uno al otro. Aunque se considera más “miedica” que Jesús, Javier reconoce que aprendió de ‘Spiriman’ que cuando crees en algo y tienes fe, hay que luchar por ello. Siempre se han encontrado con obstáculos, sobre todo en sus inicios. La UAPO únicamente se financia a través de donaciones particulares.

Pacientes de la UAPO realizando entrenamientos.

Pacientes de la UAPO realizando entrenamientos. Cedida

“No tenemos ayuda institucional, política, ni de ningún tipo. Y hemos levantado un gran proyecto. Confiando en él, porque yo soy muy amigo de mis amigos y muy fiel a mis principios, nos juntamos, empezamos los dos solos y hoy en día en Granada ya somos 18. Gente que estamos trabajando por un bien que es ayudar al paciente oncológico”. 

Sanidad Pública 

Además de por su positividad en redes sociales durante su lucha contra la enfermedad, Jesús fue conocido por convertirse en todo un referente de las protestas sanitarias en Andalucía, donde formó parte de las Mareas Blancas contra la unificación hospitalaria de Granada. “Solo te voy a hacer una pregunta: ¿Qué hubiera pasado durante la pandemia si en Granada hubiese habido solo un hospital? Imagínate, hubiese sido una masacre”, explica. 

—¿Qué importancia a nivel social tuvo la parte más reivindicativa de Jesús?

Jesús tenía sus formas, pero creía en sus formas. Su lucha constante era ayudar a los demás. Jesús tenía un problema y es que solo se le conocía por las redes sociales. En una distancia cercana Jesús era un crack, un genio. Tenía ideas que no se le podían ocurrir a nadie. No tenía pelos en la lengua y eso le trajo muchos problemas. Él ha tenido situaciones muy violentas. Han amenazado a su familia, ha tenido pintadas… Son temas ya que cualquier persona hubiese perdido los papeles, y todo por defender un derecho de todos los granadinos, que era tener dos hospitales. Jesús Candel era Jesús Candel y no hay otro. Es inigualable. Como persona, como amigo, como padre y como una persona que reinvidica los derechos de todo el mundo. 

Sus últimos días 

El diagnóstico de Jesús era claro y todos a su alrededor lo conocían. “Por desgracia, sabíamos que la esperanza de vida de Jesús tenía fecha de caducidad”, explica Javier. Por ello, nunca miraron al futuro, sino que siempre tenían en mente el presente. Aun estando en el hospital viviendo sus últimos días, Jesús no podía quitarse de la cabeza su fundación. 

Javier junto a Jesús después de un entrenamiento.

Javier junto a Jesús después de un entrenamiento. Cedida

“En sus últimos días él seguía preguntándome por los pacientes de la UAPO, si teníamos dinero para pagar los tratamientos, si teníamos dinero para pagar al personal… Jesús vivía el presente. En ningún momento nos planteamos su fallecimiento. La mañana antes de su fallecimiento me regañaba porque yo estaba con él, me decía que me fuera al centro”, explica su amigo. Javier le define como un “tío muy fuerte” que luchó hasta el último segundo. De hecho, Javier no puede quitarse de la cabeza una anécdota que ocurrió justo antes de la muerte de 'Spiriman'. "Estaba ya sedado, le costaba hablar, pero se decía a él mismo: “Jesús aguanta, Jesús aguanta. Venga, lucha no te rindas”. 

En su cabeza, siempre tuvo clara la misma idea. Por un lado estaba el ‘Spiriman’ y por otro lado estaba Jesús Candel. Ha sido esa filosofía la que durante años ha llevado a la Fundación UAPO a lo más alto. “Hemos abierto en Madrid, en Málaga y donaciones no nos faltan. Las empresas están llamando a la puerta”, explica Javier. Por ello, desde la organización animan a la sociedad a visitar estos centros y observen la realidad que se vive día a día. “La gente que done tanto en material como a nivel económico, que vengan y vean lo que estamos haciendo y dónde va destinado su dinero. Nosotros no escondemos nada, somos una fundación”. 

Las donaciones llegan tanto de particulares como de empresas, como de personas ajenas a la fundación o de los propios pacientes a los que atienden. La procedencia del dinero es muy variada: desde Miami hasta El Ejido. “Hace poco una chica vino desde Miami y pidió a su pareja como viaje de novios visitar el UAPO de Granada. La chica todos los meses nos ingresa 300 euros y no es paciente oncológica. Hoy ha venido una chica de El Ejido, que es fisioterapeuta, que su madre es paciente oncológica y ha venido con un sobre con 1.000 euros. Son donaciones que nos llenan de energía y vitalidad. Mi equipo y yo estamos con una fuerza y una motivación increíble”, añade. 

Entrenamiento en la UAPO.

Entrenamiento en la UAPO. Cedida

El futuro 

Aunque tiene claro que él no es Jesús Candel ni tampoco ‘Spiriman’, Javier continuará ejerciendo su labor como director general de la UAPO. Eso sí, ahora más visible que nunca. “En ningún momento voy a poder igualarle. Intentaré hacerlo lo mejor posible, hacer la tarea que se me ha encomendado y seguir creciendo”, añade. 

Entre los retos y expectativas de futuro, la fundación tiene un objetivo claro: que todas las provincias españolas tengan una Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico. La última en conseguirlo ha sido Madrid, que gracias a la ayuda de empresa Mistral y su director Alberto Sanz, ha conseguido la concesión de una instalación deportiva en Colmenar Viejo para convertirla en un centro de la UAPO. “Nos han cedido la parte de instalaciones y material y la UAPO se encarga de contratar a los profesionales con los donativos de los madrileños”, concluye.

Un suma y sigue constante condicionado por una promesa que estos dos amigos se hicieron un día. Jesús lucharía con la enfermedad hasta el último segundo y Javier lucharía a muerte por la UAPO.