El futuro ya está aquí. La robótica, esa rama de la tecnología que diseña máquinas capaces de reproducir comportamientos y acciones humanas, empieza a atravesarlo todo. Los robots, por tanto, también pueden realizar dichos comportamientos o acciones más básicas del ser humano. Eso es algo que han comprendido hace tiempo Eduardo Uriarte y el resto del equipo de Goggo Network, la empresa pionera en España en poner en marcha un ejército de robots autónomos para repartir pedidos a domicilio.
Así, en Alcobendas, un municipio al norte de Madrid, varios robots de Goggo Network han comenzado este martes a recorrer las calles para llevar a los consumidores de Dia o de Telepizza lo que pidan a través de la aplicación. Ambas compañías compaginarán los repartidores de carne y hueso con los robots repartidores en un proyecto piloto que aspira a alcanzar las cotas más altas. A cambiar la movilidad autónoma de España para siempre.
Y buena parte de la culpa de que los robots empiecen a rodar por dos kilómetros cuadrados de las calles de Alcobendas la tiene Eduardo Uriarte (Madrid, 1987), un ingeniero industrial que persigue, junto a Goggo Network, causar una auténtica revolución en el sector de la movilidad autónoma. Él es el responsable de Expansión y Tecnología de la compañía desde 2020 y, por tanto, el responsable de que los robots repartidores de Alcobendas y de que las 80 unidades que se desplegarán en Zaragoza en los próximos meses funcionen a la perfección. Como un reloj suizo.
Pero él confía plenamente en los 20 compañeros de Goggo Network con los que trabaja en España, Francia o Alemania. “Ahora esperamos que los consumidores acepten bien los robots y entiendan bien cómo funcionan”, confiesa a EL ESPAÑOL mientras pasea por las calles de Alcobendas. Y es que este ingeniero industrial licenciado en 2010 en Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE es un romántico de la robótica y por ello quiso poner toda la carne en el asador desde que comenzó su andadura en la empresa en 2020.
“Antes, me dediqué a trabajar durante varios años en el sector energético y también creé en Estados Unidos una empresa de drones para llevar a personas. Hasta conseguimos financiación de la NASA. Luego ya me cambié a una empresa de movilidad en Nueva York antes de volver a España”, cuenta Uriarte a este periódico. Claramente, los conocimientos que ha ido cosechando aquí y allá han ido en la línea de desarrollar, junto al resto del equipo de Goggo Network, la creación de los robots repartidores.
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–¿Cómo surgió la idea de crear robots de paquetería?
–La idea surgió a partir de dos cosas. Por un lado, a partir de tener el conocimiento de la tecnología y de comprender que la tecnología autónoma es más sencilla a bajas velocidades llevando paquetes que a altas velocidades llevando personas. Y, por otro lado, por una necesidad de mercado en la que nos dimos cuenta de que la logística de última milla estaba creciendo muchísimo y se estaba volviendo insostenible, ya que los costes de reparto, ahora mismo, son completamente prohibitivos. Por ello, empresas como Dia o Telepizza, están buscando formas de hacer esos servicios de una manera más eficiente, económica y sostenible.
Paseando con un robot
Pero el proyecto no quedó en una idea. Bajó desde ese mundo platónico hasta hacerse una realidad plausible en forma de caja con ruedas. Así son los robots de Goggo Network, de diferentes tamaños, pero con la misma forma. Todos son una suerte de prismas rectangulares con cuatro ruedas a los que se les abre la parte superior tanto para depositar los paquetes como para recogerlos.
Y EL ESPAÑOL ha sido testigo de cómo operan estos peculiares aparatos. Durante la presentación de este martes, celebrada en Centro de Empresas de Alcobendas, Sara Nicolás, responsable Institucional de Goggo Network, ha hecho un pedido a través de su teléfono móvil, cuyo número, como siempre, se tiene que vincular a la aplicación. Como ocurre con cualquier app de envío a domicilio. Y ahí ha empezado la magia del futuro.
El robot, obediente, abandonó la sala y se trasladó hasta el supermercado de Dia más cercano. Pero durante el trayecto, esta peculiar caja automática con ruedas debía superar varios obstáculos. Para empezar, el robot ha buscado las rampas por las que puede circular, ya que, de momento, aún no tiene la capacidad subir o bajar escalones. Y, también, ha cruzado dos pasos de peatones.
Pero el robot ya sabía por dónde debía circular y por dónde no podía hacerlo. ¿Cómo? “Hemos hecho un mapeado de un área de dos kilómetros cuadrados”, ha contado Uriarte, por lo que estos robots repartidores reconocen las calles que hay dentro del mapa para poder circular. De hecho, los robots sólo podrán repartir dentro de esta área la localidad madrileña. De momento, es un proyecto piloto que se encuentra en fase de prueba.
Sea como fuere, el robot inició su andadura perseguido por una horda de periodistas, cámaras y fotógrafos intrigados por el aparato. Pero él, como buena máquina, permaneció incólume pues su único objetivo era llegar al almacén del supermercado Dia del número 25 de la avenida del Doctor Severo Ochoa. Allí le esperaban los trabajadores de Dia con el pedido listo: galletas y café.
El robot se ha detenido ante los trabajadores y ellos, usando una tecnología a la que tienen acceso exclusivo, abrieron el compartimento de la caja con ruedas para depositar la compra. Así, el aparato sabiendo que llevaba el pedido en su interior inició su camino de vuelta, hasta Sara, para llevarle lo que había pedido.
Cuando llegó nuevamente, ella, usando la aplicación, le pidió al robot que se abriera para poder recoger el pedido. Sólo podía hacerlo a través de la aplicación por ser la consumidora final. Ninguna otra persona podría abrir el robot a no ser que se emplee la fuerza y/o métodos ilegales.
Goggo, prevenido
Pero lo que todos se preguntaban es qué pasaría si el robot de Goggo Network provocaba cualquier tipo de accidente o si era asaltado. “Para ello, tenemos seguros de responsabilidad civil de daños y robos”, ha explicado la empresa durante la presentación. Es algo que Eduardo Uriarte y la empresa fundada en 2018 por los emprendedores Martin Varsavsky y Yasmine Fage ya ha dejado atado. No quieren cabos sueltos.
Prueba de ello es que de 2019 a 2021, Goggo Network ha estado trabajando “en regulación a nivel europeo y a nivel nacional” para que no haya escollos. Eso ha permitido que este último año la entidad se haya “centrado más en logística de última milla con esta tecnología autónoma”, ha explicado Uriarte a este diario.
–Eduardo, aparte del proyecto con los robots repartidores, ¿a qué se dedica esta empresa?
–La tesis detrás de la empresa es que la movilidad autónoma es una realidad. Y lo que nosotros vemos desde Goggo Network es que necesita coger forma en Europa, para ponerla a la cabeza de la movilidad frente a otros países como Estado Unidos o China, que han invertido muchísimo. Europa, quizá, se estaba quedando atrás. Por ello se creó Goggo Network, para traer tecnología y nueva movilidad a Europa y para ayudar a regular estas nuevas tecnologías en el continente.
Ligado a esto, la palabra Network es importante porque nosotros creemos que una vez estén circulando los vehículos de movilidad autónoma no van a trabajar de forma independiente, sino que van a trabajar en una red eficaz de vehículos que mueva personas y que mueva mercancías. Todo, eso sí, en un sistema perfectamente integrado dentro de una red.
–Es decir, esto es la piedra angular de un proyecto más ambicioso…
–Efectivamente, empezamos con pequeños robots de paquetería y la idea es moverse a furgonetas autónomas de paquetería, que creo que podrán ver la luz a finales de 2023, y luego ya empezar con vehículos más grandes que transporten personas. Todo ello, como te decía, integrado en una red perfectamente sostenible de vehículos 100% eléctricos.
Eduardo Uriarte dixit. La empresa en la que trabaja, la que da cobertura desde este martes a los robots repartidores, no quiere quedarse ahí. De ahí que Goggo Network siga apostando fuerte por cambiar la movilidad de los países en los que opera, entre los que se encuentra España. De momento, ya sabe, cuando haga su pedido sepa que ya no sólo se lo pueden traer los repartidores habituales, sino también los robots. Todo ello gracias a la obra de, entre otros, el ingeniero madrileño.