Samantha mató con el coche a un matrimonio y su bebé: dejó 2 huérfanos con lesiones de por vida
El Español accede en exclusiva al informe técnico de la Guardia Civil sobre el accidente de tráfico más grave ocurrido en la Región de Murcia este año.
12 octubre, 2022 02:49Al pequeño Houssam, de 9 años, le gustaba jugar al baloncesto, pero jamás podrá volver a correr para meter una canasta por una lesión medular que le ha postrado en una silla de ruedas. Su hermano, Hamza, de 12 años, es futbolero, aficionado al FC Barcelona, pero no será capaz de ser el mismo con la pelota en los pies por la sección de un nervio que le ha dejado cojo. Estos dos niños han perdido su infancia y la oportunidad de labrarse un porvenir con sus facultades físicas plenas, por culpa de un siniestro vial, ocurrido el 6 de marzo, en la Autopista del Mediterráneo, donde murieron sus padres y su hermana: una bebé de solo trece meses.
"Esto es muy duro", resume su tío, Tayeb, responsable de la custodia de los dos menores. "Mis sobrinos son como mis hijos para mí". Y así será para el resto de su vida, debido al accidente de tráfico más grave que ha ocurrido en la Región de Murcia este año. EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva al informe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil que concluye que la noche del 6 de marzo se produjo un "homicidio por imprudencia", cuando un Renault Megane donde viajaban tres adolescentes que volvían a casa tras tomar unas cervezas, embistió por detrás al Seat Ibiza de los padres de Houssam, Hamza y su hermana pequeña.
Las vidas de los ocupantes de esos dos turismos cambiaron para siempre en el kilómetro 786 de la Autopista del Mediterráneo, en una noche cerrada y lluviosa. Este es el prólogo de la causa que asume el Juzgado de Instrucción número 4 de San Javier, en la que Samantha, una veinteañera al volante de un Renault Megane, deberá responder por las muertes de un matrimonio y su bebé, así como por las lesiones graves de Houssam y Hamza: dos niños que quedaron huérfanos después de que el Seat Ibiza de esta familia marroquí terminase hecho un acordeón por una colisión brutal.
Aquel domingo 6 de marzo, Samantha, junto a sus dos amigos, Santiago y Noelia, se fueron en coche a un bar de Lo Pagán después de haber compartido una litrona. La conductora del Renault Megane se bebió un par de tercios de cerveza en el local de esta localidad costera, hasta que los tres adolescentes decidieron que era el momento de regresar a sus respectivos domicilios en Torre Pacheco. Para ello debían recorrer 25 kilómetros del tramo Vera-Crevillente de la AP-7: Samantha, se puso al volante, Santiago, se sentó en el asiento del copiloto, y Noelia, en la parte de atrás, totalmente despreocupada, sin abrocharse el cinturón de seguridad.
Por el mismo tramo de la AP-7, a las diez y veinticinco de la noche, también circulaba un Seat Ibiza, conducido por Abderrahim: un jornalero agrícola que regresaba a su domicilio en El Algar, acompañado de su mujer, la bella Hayat, sus dos hijos, y su bebé, recostada en un sistema de retención infantil homologado. Esta familia marroquí había disfrutado de una cena en casa de unos familiares en Santiago de la Ribera. Tan solo les separaban 23 kilómetros de su hogar al que se dirigían para descansar, antes de afrontar una nueva semana de colegio y de duro trabajo en el campo.
[La cena más trágica de Abderrahim: murieron él, su mujer y su hija tras ser embestidos por un coche]
El informe técnico de la Agrupación de Tráfico que obra en poder de EL ESPAÑOL evidencia la enorme labor que supone reconstruir un accidente: olvídese de los investigadores de la serie CSI porque eso es ficción. Los guardias civiles analizaron sobre el terreno, al milímetro, y durante días, cada factor que pudo influir en este siniestro vial: el estado de conservación del asfalto, las condiciones atmosféricas y de visibilidad que había esa noche en la AP-7, la calidad del dibujo de los neumáticos de los coches implicados, el nivel de rigidez de los cinturones de los ocupantes de cada vehículo, la posición de los reposacabezas…
La reconstrucción del accidente elaborada por la Guardia Civil señala a Samantha (Ecuador, 2001) como supuesta responsable del siniestro vial y no achaca "ninguna" infracción al difunto Abderrahim (Marruecos, 1979). "Acción de la conductora del Renault Megane: La conductora se encuentra en el carril derecho de la carretera, siguiendo trayectoria recta, sin realizar maniobra evasiva, ni ningún tipo de acción, colisiona por alcance con la parte trasera central del Seat Ibiza (...)".
"No es hasta el momento en el que colisiona con la parte trasera del Seat Ibiza, cuando acciona el pedal de freno", según insiste el informe. "Circula varios metros su Renault Megane unido al Seat Ibiza contra el que colisiona". De hecho, el turismo de la familia marroquí se convirtió en un amasijo de hierros que salió despedido varios metros, girando sobre sí mismo, hasta que se detuvo sobre el asfalto, después de que el coche de Samantha actuase como una especie de ariete, a la vista de que fruto del impacto perdió la "totalidad de la parte frontal del vehículo".
"En el siniestro vial analizado, el evento crítico es el momento en el que la conductora del Renault Megane, visualiza por primera vez el Seat Ibiza, circulando delante de ella, en el mismo carril de circulación. A juicio del instructor, [el evento crítico] se produce justo en el momento de la colisión, ya que según la declaración de la conductora no percibe la presencia del vehículo hasta el mismo momento del impacto".
La radiografía que hace la Agrupación de Tráfico sobre el accidente incluye hasta un croquis para recrear las posiciones que tenían en la autopista los dos coches implicados. "Posición de percepción real, definida esta como el momento y lugar en el cual el conductor o peatón, percibió por primera vez el peligro o a la situación anormal. En referencia a la conducta del vehículo Renault Megane: no existe [Posición de percepción real]".
El informe del siniestro sitúa a Samantha como presunta responsable de tres delitos de homicidio por imprudencia, castigados cada uno con penas de cárcel de 1 a 4 años, así como dos delitos de lesiones. "Causas del siniestro vial: Conducción desatenta o distraída, por parte de la conductora del vehículo Renault Megane. Velocidad inadecuada por parte de la conductora del Renault Megane".
Del material gráfico sobre la colisión se desprende que los tres adolescentes solo sufrieron "heridas leves" por un milagro divino. No cabe otra explicación porque no saltó el airbag de Samantha y Noelia no llevaba puesto el cinturón de seguridad: literalmente se meó en su asiento asustada por la violencia del impacto. Por último, el copiloto, Brian, iba durmiendo. "Me he despertado en el momento del accidente", tal y como afirmó a los agentes este joven, de 22 años.
El cinturón no les protegió
La peor parte del siniestro se la llevaron los ocupantes del Seat Ibiza. Prácticamente, murieron al instante: Abderrahim El Mazouzi, de 43 años, su esposa, Hayat (Marruecos, 1987), y su bebé, Anfal (España, 2021). Ni el cinturón de seguridad ni la silleta infantil les protegió de la colisión. Valga como ejemplo que la pequeña sufrió lesiones mortales en la cabeza y en extremidades inferiores. Houssam y Hamza acabaron estrujados contra los asientos delanteros, rodeados por los cadáveres de sus familiares, mientras el conductor de otro coche se detenía en la AP-7 para reclamar una ambulancia.
"Se tiraron tres semanas llorando cuando les contamos que sus padres habían fallecido y les estuvo viendo un psicólogo", resume Tayeb, tío de los niños, y que se ha convertido en su tutor por un accidente de tráfico, ocurrido a solo unos minutos del hogar familiar que Abderrahim y Hayat formaron en El Algar. "Su padre estuvo diez años en el Campo de Cartagena, separado de su mujer y sus dos niños: trabajó mucho de jornalero agrícola para lograr la reagrupación familiar".
Abderrahim logró traer a su esposa de Marruecos hace dos años y en ese rencuentro nació Anfal. El cabeza de familia se deslomaba para dar un porvenir a sus tres hijos, justo lo que han perdido tras un siniestro vial que les ha causado graves secuelas físicas y que evidencia la importancia de los sistemas de seguridad de un vehículo. En el Seat no saltaron los airbags delanteros ni lateral derecho, según la Guardia Civil. Además, "no disponía de sistema de protección infantil para el menor Houssam, el cual viajaba en el asiento trasero derecho, si bien hacía uso de cojín elevador".
Houssam en aquel momento tenía 8 años, se colocó en un asiento elevador infantil y se abrochó el cinturón de seguridad, pero sufrió una lesión medular a raíz de la fuerza del impacto del Renault Megane. "Siempre me dice que ha tenido más mala suerte que su hermano en el accidente", apunta su tío con mucha pena. "Ha sufrido dos operaciones y ha permanecido dos meses ingresado en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y otros dos meses en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo".
Ya no hay carreras por el parque, ni baloncesto, y los chequeos médicos apenas le permiten acudir al colegio. Se pasa el día tumbado en la cama o en el sillón, jugando con un móvil. Las visitas de sus amigos son las únicas alegrías para este niño, de 9 años, condenado a una silla de ruedas. "Ahora ha vuelto a Toledo a una revisión: le acompaña mi hija", apunta este currante del sector agrario y padre de cinco hijos, los cuales están arrimando el hombro para sacar adelante a sus primos, Houssam y Hamza.
"Mis tres hijos mayores me ayudan con las visitas al médico y aportan dinero porque trabajan". No queda otra para afrontar una dura rutina diaria, marcada por la penitencia hospitalaria que sufren estos dos niños. Hamza, de 12 años, padece una axonotmesis a raíz del accidente de tráfico: una lesión de un nervio de la pierna izquierda que le impide tener movilidad en su tobillo. "Cojea mucho cuando camina y tiene que ir tres días a la semana a hacer rehabilitación", según detalla Tayeb.
El tiempo que pasa en la consulta y los viajes al Hospital Virgen del Rosell de Cartagena le quitan tiempo para estudiar. Aunque ahora lo importante para su familia es que recupere la confianza y el tono muscular para ver si le quitan la prótesis de la pierna por la que el fútbol ha dejado de ser el deporte rey para Hamza: "Tiene miedo al apoyar el pie para caminar".
La versión de Samantha
A buen seguro que un miedo mayor sintió Samantha, cuando un agente se le acercó aquella trágica noche del 6 de marzo para interrogarla sobre la dantesca escena que la Guardia Civil se encontró en la Autopista del Mediterráneo: "Entrevistada con la conductora, presenta un ataque de ansiedad, impidiendo la realización de las pruebas de detención [de alcohol y drogas] en aire espirado y toma de muestra salival".
Esta ecuatoriana, de 20 años, tuvo que ser sometida a un análisis de sangre en el Hospital Los Arcos de San Javier. "Arroja tasa de alcohol en sangre de 0,29 gramos por litro, no constituyen infracción administrativa, si bien, la extracción sanguínea se realiza a las 00:47 horas, del día 7 de marzo, habiendo transcurrido dos horas y cuarenta y siete minutos desde el siniestro vial", tal y como puntualizaron los agentes, justo antes de tomar declaración a la adolescente en el centro hospitalario.
- Guardia Civil: ¿Ha bebido alcohol o ha consumido algún tipo de droga antes de iniciar el viaje?
- Samantha: Me tomé dos tercios de cerveza en un bar de Lo Pagán y anteriormente compartí con mis amigos un litro de cerveza, pero de eso hacía mucho tiempo. No consumo ningún tipo de sustancia.
- ¿Había cenado algo?
- No.
- ¿Tomaba medicación?
- No.
- ¿Recuerda algo del accidente?
- Iba circulando en sentido a Cartagena. He adelantado a un vehículo por la izquierda y al incorporarme al carril derecho me ha sorprendido un coche contra el que he colisionado [el Seat Ibiza de la familia marroquí].
No me ha dado tiempo a reaccionar y cuando he frenado ha sido tras el primer impacto. Después del accidente, nos hemos quedado los tres ocupantes dentro del coche, hasta que hemos empezado a reaccionar, ya que mi amigo [Brian], al principio, no reaccionaba ni hablaba. Luego han venido las ambulancias y gente preguntando.
- ¿A qué velocidad circulaba?
- A unos 120 o 125 kilómetros por hora.
- ¿En qué momento vio el coche por primera vez?
- Cuando adelanté a otro vehículo, me lo encontré directamente.
- ¿Usted hacía uso del alumbrado y recuerda si el otro vehículo también lo usaba?
- Sí, yo llevaba puestas las luces de corto alcance. Pero del otro coche no lo recuerdo.
- ¿Observó algo anómalo en la conducción del Seat Ibiza?
- Creo que debía ir muy despacio.
El informe del siniestro revela que la palanca de cambios del Renault Megane se quedó "enganchada" en quinta velocidad y en el asfalto no hallaron restos de frenada. De modo que se ha solicitado una prueba adicional para determinar si Samantha rebasó el límite de la AP-7, de 120 kilómetros por hora, y si Abderrahim circulaba con su Seat a una velocidad anormalmente reducida: "Para esclarecer la velocidad llevada en el momento del siniestro vial, se ha solicitado estudio al Equipo de Especialistas en Reconstrucción de Accidentes del Sector de Tráfico de Murcia".
Neumáticos desgastados
De momento, del análisis pericial del turismo de la joven ecuatoriana se desprende otro factor que juega en su contra: el estado de los neumáticos. Los agentes califican su nivel de conservación como una "condición" del coche que "ha provocado que un evento o secuencia de ellos se hayan producido de la manera descrita por este informe". Así lo expone la Guardia Civil: "Vehículo Renault Megane: Neumáticos traseros lisos, por debajo de la marca de desgaste".
El estado de conservación de las ruedas delanteras era "regular" y el de las traseras "malo". A lo que se sumó el tiempo que reinaba esa noche: la carretera estaba "mojada" y su asfalto dejaba que desear. "Factores atmosféricos: Lluvia intensa en el momento del siniestro vial. Visibilidad: mala, condicionada por la lluvia intensa caída en el momento del siniestro, así como horario nocturno. Luminosidad: noche cerrada, sin iluminación artificial. Estado de conservación del firme: Regular, los áridos se encuentran ligeramente desgastados y presenta pequeñas grietas (...)".
Manuel López, abogado que ejerce la acusación particular de los dos niños marroquíes que quedaron huérfanos y bajo la tutela de su tío, Tayeb, considera que de las diligencias instruidas hasta ahora contra la conductora investigada, Samantha B. F. V., de 20 años, "se desprende una conducta grave y que es constitutiva de forma palmaria de tres delitos de homicidio, por imprudencia al volante, y dos delitos de lesiones graves". Todo ello, sin olvidar el importe de las indemnizaciones por responsabilidad civil y reparación del daño moral que pueden sumar fuertes sumas de dinero.
"Las cifras económicas no están concretadas, pero serán para cubrir las necesidades de los dos menores, aunque no hay que olvidar que ninguna cantidad de dinero les devolverá a sus padres y el futuro que ya no podrán tener por haber perdido calidad de vida".