Llega el verano, el calor y sobre todo la sed a los cuerpos. Por eso, qué mejor momento para analizar el agua, este elemento de fundamental importancia no sólo para la supervivencia del ser humano, sino de cualquier otro ser vivo existente. En estas fechas beber agua es algo primordial para sobrevivir a esta ola de calor. Pero, ¿qué es mejor: hidratarse con agua embotellada o del grifo?
Mantener el cuerpo hidratado es básico para tener una buena salud y que el organismo funcione correctamente. Y es que, según la ciencia, el cuerpo humano contiene entre un 60 y un 70% de agua. Eso demuestra que no se podría vivir sin consumir este líquido vital; sería imposible. En España, afortunadamente, la práctica totalidad de los hogares (99,5%) cuentan con un sistema que hace llegar el líquido hasta los grifos.
Pero en muchos casos —bien por incapacidad en su consumo, bien por preferencia—, los consumidores eligen recurrir al agua embotellada. Diferentes marcas aseguran tener "el mejor agua del mundo". Pero, ¿hasta qué punto eso es cierto? Varios expertos brindan a EL ESPAÑOL consejos para encontrar un buen agua de grifo, así como los lugares donde emanan las aguas minerales.
¿Agua mineral o del grifo?
Este medio ha contactado con Mar Luna Villacañas, directora de la Escuela Europea de Cata y analista sensorial, para que proporcione algunas claves sobre las aguas minerales naturales.
Lo primero que ha querido dejar claro la experta es que el agua de grifo es un producto que ha pasado un proceso. "No todas las ciudades tienen el mismo agua pero sí todas son tratadas, por lo tanto, llevan cloro", comenta. Mar asegura que, independientemente de que el agua del grifo sea mucho más económica, las aguas naturales son más sanas ya que no llevan ningún tratamiento. "Se podría decir que el agua mineral es más limpia. No quiere decir que el agua de grifo sea mala, son productos distintos", puntualiza Mar.
La experta no duda en hablar sobre el agua del manantial Teleno, su agua de "confianza", cuyo residuo seco es de 28 miligramos por litro. "La verdad que es un agua muy equilibrada, me compensa ya que es de baja mineralidad pero no de las que menos", admite.
Según explica Mar, no todas las aguas minerales son iguales, ya que cada una tiene su porcentaje de mineralización. "Lo más apropiado es comprobar la analítica de cada etiquetado", explica. "Las aguas minerales más duras tienen más sales minerales y están muy bien para consumirlas, por ejemplo, después de hacer deporte. Sin embargo, serían menos indicadas para una persona que tenga cálculos en los riñones o para preparar un biberón a un bebé", indica la analista Mar.
Por su parte, en la otra cara de la moneda, el Presidente de la Asociación Española De Abastecimientos De Agua Y Saneamiento, Fernando Morcillo, confiesa ser partidario de consumir agua del grifo. "El agua embotellada es un tema de modas y fenómenos culturales, es algo prescindible. Poco a poco están consiguiendo que se desprecie el agua de grifo, y eso no puede pasar", comenta. Del mismo modo, Fernando ha querido echar un cable a las marcas de agua mineral. "No hay que poner en mal lugar a este tipo de agua, simplemente son diferentes, cada una tiene sus propiedades y características", añade.
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En cualquier caso, la calidad dependerá de una serie de condiciones, como la ciudad, la fuente de abastecimiento, los procesos seguidos para hacerla potable, la climatología o, incluso, las instalaciones que se usan. Por lo tanto, la calidad del agua no es constante.
Según cuenta Fernando Morcillo, normalmente, el agua pasa una serie de tratamientos para poder hacerla apta para el consumo. Para ello, se emplean un conjunto de operaciones físicas, químicas y biológicas, que se utilizan para eliminar la contaminación del agua. Este tipo de agua suele tener elementos de contaminación química, biológica e incluso natural. Para evitarlo, se le aplica unos procesos de eliminación de contaminación tanto orgánica como inorgánica.
El último estudio sobre el agua de grifo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) señala a Burgos, San Sebastián y Las Palmas como las regiones con mejor agua de España, debido a la baja mineralización, poca cal y pocas partículas contaminantes. Por el contrario, las ciudades con peor agua son Ciudad Real, Palma de Mallorca, Logroño, Barcelona y Huelva.
La escasa presencia de fuentes en la vía pública provoca que en muchas ocasiones se terminen comprando botellas de agua, algo que para algunos puede ser de lo más común. Pero para otros puede resultar un desafío por diferentes motivos.
Normalmente, no suele suponer un problema; es más, en estas fechas la demanda de agua suele aumentar hasta un 80%, llegando incluso a ser el producto más vendido en algunos supermercados. En muchas regiones del país, el agua embotellada o, por lo menos, filtrada, se ha convertido en un elemento esencial en los hogares.
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Así, según los datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en su último Informe del Consumo de Alimentación en España, de 2019, cada ciudadano consumió de media en España 61,02 litros de agua embotellada. Además, este producto está en el cuarto puesto de los artículos más comprados, incluso por delante de la carne.
Para poder analizar más a fondo, EL ESPAÑOL ha escogido 4 marcas de agua embotelladas.
Solán de Cabras
En primer lugar, el agua mineral natural de Solán de Cabras, que pertenece a la empresa española Mahou San Miguel, se caracteriza por tener un agua de mineralización muy débil, con un residuo seco de 278 mg/l (cantidad total de sales y materia orgánica que contienen las aguas superficiales).
Nace en la Serranía de Cuenca, en concreto en Ortigosa del Monte y en el manantial Siete Valles río Cambrones de Trescasas. Y aunque en muchas ocasiones nos hemos alarmado por la posible sequía en estas zonas naturales, tan solo se envasa de manera respetuosa un 2% del caudal, con el objetivo de seguir cuidando de esta fuente de vida única. Según los datos recogidos por Statista, fue elegida por 5,8 millones de usuarios en 2019.
Lanjarón
Otra de las marcas de agua muy conocidas, es Lanjarón, perteneciente a la empresa Danone, tiene un residuo seco de 131 mg/l. Como su nombre indica, viene del manantial Salud en Lanjarón, en el macizo de Sierra Nevada, de la provincia de Granada, uno de los pueblos más característicos de Andalucía, llamado 'Ciudad Balneario'. El nombre se lo debe, claramente, al agua ya que su manantial es uno de los mejor valorados.
Esta, según el portal de consumo Statista, fue elegida en 2019 por 6,8 millones de consumidores.
Fuenteliviana
Hablando de agua embotellada, conviene nombrar Fuenteliviana. Tiene un residuo seco de 251 mg/l y 0,8 mg/l de sodio. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, esta es la mejor agua embotellada en cuanto a a calidad entre más de 100 marcas comercializadas en España puestas bajo análisis. El agua mineral Fuenteliviana nace a 1.300 metros de altitud en el corazón de la Serranía de Cuenca.
El manantial se encuentra en Huerta del Marquesado, un entorno natural con una geología y un ecosistema en magnífico estado de conservación formado por un gran bosque de pinos, quejigos y encinas.
Bezoya
Este producto, elegido en 2019, según Statista, por 9,5 millones de usuarios, viene de Segovia, de los manantiales Bezoya Trescasas de Trescasas y Bezoya de Ortigosa del Monte.
Bezoya, de Grupo Calidad Pascual, es un agua de mineralización muy débil y con un residuo seco muy bajo (28 mg/l). Y es que, uno de sus principales valores es que está indicada para dietas pobres en sodio y para la preparación de alimentos infantiles.