A Miguel Ángel se le entrecorta la voz cuando habla de su padre. “No es fácil”, afirma al otro lado del teléfono. Ayer mismo le dio sepultura a su padre, José Antonio González Paredes, el barrendero que murió en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid tras sufrir un golpe de calor mientras trabajaba en el barrio de Puente de Vallecas.
El suceso ocurrió alrededor de las 17.30 horas del pasado viernes, cuando los servicios de Emergencia recibieron una llamada de un testigo que alertaba sobre un hombre que se había desplomado en la calle. El equipo de Samur acudió al lugar de los hechos de forma inmediata, encontrando al trabajador inconsciente y con una temperatura corporal que ascendía a los 41,6 grados. A pesar del intento de los sanitarios por aplicarle frío en axilas, ingles y nuca, no consiguieron que el hombre recobrase el sentido, siendo posteriormente trasladado al hospital.
José Antonio tenía 60 años y se encontraba en esos momentos realizando sus labores habituales con carrito en la avenida de San Diego de Puente de Vallecas. Pertenecía al grupo del servicio de tarde, momento en el que suelen registrarse en la capital las temperaturas más altas. En el momento en que cayó al suelo la temperatura era de 39 grados.
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“Su horario no era el que tenía este día. Un compañero le pidió cambiar el turno y él aceptó. Él siempre nos expresó que era un trabajo muy duro, pero estaba contento porque estaba consiguiendo sacarnos adelante gracias a este trabajo. Estaba dispuesto a todo por demostrar que era un buen barrendero y que se tenía que quedar en la empresa. Por eso no dudó, aunque sabía que por la tarde hacía mucho más calor que por la mañana”, explica su hijo mayor, Miguel Ángel, a EL ESPAÑOL. El hombre estaba casado y tenía también otra hija de 19 años.
“Siempre había trabajado de frutero, hasta el punto de que heredó la tienda del jefe con el que estuvo gran parte de su vida laboral y acabó cerrando la tienda porque le salió una oferta para trabajar en una cadena de supermercados. Luego estuvo en diferentes empresas del mismo sector”.
Contrato temporal
En el momento de su muerte, José Antonio tenía un contrato eventual. “El contrato que tenía ahora lo firmó el día 1 de este mes. Antes había trabajado muy poco tiempo los fines de semana”, afirma su hijo. Pertenecía al servicio de limpieza viaria de la empresa Urbaser y había iniciado su prestación laboral el pasado 1 de noviembre con la llegada de los nuevos contratos de limpieza.
“No debería haber gente trabajando en esas condiciones. Me parece ilógico que haya barrenderos trabajando con 42 grados a las tres de la tarde. Yo soy el primero que quiere las calles limpias, pero es de sentido común. Esos trabajadores son personas y no es normal que estén trabajando a esas horas y en esas condiciones de extremo calor con las vestimentas con las que van”, protesta Miguel Ángel, que ha hecho un gran esfuerzo por dar a conocer el caso de su padre y “que esto sirva para algo”.
“Ya nos dijo lo mal que se pasa. Ayer descubrimos que él buscó hace poco en Google lo que era un golpe de calor y demás. Creía que podía pasarle”. La familia ya se prepara para emprender acciones legales. “Todavía no hemos denunciado, pero lo haremos”, asegura el joven de 21 años. “El Ministerio de Trabajo dio unas indicaciones que no se han cumplido”.
“Era una gran persona querida por todos. Es el mejor padre que he podido tener. Hizo todo lo posible por sacarnos adelante a nosotros. Esperemos que esto no quede impune y se haga justicia. Esto no tendría que haber pasado. Haremos todo lo posible para que ninguna familia tenga que vivir lo que estamos viviendo nosotros”.
Lamentablemente, el de José Antonio no es un caso aislado. El mismo viernes murió también un trabajador de una nave de Móstoles tras alcanzar 42,9 grados de temperatura corporal, según ha informado este lunes el sindicato UGT. El trabajador tuvo un desvanecimiento y sus compañeros -que estiman que la temperatura en la nave llegó a los 46 grados- llamaron al Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMMA) en vista de que "le hablaban y no respondía muy bien" antes de que desfalleciera y empezara a convulsionar.
El SUMMA recuperó al hombre de una parada cardiorrespiratoria tras sufrir convulsiones, lo estabilizó y lo trasladó al hospital Universitario de Móstoles "en estado crítico". Según Emergencias, lo más seguro es que se tratara de una hipertermia, pues los síntomas eran compatibles con un golpe de calor. El hombre, de 56 años, falleció en la madrugada del sábado, sobre las 2.30 horas, en el Hospital Universitario de Móstoles.