En estas últimas semanas, los licenciados en Medicina han estado escogiendo en qué y dónde se especializarán. Son las semanas de las listas del MIR, que suelen dejar más de un titular. Porque si bien algunos hospitales son habituales puntos muy buscados y algunas especialidades logran convertirse en objetos de deseo, para algunas provincias captar talento se vuelve complicado. Los datos muestras que algunas zonas de España tardan más en captar candidatos que otras.
El informe de peticiones de plazas MIR que hace Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada permite ver los patrones. Su más reciente análisis ha perfilado qué ha ocurrido con las peticiones de plazas MIR hasta el número de orden 6.000. Las 10 provincias más populares —Madrid, Barcelona o Valencia, entre otras— se llevan al 61,4% de las adjudicaciones. Para las menos populares, no hay adjudicaciones entre las primeras plazas y pocas todavía ahora que se ha llegado ya al número 6.000.
Por provincias, y sacando a Ceuta y Melilla de las cuentas por su condición de ciudades y no provincias, Soria muestra a la altura del número 6.000 dos adjudicaciones, según la tabla del estudio, con Teruel, Ávila, Zamora, Cuenca o Huesca también entre las provincias con números más bajos de adjudicaciones a esa altura, entre las 4 y las 8. La primera adjudicación de Soria, y esto le pasó también a Teruel, no llegó hasta los candidatos situados de 3001 a 4000.
Pero ¿por qué Soria no logra posicionarse más arriba en la lista de lugares deseados para hacer el MIR? La casualidad de esas cifras lleva a hablar hoy de Soria, pero entender qué ocurre con esta provincia ayuda a comprender qué pasa también con las demás que están en una posición parecida.
Las razones
“Esas provincias que la tabla muestra como menos elegidas suelen tener menos población y hospitales más pequeños”, explica a EL ESPAÑOL Vicente Matas, coordinador del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, que recuerda, eso sí, que al final “se ocupan todas las plazas en todas las provincias”. A pesar de ello, sí hay un patrón que se repite año tras año, el de que las grandes ciudades y los grandes hospitales suelen llenarse antes.
De hecho, estas semanas no es difícil encontrarse con titulares en la prensa local sobre los problemas que tienen ciertas áreas geográficas. Soria no está, en absoluto, sola. En El Bierzo, también en Castilla y León, preocupaba en los primeros días de reparto de plazas que nadie quisiese aspirar a las que ofertaban sus hospitales.
Al otro lado del teléfono, Ana Tabernero, la directora médica de Atención Primaria de Soria, reconoce que no le gusta esa insistencia en hablar de lugares a los que nadie quiere ir. “A mí me molesta un poco la estigmatización de ‘nadie quiere ir a Soria’, porque es un sitio estupendo para formarse”, reivindica. También pone en contexto las cifras y el por qué Soria no es de esos destinos que desaparecen de las listas MIR de los primeros.
Por un lado, recuerda, hay una cuestión de proporcionalidad. Teniendo en cuenta el volumen de la población de Soria, es menos probable que en cada promoción haya muchos licenciados en Medicina de la provincia. Habitualmente, cuando se busca dónde hacer el MIR se prima acabar en una zona geográfica próxima al lugar de uno o al del sitio en el que se ha estudiado (y en Soria no hay facultad de Medicina). Por otro, recuerda que también cambia el volumen de plazas. La cantidad que pueden ofrecer los hospitales de Madrid, Barcelona o Valencia, entre otras ciudades muy pobladas, siempre va a ser más elevada que la que ofrecen los de las zonas con menos población.
Aun así, y Tabernero no es la única que lo repite, esta situación nada tiene que ver con la formación. De hecho, desde el sector médico apuntan que hacer el MIR en una localidad pequeña y en uno de sus hospitales de mediano tamaño tiene una serie de ventajas frente a los grandes hospitales.
Las ventajas de estar en un sitio pequeño
“No nos conocen”, apuntan desde el Sindicato Médico de Soria cuando les preguntamos por qué los licenciados de Medicina no piensan en Soria como una primera opción. “La formación es super buena”, señalan, porque el hecho de que haya menos plazas de residentes permite que se tenga una formación más personalizada y un mayor acceso a pacientes y a los demás profesionales, puesto que en un entorno más pequeño es más posible que todo el mundo se conozca y sea así más accesible.
Además, desde el sector médico insisten en romper con esa idea de pensar que solo en los grandes hospitales de las grandes ciudades se puede hacer investigación. Ana Tabernero apunta, como ejemplo, como el servicio de Urología soriano se ha cogido pronto, por la calidad. “Cuando vienen a Soria, están muy contentos”, concluyen desde el Sindicato.
Ignacio Cartagena es uno de los médicos residentes que sí ha escogido Soria para hacer su MIR. En su caso, la elección vino marcada por “motivos familiares y de cercanía”, puesto que es de una de las provincias cercanas a Soria. Desde su experiencia personal formándose en la provincia confirma que “es una buena oportunidad para salir bien formado”.
Estas ventajas funcionan en Soria, pero también en las demás provincias menos pobladas y con hospitales de menor tamaño. Vicente Matas apunta que los MIR que se forman en sitios más pequeños suelen salir satisfechos con lo que esto permite en el trato más estrecho con los pacientes. “La formación que pueden obtener también es extraordinaria”, recuerda, aunque quizás esos hospitales no tengan tanto renombre como otros.
El problema de la medicina de familia
Aunque hablar de provincias menos deseadas da el titular llamativo, quizás el problema más grave no sea tanto el geográfico como el poco tirón que tienen ciertas especialidades. Si Soria, Teruel, Zamora o Cuenca se van quedando para las sucesivas rondas de petición de plazas, lo mismo le ocurre a la medicina de familia.
Cada año, según las cuentas de Vicente Matas, la medicina de familia se va eligiendo más tarde y quienes tienen los mejores números tienden a preferir otras especialidades que se han convertido en las más deseadas. ¿Por qué se ha convertido ser médico de cabecera en la Cenicienta de la profesión médica? Ana Tabernero apunta que, quizás, la especialidad se vende mal. La directiva es muy clara a la hora de defenderla, “porque es la especialidad más bonita del mundo” y “todo es nuestro”, ya que acompañan al paciente en toda su vida sanitaria.
Por otro lado, quizás también pese mucho el cómo trabajan los profesionales de familia. Vicente Matas concede que las condiciones para ejercer son poco atractivas. En los últimos años, los cupos se han desbordado y las jubilaciones no se están cubriendo.
Desde el cuerpo médico, y solo hay que echar un vistazo a las noticias de los últimos meses en cualquier provincia para verlo, se está pidiendo más recursos.
“Nuestros políticos a esto lo llaman gasto y ese es el problema”, alerta Matas, recordando que tanto la Sanidad como la Atención Primaria necesitan más inversión.
Para la Sanidad, “no invertir lo necesario en Atención Primaria de la forma y en el momento adecuados” es una mala decisión, que a la larga, advierte, genera mucho más gasto. Si el paciente se desespera ante las listas de espera y se va a urgencias con su problema, se lastran esos servicios y también se acaban haciendo más pruebas (y más caras). “Todo porque el médico de cabecera no da abasto”, lamenta Matas.
De hecho, el problema en España ya no es solo que unas provincias resulten menos o más atractivas que otras, sino que otros países tienen más tirón. Irse a Francia o a Alemania garantizará sueldos más elevados y mejores contratos.
¿Incentivos para ir a Soria o a Teruel?
Volviendo a la cuestión geográfica, en este reparto de profesionales médicos, los problemas de zonas de como Soria o Teruel para resultar atractivas tienen bastante paralelismo también con los que estas provincias tienen en otras áreas. Como recuerdan desde el Sindicato de Médicos de Soria, la provincia está a veces lejos de muchos sitios. Las reclamaciones crecientes de la ciudadanía de estas provincias han estado muy orientadas hacia este tipo de cuestiones, buscando que se aumenten sus infraestructuras.
Para los MIR todas las plazas acaban llenándose –como explica una de las fuentes médicas, al final todos los licenciados necesitan hacerlo y no quieren arriesgarse a quedarse sin plaza–, pero con los médicos en plantilla las cosas no ocurren exactamente igual.
Si la profesión médica ha estado alertando ya del problema general en España con vacantes en especialidades como medicina de familia, en la llamada España vaciada la cuestión es mucho más complicada. Competir para fichar a esos profesionales es mucho más difícil. Incluso, y por muy contentos que acaben sus MIR, no pocos acaban marchándose de vuelta a sus provincias de origen.
Los profesionales médicos de Soria lo comprenden, pero eso no evita que haga que su situación sea complicada. “Aquí en Soria llevamos años que han sido muy duros”, recuerdan desde el Sindicato de Médicos de Soria, porque los profesionales sacan adelante el servicio sanitario, pero el peso del trabajo es cada vez más mayor y sube también su esfuerzo.
¿Existen incentivos que premien trabajar en Soria, Teruel, Palencia o alguna otra de las que ya se llaman “zonas tensionadas”? Como confirman desde el sector, no. No hay incentivos económicos ni de ningún otro tipo que premien el elegir esas áreas.
“Lo hemos pedido muchas veces desde los sindicatos o los colegios médicos”, indican desde el Sindicato Médico de Soria. Dar más dinero por trabajar allí parece una idea lógica, pero quizás no sería la solución mágica.
Vicente Matas recuerda que lo que más valoran los profesionales es la estabilidad y el empleo, es decir, no ser víctimas de la precariedad que crea verse arrastrados a una sucesión de contratos. Evitar las cargas desmesuradas de pacientes también ayuda. Ignacio Cartagena, el médico residente en Soria, también apunta que lo atractivo sería ofrecer “buenos contratos, contratos de larga duración” y dar facilidades para la formación y la investigación.