Desde que la Borrasca Celia entró en la Península el pasado domingo con su peculiar calima, las calles se han enturbiado y las fuertes precipitaciones en algunas comunidades han convertido en barro la arena rojiza que los coches acumulaban desde hace días. Limpiarlos es tedioso, pero no olvidemos que una buena visibilidad es fundamental durante la conducción, esto ya no solo puede costarnos algún que otro susto en plena carretera, también puede costarnos dinero.
Llevar la carrocería del coche embarrada no es sancionable, pero sí lo es llevar el parabrisas tan sucio que no nos permita ver con claridad la carretera. El Reglamento General de Circulación establece una serie de multas relacionadas con el mantenimiento de los elementos que afectan a la seguridad pasiva de nuestro vehículo: retrovisores, lunas, faros.
Las lunas delantera y trasera deben estar lo más limpias y despejadas posible. En ellas no debe haber elementos que tapen la visión del conductor, y también es aconsejable no llevar nada en el salpicadero que pueda distraernos o dificultar la vista, porque pondrá en riesgo nuestra seguridad y la de los demás conductores. Del mismo modo, llevar los faros sucios hará que iluminen menos. Llevar estos elementos en mal estado tiene multa de 80 euros.
Coche lleno de polvo
Hay una parte del vehículo que siempre debe verse con claridad y estar en perfectas condiciones: la matrícula, tanto la delantera como la trasera. Como ya sabrás, este elemento sirve para identificar el vehículo, tanto por los agentes de tráfico como por los radares. Llevarla tan exageradamente sucia que imposibilite reconocer alguno de sus dígitos es considerada una infracción grave y tiene una sanción de 200 euros.
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