La Policía ha detenido a una séptima persona como presunta coatora del asesinato de Samuel Luiz, el joven de 24 años apalizado hasta la muerte en A Coruña al grito de "maricón". Este último implicado, amigo de los anteriores, es un mayor de edad y coautor del crimen que, según fuentes cercanas la investigación, habría participado activamente en la mortal golpiza al joven coruñés. Actualmente se encuentra en prisión provisional.
Con su detención a las 15.00 horas del martes, ya son siete las personas arrestadas vinculadas con el crimen. Tres de ellas, Kaio Amaral, Diego Montaña y Alejandro Freire -alias Yumba- se encuentran en prisión acusados de un delito de homicidio o asesinato. La única chica, Katerine Silva, fue puesta en libertad provisional con la obligación de comparecer ante el juez, mientras que los dos menores han sido derivados al juzgado de menores.
El único que accedió a prestar declaración ante el Juzgado de Instrucción Número 1 de A Coruña fue Kaio Amaral, a quien también se le atribuye un delito de apropiación indebida por llevarse el móvil del fallecido. Asistido por su abogado, el mismo que defendió al Chicle -asesino de Diana Quer-, Kaio ha negado toda participación en la paliza, descargando la responsabilidad sobre sus dos compañeros hombres. A pesar de todo, sigue en prisión y podría enfrentarse a penas de hasta 25 años.
De entre todas las personas que presenciaron la paliza mortal a Samuel y testificaron ante el juez y la Policía, trece identificaron a Diego Montaña -"el más violento de los asesinos"- como partícipe en la agresión, mientras que a Yumba sólo lo señalaron seis. No obstante, los investigadores encontraron restos de ADN de ambos tanto en cristales rotos recogidos en el paseo marítimo como en la frente y el rostro de la víctima.
La investigación, que continúa abierta, se ha topado con un traspiés en los últimos días para esclarecer la autoría de los presuntos agresores y, sobre todo, la posible naturaleza homófoba de la paliza. Para conocer la gravedad de los hechos y el papel de cada detenido, el juzgado ha pedido a Estados Unidos el contenido de los mensajes de los implicados en el crimen de Samuel, pero se ha encontrado con la negativa de los norteamericanos.
La noche del crimen
A Coruña, 3 de julio de 2021. Samuel Luiz y su amiga Lina salen del pub el Andén a las 2.58 de la madrugada, fuman un cigarrillo e inician una videollamada con su amiga Vanesa. Por allí pasa Diego, borracho y enfadado. Acaba de discutir con su novia Kathy, le han echado de la misma discoteca y piensa que los amigos le están grabando un vídeo. Y suelta la famosa frase: "O paras de grabarnos o te mato, maricón".
A Samuel no le da tiempo más que a contestar: “Maricón de qué”, y recibe un puñetazo en la cara. Se une a la refriega Yumba, amigo de Diego, y aporta otro golpe, hasta que dos desconocidos intervinenen en y les apartan. Son Ibrahima y Magatte, dos senegaleses que pasaban por allí y protegen al joven. Lo llevan a la caseta de salvamento de Riazor y tratan de huir de Diego, que ya se ha juntado con un grupo cada vez más numeroso.
La víctima consigue escapar hasta el número 2 de la avenida Buenos Aires, a escasos 150 metros de donde recibió el primer puñetazo. Una vez allí, la jauría le atrapa: uno de los agresores le sorprende por la espalda y lo inmoviliza con la técnica del mataleón, otro le obliga a doblar las rodillas y uno más lo derriba en el suelo. Empiezan los golpes: la mayoría con los puños y pies, también con una botella de vidrio. Seis minutos después, a las 3.04 de la mañana, termina la agresión y Samuel cae, moribundo, en la calle.
Mientras tanto, el grupo abandona la zona y se divide. Una parte se dirige al Parque Europa, en otra zona de la ciudad, y se reúne pasadas las 4.30 de la mañana. Enterados de que han matado a un chaval hace menos de hora y media, acuerdan un pacto de silencio para orquestar su exculpación.
La pandilla se divide entonces en dos corrientes: los que reprochan a Diego y Yumba la muerte de Samuel y los que no. A lo largo de los días siguientes, las caras y nombres de los implicados y sus amigos empezarán a salir en redes sociales y medios de comunicación, fracturando todavía más al grupo. De momento hay siete detenidos, cuatro de ellos en prisión provisional por existir riesgo de fuga.