Ángel García Seoane (Perillo, 1952) es un alcalde atípico: lleva nada menos que once legislaturas gobernando en el municipio coruñés de Oleiros, el de la renta per cápita más alta de Galicia, a la vez que es abiertamente castrista, está fichado por la CIA, situó en una rotonda una enorme imagen del Che Guevara, nombró a Fidel Castro concejal honorario y llenó el callejero de referencias a líderes revolucionarios latinoamericanos e históricos dirigentes comunistas.
Pese a que todavía no se ha manifestado con respecto a los últimos acontecimientos en Cuba, García Seoane -más conocido como "Gelo"- nunca ha ocultado su ideología: es más, la ha llevado siempre por bandera. "Yo nunca negué lo que soy, yo soy un admirador de Fidel y lo seguiré siendo hasta que muera", ha llegado a sentenciar el alcalde.
Lo cierto es que los vecinos siempre le han prestado su apoyo en las urnas: en un municipio en el que el PP obtiene más del 50% de los votos de forma sistemática en las elecciones autonómicas, el partido que él mismo fundó, Alternativa dos Veciños, lleva gobernando de forma ininterrumpida desde 1985 y desde 2011 lo hace con mayoría absoluta.
Oleiros, situado a apenas 10 kilómetros de A Coruña, experimentó un gran crecimiento desde la llegada a la alcaldía de Gelo: a principios de los años 80 apenas sumaba 15.000 habitantes, mientras que en 2020 superaba los 36.500. Algunas de las mayores fortunas de la capital provincial se han ido mudando a un municipio gobernando por un comunista, bajo cuyo mandato han proliferado urbanizaciones de lujo y chalés.
Entre los vecinos de Oleiros están el presidente de Inditex, Pablo Isla, o la primogénita de Amancio Ortega, Sandra Ortega. El desplazamiento de estas grandes fortunas ha llevado a que el municipio se sitúe de forma destacada como el de mayor renta por habitante de Galicia, con una media de 22.959 euros, más de 3.000 por encima de ciudades como Santiago de Compostela o la vecina A Coruña.
Los inicios
García Seoane llegó a alcaldía de Oleiros con 33 años, pero antes se dedicó a la música: tocaba la percusión y el acordeón en una orquesta y llegó a ser telonero de Julio Iglesias en 1968. Un accidente de coche lo apartó de ese sueño, pero hizo que se adentrase en el mundo de la política municipal.
En 1975 se afilió al Partido Comunista de España (PCE) y en 1976 creó la Asociación de Vecinos de Oleiros, el germen de Alternativa dos Veciños, el partido que fundó en 1983 para presentarse a las elecciones. No consiguió hacerse con la alcaldía hasta dos años después a través de una moción de censura, pero la formación no la ha abandonado desde entonces.
Tras la caida del Muro de Berlín viajó en múltiples ocasiones a Cuba, acompañando tanto al entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, como a empresarios gallego que buscaban hacer negocio allí. También acompañaría al dirigente popular a Libia para reunirse con Gadafi.
Gelo presume de haber visitado Cuba en más de cincuenta ocasiones y de haberse reunido con el propio Fidel Castro, a quien nombró concejal honorario de Alternativa dos Veciños. Sus años de amistad con el régimen también le valieron al regidor de Oleiros para convertirse en hijo adoptivo de La Habana.
Pese a haber sido siempre la cara visible de Alternativa dos Veciños, García Seoane se vio obligado a abandonar la alcaldía y la política institucional entre 1996 y 2003 tras ser inhabilitado por prevaricación por el derribo de un muro que, a la postre, llevaría a demoler una caseta en la playa de Santa Cristina. En aquel periodo siguió apareciendo en los carteles electorales y los resultados del partido que él mismo fundó no se resintieron.
Polémicas
Su amor por Cuba lleva de la mano una animadversión crónica hacia Estados Unidos, lo que ha llegado a provocar conflictos diplomáticos. A raíz de la Guerra de Irak vendió desde el propio ayuntamiento de Oleiros unas camisetas en las que se podía observar un rollo de papel higiénico con la bandera estadounidense y el lema "USA ME".
No fueron las únicas camisetas lanzadas desde el ayuntamiento: también distribuyó unas en las que se mostraba a Ariel Sharon devorando a niños palestinos, lo que, sumado a mensajes como "Paremos a la bestia, Sharon asesino" o "Stop a los nuevos nazis" en paneles informativos municipales, llevó al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a pedirle que dejase de difundir frases ofensivas para el pueblo israelí.
Más recientes fueron sus críticas a Donald Trump, cuyo rostro no dudó en situar en los paneles informativos de Oleiros junto a Adolf Hitler y Benito Mussolini con la leyenda "nueva amenaza mundial".
En paralelo a estas salidas de tono, Gelo fue llenando el callejero de referencias a históricos dirigentes comunistas y a revolucionarios latinoamericanos: en Oleiros es posible pasear por calles dedicadas a Simón Bolívar, Dolores Ibárruri, Emiliano Zapata, Santiago Carrillo, Karl Marx o, por supuesto, Ernesto Guevara.
Y es que el Che Guevara protagoniza una de las actuaciones más llamativas de Gelo: la de situar la efigie del guerrillero en una de las rotondas de entrada de Oleiros. A la inauguración de esta estatua en 2008 acudió el propio hijo del revolucionario, Camilo Guevara.
La Xunta de Galicia también ha sido blanco de sus críticas: en 2018 llevó tres burros a las puertas de la sede del Gobierno gallego en A Coruña para denunciar la "burrocracia" en la llegada del transporte público a una playa, mientras que en 2020 amenazó con llevar un jabalí a la sede de Santiago de Compostela para sensibilizar al presidente, Alberto Núñez Feijóo, de la problemática con este animal en Oleiros.
Entre sus últimas salidas de tono se encuentra una campaña contra el ya exministro de transportes, José Luis Ábalos, por el retraso en unas obras en la Nacional VI a su paso por Oleiros. Así, un enorme cartel en el cruce de Sol y Mar mostraba a Ábalos montado a lomos de una tortuga, representando su lentitud. En paraelo a esta acción, el regidor también impulsó una recogida de firmas a través de la plataforma Change.org.
Al ser un alcalde de personalidad fuerte también ha tenido sus más y sus menos con otro de los grandes personajes de la política municipal gallega: el regidor de Vigo, Abel Caballero. Recientemente lo describió como un "cretino político" por no haber acudido al acto de entrega de las banderas azules, en las viguesas Islas Cíes, y por haber animado a otros alcaldes socialistas a no hacerlo. "De Caballero sólo le queda el apellido", afeó Gelo.