Raquel Sánchez Silva (Plasencia, Cáceres, 1973), como saben, es una periodista y presentadora de televisión. Y, desde 2018, la profesional extremeña presenta, cada lunes, el programa Maestros de la Costura durante el prime time televisivo de La 1 de Televisión Española (TVE). Sin embargo, entre la tercera y la cuarta temporada de este programa, Raquel se dejó caer por las cocinas de la quinta edición de MasterChef Celebrity, en las cuales, reconoce, aprendió a cocinar “un 60%” de lo que sabe preparar ahora para sí misma; su pareja, Matías Dumont; sus dos hijos y; cómo no, para otros familiares y amigos.
Pese a ello, su pasión por la cocina y la alimentación viene desde antes de su paso por el programa culinario de TVE, ya que aprendió mucho de esos mundos cuando presentó el programa Soy lo que como durante los años 2007 y 2008. Y, ahora, Raquel Sánchez Silva abre su nevera a EL ESPAÑOL para desvelar qué compra, dónde lo hace y por qué.
Lo hace después de que Florentino Fernández (Flo), Joaquín Reyes, dos grandes del mundo de la comedia, Lydia Lozano, periodista y colaboradora del programa Sálvame y Melyssa Pinto, influencer y exconcursante de La isla de las tentaciones, abrieran su frigorífico a este diario para contar qué comidas o bebidas nunca pueden faltar en sus hogares. En todo caso, la presentadora de Maestros de la Costura explica, a continuación, qué tiene en su nevera.
—¿Qué relación tienes con tu nevera?
—De forma figurativa, hablo con mi nevera tanto como con mi pareja o mis hijos, ya que en una casa con niños el cuidado de la nevera; el cuidado de la cocina y el mantenimiento del menú me parecen esenciales. La nevera para mí representa el cofre de uno de los grandes tesoros: el de la alimentación. Para mí, la alimentación es una inversión y mi caja fuerte es mi nevera.
—¿Dónde compras los productos que tienes en tu nevera?
—A mí, en el mundo de la cocina y de la alimentación me pasa como en el mundo de la moda. Creo que la mayor parte de la base de la alimentación debe ser de muchísima calidad, igual que creo que en tu armario debes tener prendas de calidades distintas. Así que creo que la inversión tiene que ser en la calidad del producto.
Por ello, por ejemplo, compro en el mercado de Barceló [Madrid] las carnes, los pescados o las frutas y verduras, ya que me gusta comprar estos productos en el mercado local y de barrio. Sin embargo, durante muchísimos años he comprado en el mercado de Antón Martín [Madrid], del que sigo enamorada y sigo yendo siempre que puedo, porque me gusta la relación personal. Y es que, en todo caso, me gusta conocer al vendedor, quién trae sus productos, qué recomienda...
Y, luego, hay otra parte de productos que tienen que ver con una compra más rápida; con una compra de urgencia u online. Estos, los compro en los supermercados dependiendo de lo que busque. No soy de un sólo supermercado, sino que compro donde me venga bien ese día. Acudo a uno u otro, en función de lo que necesite. Compro en ellos el relleno, porque la base, insisto, la compro tiendas pequeñas.
—¿Qué productos son los que tienes ahora mismo en tu nevera?
—Cuando presenté un programa de alimentación llamado Soy lo que como, aprendí muchísimo de alimentos. Por ello, no me gusta decir que no a ninguna comida. En este sentido, me costaría mucho tener una alimentación 100% saludable. No sería capaz, porque la vida tampoco es así. Por ello, en mi nevera puedes encontrar desde los yogures más orgánicos y más especializados hasta los más comerciales y corrientes (1). O, por ejemplo, un chocolate hecho por una comunidad peruana o chocolates normales de otras marcas (2).
Yo creo que en esa mezcla está la alimentación. Igual que no todos los días te comes un pescado híper fresco recién sacado de la lonja: unas veces comes ése y otras un pescado congelado de tu ultramarinos, por ejemplo.
Entonces, en mi nevera hay una representación coral y real de lo que es la vida. Es decir, la vida es cuidarse, pero también engordar; fallar y comer lo que te sienta mal. Pegarte un día un capricho y otros, cortarte. En resumen, mi nevera es exactamente eso. También en mi nevera hay, por ejemplo, una mermelada de naranja amarga (3), que me encanta para desayunar, o mucha fruta (4) y mucha verdura (5)... de forma exagerada.
—¿Hay algún producto que suela estar siempre en tu nevera?
—Yo soy extremeña, por lo que suelo tener jamón. El que consumo, lo compro al vacío y me lo traigo de Extremadura. Cuando lo abro, para su conservación, sí que lo tengo en la nevera. Lo suelo tener siempre, es más, te voy a contar una curiosidad: yo cuando iba a Pekín Express me lo llevaba, porque cuando pasábamos por zonas en las que había mucha pobreza, conseguir las proteínas que el médico nos permitía comer era muy complicado. Entonces, he pasado por infinitas aduanas con sobres con jamón extremeño al vacío y en mi nevera siempre hay.
—Raquel, ¿qué bebidas tienes en tu nevera?
—Suelo tener agua con gas (6), porque me gusta mucho. También me gusta mucho la cerveza tostada sin alcohol (7). Además, tengo mucho té helado y bebidas isotónicas, porque en mi familia hacemos mucho deporte. Esto es, a bote pronto, lo que tengo en la nevera.
—¿Qué productos lácteos sueles tener en la nevera?
En mi nevera tengo yogures comerciales; yogures líquidos para los niños (8). Y, también suelo tener quesos de oveja muy curados para mí (9). De hecho, voy variando de marca, ya que no soy de un queso en particular. Me gusta mucho probar. Y, para los niños, además, tengo quesitos.
En cuanto a leches, tengo desnatada para mi pareja y para mí y entera para los niños (10).
También tengo siempre crema de queso, mantequillas, natas, ya que son una base para elaborar postres. No tengo estos productos para el consumo directo en sí, sino más para preparar repostería. Además, para cocinar también tengo yogur griego.
—¿Qué tal llevas el orden? ¿Tienes ordenada tu nevera, teniendo en cuenta que, además, tienes niños?
—Mis niños tienen cinco años, así que, de momento, llegan con dificultad a mi nevera. Solamente llegan a los primeros cajones, que son los de productos frescos y no les interesan mucho.
En todo caso, nuestra nevera está ordenada. Eso sí, mi casa es una casa con rock familiar, como yo digo. Es decir, en mi casa comemos, merendamos, cenamos... por lo que tampoco tenemos una nevera de anuncio. Eso sí, la nevera está colocada con orden, por ejemplo, las bebidas están siempre juntas; los lácteos están juntos, etc.
Pero lo que sí que intento hacer es que esté muy ordenada en cuanto a la caducidad. Es decir, que los productos que llegan más tarde a casa, pasan a la parte de atrás de la nevera para que vayan saliendo. Lo hago porque me produce mucha desazón que la comida se estropee o se pase, ya que tenemos que, entre todos, evitar tirar comida. Por ello, también he aprendido a no hacer compras tan mastodónticas. Y, sin embargo, procuro reponer los productos de la nevera más a corto plazo, porque sino te arriesgas a que muchas cosas se te pasen y las tengas que tirar y esto no debe ocurrir.
—¿Qué caprichos le gustan a Raquel Sánchez Silva?
—Mi capricho es el pan. Lo compro en una cadena de panaderías que hay aquí, en Madrid. Y, para mí, es un capricho porque es un pan un poquito especial, ya que tiene muy buenos cereales y buena materia prima y, en el fondo, el pan es algo que consumimos a diario y creo que debemos cuidar que la base diaria de la alimentación sea muy buena. Eso sí, de vez en cuando, también hay que comer cosas que sabes que no son buenas para tu salud, pero la base tiene que ser buena.
—Y chocolates, dulces… ¿te gusta alguno en especial?
—Me encantan los dulces, pero los dulces que se comen de base, en mi casa, son de una panadería de pueblo, donde he ido toda mi vida. Compro, por ejemplo, sus magdalenas, que aguantan muy bien envueltas en su bolsita. Procuro hacer esta compra cada semana o cada 10 días.
Sin embargo, yo hago muchos dulces. Hoy, por ejemplo, en mi casa en el desayuno estaban las magdalenas que compro más las que he preparado yo. Por eso te decía que en mi nevera hay muchas cosas para cocinar. Y, también, muchas reservas. Es normal que haya, por ejemplo, crema pastelera o una crema de limón. Hay una parte de la nevera que usamos para guardar ingredientes para cocinar.
—Ya que mencionas que te gusta cocinar, ¿cuál es tu plato estrella?
—Plato estrella en sí no tengo. Me encanta hacer dulces para mis amigos. Por ejemplo, me gusta hacer tarta de queso con frutas silvestres o tarta de limón. Eso si quiero ir a lo seguro, pero siempre intento seguir aprendiendo porque la pastelería requiere ser perseverante.
Me encanta preparar tartas y en mi casa me dicen que haga menos porque como me dé por una temporada de tartas, no paro. Puedo hacer una a la semana y al final se nota. En el confinamiento hice muchas más, imagínate. Además, me estaba preparando para participar en MasterChef Celebrity, así que mi cocina era una locura.
—¿Y de salados?
—Me encanta cómo me quedan los arroces, pero es una opinión, claro, ya que los arroces son complicados. También me gusta hacer un buen pescado y muchas pijaditas de cocina como una espuma. Aunque no me vaya a salir una espuma de 10, me gusta probar y seguir aprendiendo, ya que con mi participación en MasterChef Celebrity se me abrió aún más ese mundo.
Como hablamos de nevera y de consumo, para mí, una nevera bien equipada es la que tú abres por la mañana y puedes sacar adelante una comida.
—¿Y la tuya está bien preparada?
—Yo creo que sí. La mayoría de los días puedo preparar una buena comida improvisada para tres personas. A lo mejor no es lo que espero, pero procuro sacarla adelante con los recursos que tengo.
—Antes mencionaste tu paso por MasterChef Celebrity, ¿qué aprendiste a elaborar que no supieses hacer antes?
—Muchísimas cosas. Te diría que el 60% de la cocina que hay ahora en mi casa se debe a lo aprendido en MasterChef. Por ejemplo, las magdalenas o cosas tan sencillas como aprender a hacer un buen sofrito, que te salva media vida. Yo antes pensaba que hacía uno bueno y descubrí que no.
MasterChef Celebrity me ha enseñado, en ese sentido, a saber qué no hacía tan bien como yo pensaba; o qué podía hacer sin creer que podría llegar a hacerlo. Por ejemplo, hacer una espuma con un sifón. A mí me daba miedo, pero descubrí que cualquiera puede aprenderlo en una mañana. MasterChef lo que te enseña son las herramientas, a jugar con ellas y así aprendes a soñar con cocinar.
—¿En MasterChef Celebrity descubriste algún producto que hayas añadido a tu cesta de la compra?
—Por ejemplo, yo no compraba mucho hinojo en mi casa. Tampoco compraba mucho jengibre. Y, ahora, siempre los tengo. También, tras mi paso por MasterChef Celebrity uso más las aromáticas. Por ello, ahora siempre tengo romero, tomillo fresco, albahaca fresca… Es más, en la cocina tengo una especie de jardín vertical que querría aprovecharlo aún mejor para incluir hierbas aromáticas frescas.
—¿Tienes pizzas o comidas rápidas de ese estilo en tu nevera?
—Procuro que no. Te diría que es muy poco probable que haya, porque, además, me gusta hacerlas. Prefiero no consumir muchos productos precocinados. Eso no quiere decir que no sean buenos o que cumplan con sus funciones. No rechazo ese tipo de cocina en ningún caso, pero a mí me gusta cocinar desde cero.
—¿Qué no comprarías jamás?
—No existe el producto que nunca compraría, porque el nunca no existe. Depende de la necesidad que tengas a lo mejor compras cualquier producto en algún momento de tu vida.
—¿Alguna vez te has sentido estafada al comprar algún producto del súper?
—No. No me he sentido estafada porque vivimos en un lugar en el que quiero creer en la transparencia de los procesos. Aún así, me encantaría que todo el mundo, tanto consumidores como productores, girásemos hacia la sostenibilidad y nos comprometamos más con el medioambiente. Es algo que todos tenemos que seguir aprendiendo.
—¿Tienes bebidas con alcohol en tu casa?
—Soy más de agua y, sobre todo, de agua con gas. Aunque también me gustan las cervezas suaves o sin alcohol. Y, de vez en cuando, una copita de vino de La Rioja o Ribera del Duero también. De hecho, en mi casa hay una chiquinevera en la que caben nueve botellas y ahí los tenemos. Pero esos son más para Matías que para mí.
—Recomienda algún producto a los consumidores.
—No me gusta recomendar un producto concreto. Lo que sí que recomendaría a todo el mundo es que una parte de la inversión en comida la haga en el pequeño comercio. Sé que no se puede toda, pero sí una parte. Pienso que al final te llevas una doble satisfacción: por un lado, ves el producto antes de que llegue a tu casa y, por otro, te llevas esa charlita con el vendedor sobre cómo lo vas a preparar, cómo lo vas a cortar, etc. No sé, es bueno para tu salud mental y física. Y también, es bueno para tu alimentación y tu nevera.
—Raquel, nomina a un personaje para próximas neveras.
—Siento mucha curiosidad por ver la nevera que tiene Palomo, porque ha hecho un cambio radical en su alimentación. De ahí que esté más sano, más deportista y ágil. Me llama mucho la atención saber qué tiene y qué no tiene en su nevera.