“Estamos muy liados”, “con mucho jaleo”, “bastante ocupados”… Da igual al mecánico que llamen. Los talleres, en buena medida, han recuperado el ritmo previo al confinamiento. “Nosotros, habitualmente, en julio hacemos nuestro agosto”, celebra José Antonio, de Talleres Atocha. “Normalmente, la gente se va de vacaciones y quieren llevarse el coche en condiciones, que no les deje tirados por ahí”, argumenta. Esa es la principal razón por la que todos los años, sin excepción, esta época es próspera para todos ellos. Pero hay más. A esa particular ‘evasión’ al pueblo o a la playa, se le juntan otros dos factores: el parón de los vehículos durante el estado de alarma y las revisiones tardías de la ITV.
“El factor determinante es el de la Inspección Técnica de Vehículos. Ha aumentado la demanda porque muchos de los coches que la están pasando ahora lo tenían que haber hecho hace meses. Aun así, los conductores están yendo gradualmente porque los plazos son muy grandes”, explica Nuria Álvarez, responsable de relaciones institucionales y comunicación de Conepa (Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción).
En concreto, hay cinco millones de vehículos que no pudieron pasar la ITV por el estado de alarma. Es decir, hay cinco millones de coches que son susceptibles de pasar por el taller. Sobre todo, después de haber estado parados durante dos-tres meses. “Tener un automóvil quieto mucho tiempo puede afectar a elementos como los neumáticos o la batería, sin olvidar otros elementos que pasan muchas veces desapercibidos como las escobillas de los limpiaparabrisas, que son cruciales para la seguridad vial”, alerta Guillermo Magaz, director gerente de AECA-ITV, en conversación con EL ESPAÑOL.
Por eso, llamen a donde llamen, se repite la conversación:
— Perdone, ¿cuándo puedo llevar el coche al taller?
— A ver... Hoy es miércoles, pues entonces venga por aquí el viernes o el lunes, cuando prefiera.
La lista de espera, por tanto, es de dos a tres días. No hay nadie que, en Madrid, al llamar, ofrezca inmediatez. “No hay una avalancha, pero se está trabajando a buen ritmo. Estamos muy cerca de un año normal”, celebra Nuria Álvarez, desde Conepa. Pero, aun así, los talleres no van a recuperar, entre junio y julio, lo que perdieron durante el estado de alarma. “Y tenemos miedo por ver cómo viene septiembre, ver en qué situación económica se encuentra el país...”, lamenta.
Pero eso ya llegará. Los talleres, este junio y julio no se pueden quejar. “Nosotros siempre tenemos jaleo. Este año, eso sí, quizás, a los habituales clientes del barrio se han unido muchos otros conductores a los que no conocemos. Gente que nos busca en Internet y que viene, y luego estamos con averías retrasadas; cosas que normalmente no hacemos en esta época”, explica José, de Talleres Atocha. “Ha sido todo muy repentino. Se da la circunstancia de que se han juntado las revisiones, la gente a la que hay que arreglarle el coche después de la ITV, los que se van de vacaciones”, añade David Iglesias, de Interauto. “En fin, que no tenemos tiempo para casi nada”, resume José María, de Pérez Illán Automoción.
Cinco fallos más habituales:
1. Batería
“Es la número uno”, afirma, sin dudar, José María, de Pérez Illán. Con los coches parados, lo primero que falla es la batería. “Se descarga y como sea antigua… Toca cambiarla”, espeta. Por eso, durante las primeras semanas, en plena desescalada, muchos españoles llevaron sus coches al taller para que estos les cambiaran la batería. “Ya ha bajado un poco la demanda, pero al principio sí que hubo bastantes”, añade David Iglesias, de Interauto.
Los precios –aunque dependen del taller, del coche...– pueden oscilar entre los 90 y los 150 euros en las baterías para los coches antiguos; y entre 200 y 300 para los vehículos con sistema star-stop –aquellos que paran el motor del coche cuando está detenido.
2. Revisiones
Hay dos tipos de revisiones que están demandando los conductores: la previa a la ITV y la de puesta a punto de cara a las vacaciones. En ambos casos, los talleres fijan sus precios entre los 20 y los 80 euros, dependiendo de lo exhaustiva que sea. “Aunque nosotros, por ejemplo, a nuestros clientes habituales se las hacemos gratis”, reconoce José María, de Pérez Illán.
“En nuestro caso lo que está ocurriendo es que la mayoría de los coches están probando a llevar los coches directamente a la ITV sin pasar por el taller y después nos vienen con las averías”, cuenta David Iglesias, de Interauto. En este caso, el precio dependerá del tipo de avería que tenga el vehículo.
3. Aire acondicionado
“Es lo que más hacemos todos los años”, reconoce José, de Talleres Atocha. El proceso es habitualmente el mismo: los conductores, llegado el verano, se montan en el coche y se dan cuenta que tienen que recargar el aire acondicionado. “Esto no es referente a la pandemia, es un clásico de junio-julio”, añaden desde Pérez Illán. ¿El precio? Entre 70 y 120 euros, depende del taller.
4. Aceite y filtros
“Después del estado de alarma, muchos conductores, además de la batería, se han dado cuenta de que el cuadro de mantenimiento les pedía cambiar el filtro y el aceite, porque aunque no hayan hecho los kilómetros, sí que ha cumplido el tiempo”, explica José María, de Pérez Illán. El precio, más o menos, es consabido por todos: entre 60 y 330 euros, dependiendo del taller, de los filtros a sustituir, del aceite a echar en el coche…
5. Neumáticos
Muchos neumáticos, durante el estado de alarma, de estar en la calle, se han deformado. Por eso, hay conductores que, al montarse en el coche, han percibido cierta inestabilidad. “En ese caso, habrán tenido que cambiarlos”, cuenta José María, de Pérez Illán. “Y también muchas veces para irse de vacaciones. Si vemos que no están correctos, los cambiamos”, añade David Iglesias, de Interauto. Los precios oscilan bastante en función del modelo, del coche, de la marca, del grosor… Unos baratos, de segunda mano, podrían salir por 40 euros, pero los nuevos pueden alcanzar los 200 euros la unidad. “Lo que se está pidiendo ahora, de todas formas, es precio. Neumáticos baratos; nada de Michelín o marcas...”, concluye José María.
Además de todos estos fallos, el confinamiento, según José María, también ha afectado "a los manguitos, los termostatos, las bombas de agua… En las juntas, en general. No de los coches nuevos, pero sí de los viejos”. Lo que supone gastarse de 20 a 400 euros –en caso, por ejemplo, de que haya que cambiar la correa de distribución–, dependiendo de la avería a reparar.
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