Antonio, hace cuatro años, en Madrid, compró un Huawei; José Vicente, en 2018, en Puertollano (Ciudad Real), hizo lo propio; y Rocío, ídem. Los tres eligieron la misma marca de teléfono. Todos, en su momento, estaban convencidos de que era la mejor opción. Sin embargo, ahora, han cambiado de parecer. ¿El motivo? Este lunes, se han enterado de que Google ha roto sus relaciones comerciales con el fabricante chino. O lo que es lo mismo: en los próximos meses, muchos de estos usuarios (200 millones en todo el mundo), no podrán actualizar, presumiblemente, sus sistemas operativos Android ni las aplicaciones de Play Store. Lo que se traduce, inevitablemente, en un mazazo para las ventas. “¿Y ahora qué hacemos con todos estos móviles?”, se preguntan en las tiendas sin saber muy bien qué va a pasar.
Vodafone, Orange, Movistar, Yoigo, Fnac, El Corte Inglés… Da igual la tienda o el operador telefónico donde se acuda. Todos los empleados, de momento, cumplen el mismo patrón de actuación. No han recibido instrucciones. Pueden vender móviles Huawei. De hecho, este lunes, lo hacían. Eso sí, con precaución. “Uno informa… Al final, el comercial eres tú… ¿Y si da la casualidad de que luego no funcionan? Al primero que va a venir el cliente es a ti, que le has vendido el teléfono”, comenta una empleada de Movistar que prefiere mantenerse en el anonimato.
“Se está notando. Esta mañana no hemos vendido ninguno”, reconoce otro comercial. No es de extrañar. La incertidumbre, el qué pasará, atenaza a cualquier cliente. Antonio, por ejemplo, lleva un tiempo buscando móvil. El suyo tiene cuatro años y, aunque ha cumplido con su deber, ya necesita recambio. En conversación con EL ESPAÑOL, lo enseña. “Mira cómo está la pantalla. Estoy buscando otro”, reconoce. Pero no de la misma marca. Quiere, como todo el mundo, un modelo bueno, bonito y barato. Este lunes, ha acudido a Príncipe Pío (centro comercial situado cerca de Plaza España, Madrid) a mirar.
De momento, no ha decidido cuál se comprará. Sabe que no será Huawei. “Es que si no sé lo que va a pasar...”. Él es el ejemplo más paradigmático de lo que ha ocurrido en todo el mundo: nadie quiere comprar un teléfono del fabricante chino. Ni siquiera mantenerlo. “Si alguien lo quisiera, no me importaría venderlo”, reconoce otro usuario en conversación con EL ESPAÑOL.
Los actuales usuarios, a pesar de todo, podrán seguir descargándose apps en Google Play y utilizando el móvil. "Estamos cumpliendo con la norma y analizando las implicaciones. Para los clientes de nuestros servicios, continuarán funcionando", afirmaba el gigante norteamericano en un comunicado. Pero, claro, no podrán actualizar el sistema operativo, con lo que eso supone: necesitarán un móvil más pronto que tarde.
Y no lo van a tener sencillo para venderlo y sustituirlo. Todos los clientes, ahora mismo, están en la misma situación. José Vicente, por ejemplo, se lo compró hace un año. Ya está pensando en cambiarlo. “Tengo la clavija medio rota y estoy buscando otro móvil”, cuenta a EL ESPAÑOL. ¿Un Huawei? “No, eso seguro”, responde, rotundamente, sin dudar. Tras una mala experiencia, quiere uno que le dure más tiempo. Y, visto lo visto, la marca china no está en condiciones de satisfacer sus deseos.
Ni los suyos, ni los de Rocío. Ella se lo compró, como Antonio, hace tres años. En condiciones normales, se hubiera comprado otro. “A mí me ha salido bueno. Ha durado mucho… y me gusta”, cuenta a EL ESPAÑOL. Pero, claro, al enterarse de la ruptura de relaciones entre Google y Huawei, se lo va a pensar. No va a tomar la decisión hasta que se entere de cuáles son las consecuencias y, sobre todo, qué va a cambiar en los dispositivos a partir de ahora (en el caso de que el fabricante chino, como ha anunciado, siga funcionando con otro sistema operativo diferente).
Samsung o Xiaomi, grandes beneficiadas
Ante el inevitable desplome de las ventas, a Huawei no le quedará otra que construir su propio sistema operativo. Pero, mientras lo hace, sus ventas, salvo sorpresa, se desplomarán y la marca perderá su posición en el mercado. Actualmente, el fabricante chino es el tercero del mundo (en 2018, vendió 203 millones de móviles, un 34% más que el año anterior) y en España domina la venta de unidades tras desbancar a Samsung (aunque en el total de ingresos por ventas siga también tercera).
La noticia, amarga para la marca china, es, sin embargo, una gran oportunidad para los competidores directos. "Yo creo que, por cómo son los móviles de Huawei, saldrán más reforzadas marcas como Samsung u otras emergentes como Xiaomi", reconoce un comercial en conversación con EL ESPAÑOL. "Desde luego, nosotros guiaremos a los clientes en función de sus preferencias, pero no vamos a ocultar la realidad", sentencia.
Y, por supuesto, tendrán la obligación de asesorar sobre las posibles reclamaciones de los usuarios. Facua ha recordado, con la polémica creada, que los consumidores tienen el derecho legal de pedir que se les devuelva la totalidad del dinero si su móvil es recién comprado o una cantidad proporcional del importe si tiene varios años. Las consecuencias del terremoto comercial no han hecho nada más que empezar.
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