Trece días. Es el tiempo durante el que ha estado peleando sin descanso por su vida Luis Peláez Ballesta: el lotero de La Bruja que fue arrollado por un conductor que se dio a la fuga el pasado 7 de mayo en Murcia. EL ESPAÑOL ha podido confirmar que Luis ha fallecido este lunes en el Hospital Virgen de la Arriaxaca de Murcia. Su administración de lotería está situada en pleno corazón de la calle Mayor de Alcantarilla.
Las redes sociales se están empezando a llenar de comentarios en señal de duelo por la pérdida del lotero porque era muy conocido entre sus vecinos de la localidad alcantarillera y en toda la Región por su trabajo en Loterías La Bruja, al ostentar este despacho, entre otras efemérides, el haber sido la primera administración que repartió El Gordo en 2002 cuando el premio pasó de las pesetas a los euros. Valga como ejemplo el perfil de Facebook ‘Yo soy de Alcantarilla’, con más de 12.500 miembros, y en el que reza el siguiente mensaje: ‘Queremos transmitir a la familia de Loterías La Bruja, nuestro más sentido pésame y brindar el apoyo de todos los que conformamos este grupo’.
El despacho de lotería está cerrado hoy en señal de duelo. El lotero era un apasionado de las motos de alta cilindrada y fue atropellado el martes 7 de mayo, a las 17.12 horas, cuando circulaba con su Ducati Monster 821 por la rotonda del Homenaje a los Poetas de Murcia. Justo en ese momento, el conductor de un Seat Ibiza, color granate, se saltó supuestamente un ceda el paso, se adentró en la rotonda por la que ya circulaba el lotero y se llevó por delante la moto. Luis voló por el encima del capó del turismo hasta impactar contra el duro asfalto y el conductor del coche se dio a la fuga en dirección a Monteagudo.
Una Unidad de Descentralización de la Policía Local de Murcia pudo localizar el vehículo causante del siniestro solo unas horas después, gracias a que los testigos del accidente se quedaron con el modelo del coche y la matrícula. Sin embargo, los agentes no pudieron detener ese 7 de mayo al conductor y proceder a practicarle la prueba de alcohol y drogas porque estaba en paradero desconocido tras haber escondido el Seat Ibiza en el garaje del domicilio que comparte con su pareja. El 8 de mayo, un día después del accidente, se entregó voluntariamente.
La Policía Local instruye un informe contra el conductor, español, de 32 años, por los supuestos delitos de lesiones por imprudencia y otro ilícito por presunto abandono del lugar del accidente. El informe pericial no ha sido entregado todavía a Pablo Lanzarote, fiscal delegado de Seguridad Vial en la Comunidad Autónoma de Murcia, por lo que ahora la calificación del primero de los ilícitos, tras la muerte de Luis, podría pasar de lesiones a un homicidio por imprudencia.
Al conductor del Seat Ibiza se le aplicará la reforma de la ley orgánica 2/2019, que modificó el Código Penal, en materia de imprudencia en la conducción de vehículos a motor y de sanción del abandono del lugar del accidente. Esta reforma eleva las penas de prisión, de 4 a 9 años, en caso de fallecimiento de la víctima o de que sufra lesiones graves. La Policía Local confirmó que el sospechoso admitió ser el causante del accidente y que pidió disculpas por huir del lugar de los hechos. Pero eso ya no pondrá remedio al luctuoso desenlace que ha tenido este accidente: ha muerto un chico de 36 años, que deja atrás a los dos amores de su vida, su esposa, Laura, a la que conoció cuando era socio del Gym Budokan, y a su preciosa bebé, de tres añitos.
De nada ha servido la vela que desde el 7 de mayo habían colocado los 200 miembros de la Cofradía de la Misericordia para pedir ayuda divina para la pronta recuperación de Luis: uno de los 48 costaleros que cada Lunes Santo portaban a hombros el trono con la imagen de la hermandad.
Luis luchó hasta el último minuto contra todas las complicaciones que le fueron surgiendo en la UCI. Estuvo consciente los dos primeros días, pero luego tuvo una recaída y lo engancharon a una máquina para garantizar la función de sus pulmones, ha podido saber este diario.
No pudo ser a pesar de los esfuerzos del personal médico de La Arrixaca. Lo que queda de él es el recuerdo de que siempre esperaba con una sonrisa amable a todos sus clientes, detrás del mostrador de Loterías La Bruja, con la esperanza de hacerles ganar un algún premio millonario.