Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena fue el último miembro de 'La Manada' en declarar ante el tribunal de la Audiencia de Navarra que les juzga por una presunta violación en grupo. Nació en 1988 y es miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la base de Morón de la Frontera (Sevilla).
Además, forma parte de 'Biris Norte', peña radical del Sevilla FC y su abogado es Juan Canales Cid. Como el guardia civil del grupo, Antonio Manuel Guerrero, dejó su defensa en manos de un letrado distinto al que contrataron Ángel Boza, José Ángel Prenda y Jesús Escudero. Estas son las seis verdades de su biografía que no contó el día de su declaración ante los tres jueces que han de dirimir si él y sus cuatro amigos son o no culpables.
1. Dos años de cárcel. Durante su declaración ante el tribunal, Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena se mostró olvidadizo con varios pasajes de la madrugada del 7 de julio de 2016, cuando conocieron a una chica de 18 años que a la postre los denunciaría por agresión sexual en grupo.
Aunque dijo recordar que la chica se presentó por su nombre, que hablaron de mantener sexo en grupo y que en ningún momento ni ella ni ellos plantearon el uso de preservativos (primeros minutos tras el encuentro en un banco de la plaza del Castillo de Pamplona), el militar de 'La Manada' señaló que no recordaba pasajes posteriores, y por lo tanto más recientes, como el recorrido realizado después junto a la chica a pie o si la joven accedió la primera al portal de la calle Paulino Caballero pese a que era él quien se estaba encargando de aguantar la puerta de entrada al edificio y debió ver pasar a sus cuatro amigos y a la denunciante uno a uno.
Pese a que dijo que en ningún momento mostraron malas formas ante la chica, reconoció que tras el supuesto encuentro consentido la dejaron allí sin continuar de fiesta con ella y sin ni siquiera intercambiarse los teléfonos. En mayo de 2015 la Audiencia Provincial de Sevilla condenó a Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena a dos años de prisión por un delito de lesiones cometido el 15 de diciembre de 2013.
2. Borró un vídeo. Entrena siempre llevaba presente ese lema que escuchaba tan a menudo desde que en 2008, a los 20 años, ingresó en el Ejército del Aire y se le destinó a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Era aquel de "nosce te ipsum" (conoce tu medida, conócete a ti mismo). Él, más que nadie, conocía lo que había hecho la madrugada del 7 de julio del año pasado. Por eso reconoció ante los tres magistrados del tribunal que grabó un vídeo con su móvil dentro de aquel portal, pero justificó su borrado posterior contando que tenía "novia" y que no quería que lo viera. Sin embargo, no les dijo nada de ello a los agentes que lo detuvieron, a pesar de que su amigo guardia civil les entregó el teléfono con el que habían grabado otros cinco vídeos.
3. Para servir... no siempre. Tras su ingreso en el Ejército, en 2011 el soldado Cabezuelo accedió a la Unidad Militar de Emergencias (UME), donde sus miembros siempre gritan: "¡La UME, para servir!". Pero Alfonso se saltó ese cometido en alguna ocasión.
En Pamplona se tendrá que decidir si tuvo o no sexo consentido con la denunciante, pero dos meses antes, en Pozoblanco (Córdoba) olvidó salvaguardar a una chica de la que abusó junto a tres de los miembros La Manada (salvo Ángel Boza, que sí estuvo en Pamplona). Aquel día José Ángel Prenda realizó con el móvil del guardia civil un vídeo de 46 segundos. En él se ven los tocamientos y besos que le realizaron a una joven de 21 años que en las imágenes aparece semiinconciente en los asientos traseros de un coche.
4. Protagonista en Pozoblanco. En ese vídeo grabado en Pozoblanco, que la Policía Foral encontró después de detenerle a él y a sus amigos en Pamplona tras el primer encierro de San Fermín, el militar de 'La Manada' es quien mayor protagonismo tiene. Se le ve sentado detrás del asiento del copiloto -el coche lo conduce el agente de la Benemérita-. En medio va la joven de la que abusaron. A la derecha de ella, el peluquero del grupo, Jesús Escudero.
Pero aunque ante el tribunal de Navarra dijo que la joven de 18 años que les denunció se mostró participativa y al corriente de las intenciones de él y de sus amigos dentro de aquel portal, en Pozoblanco no podrá decir que la chica sabía lo que le estaban haciendo. En las imágenes, las cuales vio este periodista, se ve cómo la joven aparece en estado de desmayo, situación que el militar aprovecha para agarrarla del cuello, besarla y tocarle los pechos sin que la víctima se muestre activa o participativa en ningún momento. Tras él la manosean el resto de amigos, entre ellos el guardia civil, que lo hace mientras maneja el coche, por lo que ha de girarse para poder llegar hasta los senos de la víctima.
5. No siempre se despide con educación. El día que declaró ante el tribunal de la Audiencia de Navarra, hace ahora dos semanas, Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena dijo que tras los hechos ocurridos en el portal ni él ni sus amigos esperaron a que la chica saliera con ellos del interior del edificio y que decidieron continuar la fiesta sin ella aquella noche. A los pocos minutos les denunció.
Pero ocho semanas antes el 'adiós' del militar fue distinto. La chica de la que abusaron en Pozoblanco recobró la conciencia al llegar a su pueblo. Se vistió y se colocó en el asiento del copiloto. Acto seguido, el militar le pidió que le practicara una felación allí mismo. La chica se negó y él la habría golpeado dos veces en la cara y otra en el brazo. Luego, la insultó y la empujó fuera del coche en las inmediaciones de un descampado a la entrada de Pozoblanco.
6. Sujetaron la cabeza de la chica. Durante su declaración del mes pasado, la fiscal Elena Sarasate, quien pide 22 años y 10 meses de prisión para él y sus cuatro amigos enjuiciados, preguntó al militar si recordaba si en algún momento, cuando ella les estaba haciendo las felaciones o mientras era penetrada anal o vaginalmente, le sujetaron la cabeza o se le orientó hacia uno o hacia otro. Cabezuelo Entrena dijo que no recordaba haber visto "nada de eso", pero la chica contó ante el tribunal solo unos días antes que los miembros de 'La Manada' la agarraban de la cabeza y de la coleta para dirigirla hacia sus miembros viriles, como se confirmó durante el visionado de los seis vídeos.