La joven de 21 años que ha denunciado a cuatro de los acusados de la violación de San Fermín por otro caso de abusos sexuales en Pozoblanco (Córdoba) buscó consejo entre sus amigos nada más despertar, después de que la noche anterior supuestamente abusaran de ella y lo grabaran con un móvil, para después compartirlo en un chat.
Diario de Noticias ha publicado algunos mensajes de WhatsApp que la joven envió a la mañana siguiente. En una primera conversación, un amigo le animaba a denunciar: "Llama y sé valiente, seguro que hay especialistas que te pueden ayudar". "Vamos a ver. A quién llamo. Que es que es muy fuerte", le dijo la joven. "No digas nada, por favor, que vergüenza...", le pidió.
También escribió desconsolada a otro amigo: "Me va a dar algo. Y voy a matar a XXX un día de estos. Ayer me forzó un tío y me rajó el vestido". Ante la sorpresa del amigo, la joven trató de explicarse: "Y se piensa que estoy inventándome esto por llamar su atención. Es que es muy fuerte, vamos. Nada, que estaré loca". En un mensaje de audio, la joven le explica que su entorno está cachondeándose de ella porque encima no le creen. "Es que eso es muy fuerte, ¿qué clase de amigas tienes?", le pregunta su amigo.
La policía no le creyó
"La presunta víctima manifiesta verbalmente que relató lo sucedido a varios amigos e incluso a un agente municipal, no creyéndole, motivo por el cual no llegó a presentar denuncia en aquellas fechas", asegura la Policía Foral en su informe remitido al Juzgado y al que tuvo acceso EL ESPAÑOL.
La Policía Local de Pozoblanco (Córdoba) investiga ahora si entre sus filas se encuentra el agente municipal que no atendió a la joven. Así lo confirmó a este periódico el oficial jefe del cuerpo Local, José Antonio Blanco, tras conocer la noticia de que la chica acudió a un agente municipal y esté no la creyó. Por esa razón no llegó a presentar denuncia, según explicó a los agentes de la Policía Foral de Navarra que contactaron con ella. Ante ellos, cinco meses después, sí denunció los hechos.
Según ha informado Diario de Noticias, la joven relató a la Policía Foral que al día siguiente de los hechos se levantó de la cama y vio que tenía varios moratones en la parte trasera de una pierna, los cuales fotografió con su teléfono móvil, y recordó además que “le dolían mucho los muslos”.