Churrería Valen: Las auténticas porras madrileñas llegan a A Coruña
El manchego Paco Prieto abrió en octubre este local y pretende que los coruñeses se aficionen a uno de los desayunos más populares de Madrid
31 julio, 2020 17:07A Paco Prieto le viene la profesión churrera de familia. En su Almadén natal, en Ciudad Real, aprendió este oficio gracias a las enseñanzas de su tío Valen. A él le debe el nombre de su churrería que tiene en el número 11 de la calle Juan Díaz Porlier, en Matogrande.
Desde octubre, tiene entre ceja y ceja que los coruñeses se aficionen a las porras madrileñas. Cuando uno entra en la churrería Valen se encuentra frente a frente con este delicioso manjar, enrollado tras una vidriera. Tras casi diez años en A Coruña, este manchego ha cumplido su sueño de tener su propia churrería.
Hablamos con Paco Prieto sobre cómo fue la apertura y que tal ha resistido el negocio a la pandemia. También nos cuenta divertidas anécdotas relacionadas con las porras. ¿Conseguirá su propósito de enganchar a los coruñeses?
Una porras únicas
¿Cómo surgió la idea de traer las porras a A Coruña?
Yo soy del sur, y cuando vine a vivir aquí, como soy de familia de churreros, se me ocurrió. Los churros los hay aquí, en muchos lados, pero las porras no. Hay mucha gente en A Coruña que no es de aquí o que ha vivido en Madrid y se ha vuelto. Me parecía buena idea traer las porras aquí.
¿Cómo fue la reacción de los clientes?
Yo abrí en octubre y la cosa iba muy bien. Se empezó a correr la voz y la cosa empezó a funcionar, pero luego llegó la pandemia y se torció. Pero antes la gente veía las porras y se sorprendía mucho. Gente con familia en Madrid y alrededores sobre todo.
¿Solo vienen por las porras?
También tenemos un gran chocolate casero con leche. No lleva ni espesantes de harina ni nada de eso. A mí me cuesta algo más caro pero yo lo prefiero así. La base de esta churrería es trabajar con productos únicos.
¿Cómo se consigue?
Yo utilizo unas harinas especiales. La porra no tiene nada que ver con el churro. La harina es diferente, el agua es diferente, la temperatura es diferente y, en definitiva, se hace diferente. Todo cambia. La gente se piensa que la porra es como un churro, pero más grande. Para nada es así.
¿Cómo es su elaboración?
Pues es más complicado hacer la porra que el churro. La porra se hace al momento la masa y se fríe al momento. Si no se hace así, no vale. Mucha gente me dice que les pase la receta, y es muy fácil: harina, agua y sal. No lleva más, pero hay que saber hacerlo. Tengo una trabajadora a la que enseñé a hacer churros, pero las porras le está costando.
Al final, estás en una zona donde no hay tradición.
Parece una tontería, pero hay que currárselo mucho. De hecho, me hubiese gustado tener un local en el que se pudiese ver como hago las porras. Todo el proceso. Pero por las características de este, no se puede. Lo hago todo a mano, no tengo ninguna máquina.
¿Cómo surgió la idea de abrir la churrería?
Yo tenía antes un restaurante, pero siempre me rondó la idea de abrir una churrería. Me gustaba la idea de depender solo de mí, no necesitar ayuda de cocineros ni camareros. Y así fue. Tengo dos trabajadoras, que ahora mismo están en ERTE, pero la base principal soy yo.
¿Tienes anécdotas ya?
Pues sí, varias. Pasó un chico un día y se encontró a una persona comiendo porras en la terraza. Se lo dijo a su mujer, que es de Zaragoza y vino al día siguiente a preguntar si de verdad teníamos porras. Las probaron y trajeron a unas diez personas entre familia y amigos. Un día, quedé con esta mujer y me comentó que su madre, que estaba viuda, iba a venir ese día y que no le dijese nada de las porras, que quería que fuese una sorpresa porque hacía años que no las comía. Cuando la señora las vio, arrancó a llorar. Resulta que su marido era muy aficionado, las desayunaba todos los días con ella. Se emocionó muchísimo y me dio un abrazo.
¿Y con coruñeses?
Los coruñeses son más de churros. El problema que tiene la porra es que a la media hora se empieza a enfriar y se pone blanda. Eso pasa mucho en Madrid, donde los bares preparan las porras a las siete de la mañana y quedan todo el día. Muchos coruñeses habrán probado esas porras blandas y aceitosas y se habrán quedado con ese recuerdo. Por eso siempre que alguien duda, le doy a probar. Y sus reacciones son muy buenas.
¿Cambian de opinión?
La mayoría sí. La porra tiene que estar crujiente por fuera y blanda por dentro. Aquí ya hay mucho gallego que la está comiendo, pero es algo lento. El que la come, se aficiona. Tengo gente que me encarga 12 o 15 para el fin de semana.
¿La pandemia arruinó ese efecto llamada de las porras?
No te creas. Los primeros días, no abrí, pero cuando se pudo bajar a la calle sí que empezó a venir mucha gente a por ellas. El Día de la Madre fue una locura. No sé ni la cantidad de encargos que tuve. Aquí ha venido gente hasta de Monte Alto a por porras.
Veo además que habéis incorporado el servicio a domicilio.
Trabajamos con Just Eat. Voy recibiendo pedidos, y es raro el día que no pidan porras.
¿Ganan churros o porras de momento?
No, no. Sigo vendiendo más churros que porras. Si estuviese en Madrid, no sería así, pero aquí tiran más los churros. Espero que a mitad de septiembre empiece a tener más pedidos. En verano es difícil mantener el ritmo.
¿Has notado ese bajón de clientes?
Creo que en muchos casos es por la pandemia. Estos días volvieron a venir dos señoras mayores que venían todas las tardes antes del estado de alarma. Creo que hay gente que no viene por miedo a salir de casa. También influye que el colegio esté cerrado. Venían muchos niños por las tardes después de clase, algo que ahora ya no hacen.
Como buen hostelero
¿Otros churros de A Coruña?
Me quedaría más con los del Timón, que se parecen más a los míos.
¿El mejor chocolate de supermercado?
El chocolate depende de lo que le metan o como lo espeses tú. A mí me gusta líquido, con mucha leche. Es cuestión de gustos.
¿Un desayuno si no hubiese churros ni porras?
Un montado o algo salado.