En el extremo norte de la Costa da Morte se encuentra la pintoresca localidad de Camariñas, convertida en la puerta natural al mar de la comarca de Terra da Soneira. Esta agreste península gallega tiene en Cabo Vilán su faro costero más emblemático, considerado el auténtico centinela del Atlántico en una zona de bajos peligrosos y litoral entrecortado. En cualquier caso, Camariñas no sólo es conocida por su enorme vinculación al mar, sino también por la inmensa riqueza natural, cultural y hasta gastronómica que impregna cada rincón del municipio.
Lo cierto es que este municipio coruñés puede presumir de unos paisajes y arenales espectaculares distribuidos a lo largo y ancho de todo su litorial, siendo el conjunto que forman las playas de Reira uno de los más impresionantes. Estas preciosas lenguas de arena fina y dorada, aguas color turquesa y fuerte oleaje se extienden desde el entorno del Cabo Trece ―donde se enmarca el famoso Cementerio de los Ingleses― hasta el vértice rocoso que da forma a Cabo Vilán, ofreciendo a los viajeros una de las estampas más bonitas y salvajes de toda la Costa da Morte.
La belleza salvaje de los arenales de la Costa da Morte
La zona de playas de Reira conforma uno de los enclaves de culto más impresionantes dentro de la Costa da Morte. En este rincón agresde del litoral camariñés, el paisaje se abre paso ante un horizonte marinero que refleja toda la bravura del océano Atlántico. No obstante, durante la temporada estival el mar reduce su fuerza y los arenales de Reira se convierten entonces en un auténtico remanso de paz en el que el visitante puede disfrutar también de las largas y calurosas jornadas del verano.
Cabe recordar que el entorno de Reira da forma a un conjunto bastante amplio de arenales de apariencia virgen y cambiante, pues el ambiente se va modificando año tras año debido a los fuertes vientos y oleajes que dominan esta zona de la Costa da Morte. Cabe recordar asimismo que las playas de Reira están orientadas al noroeste, por lo que se encuentran totalmente a merced de los vientos de nordés.
En cualquier caso, desde el Faro de Cabo Vilán un espectacular sendero de tierra pone rumbo hacia las playas de Reira. Una vez conquistado el alto de A Pedrosa, la bajada hacia los citados arenales regala una de las estampas más bonitas de la costa norte coruñesa.
La primera de las lenguas de arena que veremos en este punto es la conocida como playa de O Pedrosiño o A Pedrosa, una magnífica cala de aguas cristalinas envuelta por una naturaleza autóctona única en Galicia, ya que en esta zona crecen especies tan singulares como la Caramiña ―la cual da nombre a la localidad de Camariñas. Además, A Pedrosa se encuentra medio resguardada de los vientos y el oleaje gracias a la presencia de un pequeño islote (isla Portuguesa) enclavado a escasos metros de la arena.
A muy poca distancia del primer arenal nos encontramos con la playa de Celorio o A Balea, en cuyos límites desemboca un pequeño riachuelo en el que en algunas ocasiones se forma un tramo de agua embalsada ideal para el disfrute de los más pequeños. No obstante, hay que tener en cuenta que esta cala presenta en su zona unas peligrosas corrientes por lo que es recomendable establecer precauciones durante el baño.
Además, también es una de las lenguas de arena que cuenta con el acceso más complicado y es por esta razón también una de las más tranquilas. También la llamada cala de Reira comparte similutes y semejanzas con la playa de A Balea, pues sus pequeñas dimensiones la convierten en un paraíso idílico que contrarresta su belleza con el carácter salvaje de la Costa da Morte.
Al margen de las pequeñas calas, una de las playas más representativas del conjunto de Reira es la conocida como Playa de Area Longa o Area Grande de Reira, un espectacular arenal en el que domina el paisaje pedregoso y agreste tan característico de la Costa da Morte. Por sus condiciones, se trata de un arenal poco masificado y muy frecuentado por surfistas, pues el oleaje y los vientos que se forman en este punto de la costa resultan perfectos para la práctica de este tipo de deportes.
Además, desde este rincón de Reira la panorámica que se extiende hasta el faro de Cabo Vilán resulta realmente mágica, convertida en el telón de fondo perfecto a la hora de disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos de toda Costa da Morte.