Parques naturales de Galicia: As Fragas do Eume
Es uno de los parques naturales más conocidos de Galicia, que enamora por su ubicación a orillas de un río. Un monasterio medieval escondido en el bosque, pequeñas cascadas y riachuelos, miradores de vértigo y una frondosa vegetación propia del Jurásico son algunos de los encantos que nos ofrecen las Fragas do Eume.
12 noviembre, 2020 06:00Galicia tiene seis espacios declarados parques naturales, O Invernadeiro, la Baixa Limia-Serra do Xurés, el Monte Aloia, la Serra da Enciña da Lastra, el Complexo Dunar de Corrubedo y Lagunas de Carregal e Vixán y las Fragas do Eume. Sin duda es éste último uno de los más conocidos y frecuentados por gallegos y visitantes por su fácil accesibilidad y sus rutas de senderismo aptas para toda la familia.
Las Fragas do Eume, un lugar con magia
Las Fragas do Eume se encuentran muy próximas a Pontedeume, una localidad a medio camino entre A Coruña y Ferrol que destaca por su bello casco histórico lleno de referencias a las familias señoriales que antaño la habitaron. Desde esta población hay un desvío que en pocos minutos nos acercará a las Fragas, un mágico bosque frondoso donde la vegetación y el agua son los auténticos protagonistas. Las Fragas do Eume son uno de los espacios naturales protegidos más importantes de Galicia, con sus más de 9.000 hectáreas a la ribera del río Eume. Tal es su importancia que sus fragas están consideradas como uno de los mejores ejemplos de bosque atlántico de toda Europa.
Entre su vegetación destacan los grandes robledales (carballos), castaños y abedules que dan forma a este bosque de ribera, pero también helechos del período Terciario, que empezó hace 65 millones de años con la extinción de los dinosaurios. Su fauna, también muy variada, la forman desde el azor, el búho, el halcón y el martín pescador hasta todo tipo de anfibios. También podemos encontrar en él diversos mamíferos, como la nutria, el corzo, el ciervo o el zorro. De ahí la importancia de proteger este parque y a sus especies naturales respetando las normas que se imponen para visitarlo.
Rutas de senderismo, caminando por las Fragas
Hay cuatro zonas de acceso a las Fragas, pero el Centro de Interpretación es el primer lugar al que conviene dirigirse cuando se llega al parque para recoger información sobre los recorridos que se pueden hacer por el mismo. Junto a este centro hay una pequeña zona de aparcamiento, aunque también está permitido aparcar más abajo, junto al primer puente que cruza el río. En temporada baja se puede llegar en coche por la pista asfaltada hasta las inmediaciones del Monasterio de Caaveiro, cosa que en temporada alta no está permitida, aunque hay autobuses gratuitos que el parque pone a disposición de los usuarios para visitar el templo sin necesidad de caminar.
No obstante es muy recomendable hacer a pie alguna de las rutas señalizadas, entre las que destaca el Camiño dos Encomendeiros, que se extiende a lo largo de unos 8 kilómetros a orillas del río y cruza un par de puentes colgantes antes de llegar a Caaveiro.
Otras rutas de interés que nos permiten disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor son las del río Sesín, el Camiño da Ventureira o los Altos do Fontardión. Pero si queremos obtener las ansiadas vistas del río Eume, que recuerdan ligeramente a los paisajes de Ribeira Sacra, hay que hacer la Senda Os Cerqueiros, que se alarga durante 6,5 kilómetros por el municipio de Monfero ascendiendo hasta el Mirador do Carbueiro, que asombra con su espectacular panorámica sobre el cañón del Eume.
Un monasterio medieval perdido en el bosque
Si decides realizar la ruta más habitual, Os Encomendeiros, la recompensa será alcanzar el Monasterio de Caaveiro, un cenobio fundado en el siglo IX y ubicado en plena naturaleza, cuyos restos más antiguos conservados datan del siglo XII. La estampa del monasterio en medio del bosque impresiona. Si la intención de los monjes era aislarse del mundo al construir aquí el templo, no pudieron hacer mejor elección que estas fragas de espesa vegetación y, en sus tiempos, difícil acceso.
Hay otro templo de interés en el entorno de las Fragas, aunque no en un lugar tan remoto como el anterior: el Monasterio de Santa María de Monfero, del que parte el sendero hasta el embalse del Eume. Fue fundado en 1134 y destaca por su fachada de líneas barrocas y por albergar en su interior las tumbas de los Andrade, dueños y señores de gran parte de la Comarca del Eume en el Medievo.
Emma Sexto