Librería Carballido de A Coruña: Un rincón lleno de historia que se apaga en Os Castros

Cambiar las estanterías llenas de centenares de libros, objetos de papelería y de regalo por descanso y prometedores viajes que llevan años pendientes. Este es el cambio de rumbo vital que darán el próximo 31 de marzo Pilar Sanjurjo y Suso Carballido, que llevan al frente de la librería Carballido del barrio coruñés de Os Castros desde hace 32 años y les ha llegado el momento de parar.

Foto: Quincemil

La despedida de esta librería que abrió sus puertas en los 90 supone una gran pérdida cultural para el barrio, dado que en ella se pueden encontrar miles de referencias de interesantes libros fundamentalmente de historia, además de literatura infantil y juvenil, best seller, clásicos de las letras y universales, de letras hispanas, en gallego, libros actuales y hasta libros descatalogados o agotados. La gran cantidad de material de la librería es a su vez fruto de la fusión de dos negocios, la actual Carballido y la Carballido 2 que Suso montó hace tiempo en la Avenida de Oza.

Una aventura literaria detrás del mostrador que la pareja ha vivido en común en los últimos años pero que en sus inicios no fue así, porque él se dedicó a la venta de materiales de construcción para tener ganancias notables mientras que ella crio a sus hijos y opositó a maestra aunque no consiguió plaza, algo que derivó en que naciese la librería, un negocio vinculado en parte a la docencia.

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"Non é un negocio común, require máis vocación e gusto polos libros"

Uno de los objetivos de Carballido desde su apertura siempre ha sido trabajar en el conocimiento de la historia de Galicia y en general de sus clientes. Según Suso, ya sabía cuando empezaron con la librería "que non era un negocio coma os demais e que requería máis vocación, aparte de gusto polos libros". A su vez, reconoce que en los últimos años "deixáronse levar un pouco", en el sentido de que por cansancio vital y por la rutina diaria dejaron de organizar firmas o presentaciones de libros, pequeños conciertos o cuentacuentos para niños.

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En sus mejores años, Carballido fue escenario de grandes momentos como una multitudinaria firma de libros del autor gallego Manuel Rivas, que logró convocar a tal número de personas que la fila de seguidores salía del negocio y continuaba por la calle. "Os comezos non foron doados como en todos os negocios que empezan porque hai que fidelizar clientes e costa moito, pero estes anos foron un placer e fixemos moitas amistades", explica Sanjurjo, a lo que añade que la mayoría de clientes son del barrio, además de otros de los alrededores de la ciudad y de paso, que acuden a la zona a dejar a sus hijos en los colegios.

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Entre los clientes más fieles, la pareja rememora con cariño a un hombre que vivía en María Pita y cogía el bus urbano exclusivamente para acudir a Carballido a comprar libros, argumentando que el trato cercano y los libros que había allí "no los encontraba en otro sitio", comentan orgullosos los dueños de la librería que lleva el apellido de él. Su vinculación con la literatura no terminará la próxima semana cuando echen el cierre, sino que están recopilando los volúmenes de historia que más les interesan para montar una pequeña librería privada en una oficina cercana que tienen en desuso.

Traspaso del local con 4.000 referencias y "despedida agridulce"

Foto: Quincemil

El local actualmente está disponible para ser traspasado como librería con aproximadamente 4.000 volúmenes de diferentes temáticas. Si los próximos dueños mantienen este negocio, Pilar y Suso aseguran que les cobrarán durante una década una pequeña renta de alquiler.

El cierre definitivo será el jueves, 31 de marzo, y ambos reconocen que la despedida "é unha sensación agridulce" porque tienen ganas de hacer cosas nuevas pero les costará no poder tener el trato diario con la clientela. "É diferente xubilarte dun negocio que é teu que facelo doutro traballo. pero penso que voume adaptar ben", dice Sanjurjo, al mismo tiempo que reconoce junto a Suso que si tuvieran 50 años se dedicarían a montar un local más grande donde habilitarían una sala de exposiciones, conciertos y conferencias.

Foto: Quincemil

Actualmente ella tiene 65 años y él 73 y se apartan del establecimiento que forma parte de su vida por la exigencia que eso supone. El horario era de 09:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 aunque en épocas como el comienzo de los colegios con los libros de texto tenían que echar el resto y ampliar las horas de atención al cliente. Su tiempo desde abril se dividirá en cuidarse, viajar y hacer deporte y dejan lejos malos recuerdos como el par de robos que sufrieron en la librería además de llevarse el cariño de centenares de clientes para siempre gracias a su buen hacer, que ha dejado huella.