Mercedes Nuñez, la hija de un coruñés que sobrevivió a tres campos de concentración nazis
La historia de la hija de un joyero de Bergondo que sobrevivió a los peores momentos de la represión franquista y el Holocausto para luego reivindicar la memoria desde Galicia.
16 mayo, 2021 06:00Se estima que Alemania construyó 25.000 campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, en los que fallecieron alrededor de 6 millones de personas. Entre ellos se encontraban 4.427 españoles víctimas del exterminio nazi y su locura, que asoló Europa. Pero también hubo supervivientes que lograron escapar de aquel infierno y contar al mundo lo que habían visto, lo que habían vivido, lo que habían sufrido. Una de aquellas personas fue una hija de un gallego cuya vida es merecedora de ser estudiada en los libros de historia: Formó parte de la Resistencia francesa, sobrevivió a los interrogatorios de la temible Gestapo, boicoteó armamento nazi, logró salir viva de tres campos de concentración y luchó por la memoria de los deportados. Esta es la historia de Mercedes Núñez Targa, una luchadora por la libertad a la que Francia premió con sus máximas condecoraciones civil y militar, y que su país aún olvida injustamente.
Mercedes nacía en Barcelona el 16 de enero de 1911. Su padre, José Núñez Otero, era natural de Bergondo, un Ayuntamiento de la provincia de A Coruña, del que se había mudado años antes a Barcelona para abrir una joyería en la Rambla de las Flores. A pesar de haber nacido allí, Mercedes siempre se sintió gallega, y participaba activamente en el Centro Gallego de Barcelona, del que su padre era directivo.
Ya de muy joven se introdujo en el mundo cultural y asociativo de la ciudad, trabajando durante la República como secretaria de Pablo Neruda, que ostentaba el cargo de Cónsul de Chile en Barcelona. Se afiliaría a las Juventudes Socialistas Unificadas y más tarde al Partido Socialista Unificado de Cataluña.
Cuando estalla la Guerra Civil, Mercedes comienza a colaborar en la sede del PSUC de Barcelona hasta que, en 1939, el Partido Comunista la pone al frente de la reorganización del partido en A Coruña. Sería vigilada de cerca por la Dirección General de Seguridad de Franco hasta que el 10 de noviembre de 1939 es detenida.
Es internada en la cárcel de mujeres de Betanzos, más adelante en la Prisión Provincial de A Coruña y el 6 de marzo de 1940 en la Prisión de Ventas en Madrid, donde se hacinaban millares de presas. Meses antes, habían estado allí recluidas las legendarias “Trece Rosas”, trece mujeres que fueron ejecutadas frente a los muros del Cementerio de la Almudena de Madrid, acusadas de "adhesión a la rebelión" y condenadas a la pena de muerte, en agosto de 1939.
El 25 de octubre de 1940 Mercedes se somete a un Consejo de Guerra donde es condenada a doce años de cárcel por ayuda a la rebelión, pero sería puesta en libertad provisional poco tiempo después, en enero de 1942. Cuando se despidió de sus compañeras de la cárcel, le hicieron una petición: “Explica a los de la calle lo que has visto aquí, que se sepa”. Nunca olvidaría esta promesa.
Se traslada a Barcelona y pone en marcha su fuga a través de los Pirineos bajo una identidad falsa, Francisca Colomer, pero es detenida y encarcelada por las autoridades francesas en la prisión de Perpignan bajo la acusación de traspasar de manera clandestina la frontera. Es trasladada al campo de Argeles donde permanece hasta que encuentra una oportunidad de salir, el 23 de noviembre de 1943, gracias a un patrón que necesitaba a alguien para cuidar a sus cerdos.
Finalmente encuentra trabajo en las cocinas del Estado Mayor de las fuerzas de ocupación nazis en Carcassonne y se incorpora a la Resistencia francesa, espiando a los alemanes y abriendo las puertas de su casa para todos aquellos que luchaban contra ellos.
Pero el 25 de marzo de 1944, Mercedes y once integrantes de la Resistencia eran detenidos por la temible Gestapo, la policía la policía secreta de la Alemania nazi, que dirigía Reinhard Heydrich.
En la sede de la Gestapo, en el número 67 de la route de Tolousse de Carcassonne, es sometida a un violento interrogatorio, tras el que es deportada en tren en condiciones infrahumanas al campo de concentración de Saarbrücken y luego al de Ravensbrück. Durante cinco días, en un vagón destinado originalmente para el transporte de caballos, viajaron hacinadas más de cincuenta mujeres sin nada más que un trozo de pan y una palangana en la que hacer sus necesidades.
Tras llegar a la estación de tren, tuvieron que recorrer varios kilómetros hasta el campo. Por el camino las mujeres podían ver casitas con jardín donde los niños jugaban despreocupados entre las flores, lo que les insufló un halo de esperanza.
Pero más adelante descubrirían que aquellos alegres jóvenes eran los hijos de sus carceleros, que jugaban con preciosas flores que habían sido abonadas con las cenizas de los prisioneros calcinados en los crematorios. Cuando llegaron al campo, soldados de las SS las esperaban con palos, ametralladoras y perros. Parecía el Apocalipsis.
Mercedes y sus compañeras de viaje son apartadas y puestas en cuarentena. Los nazis tenían que determinar quiénes de ellas estaban sanas y eran aptas para trabajar. Las que no lo fueran serían liquidadas en la cámara de gas o en los hornos. Una de sus compañeras dijo en voz alta: “Mirad, allí deben estar las cocinas, ¿no veis el humo?” Era el horno crematorio.
Allí permaneció Mercedes durante cuarenta días convertida en un número, el 43.255, hasta que el 21 de julio de 1944 es enviada al Kommando HASAG de Leipzig, un complejo industrial donde las reclusas realizaban trabajos forzados en una fábrica de armamento que abastecía al Tercer Reich.
Allí, junto a otras reclusas, decidieron que tenían que hacer algo. Y vaya si lo hicieron. A pesar de la presencia de las SS tuvieron la valentía de sabotear muchos de los obuses que allí fabricaban para la guerra, haciendo que fueran inservibles en el campo de batalla.
Y un día todo, por fin, acabó. El 14 de abril de 1945, la 2ª División de Infantería del ejército de los Estados Unidos de América, liberaba Leipzig. Ese mismo día, debido a que estaba enferma, Mercedes había sido incluida en el listado de personas que serían exterminadas en la cámara de gas.
Es repatriada a París, desde donde es llamada a declarar en el juicio contra su torturador en Carcassonne, que sería fusilado en septiembre de 1945.
Junto a su compañero, Medardo Iglesias, que había sido Capitán de la Guardia de Asalto Republicana, convierte su casa parisina en lugar de encuentro de militantes exiliados, deportados, intelectuales y represaliados.
En 1959 el gobierno francés le concedería la Medaille Militaire (su máxima condecoración militar) y el presidente de la República, Charles de Gaulle, le otorgaría el título de Chevalier de la Legión d’Honneur (su máxima condecoración civil) en 1960. Además, le fueron concedidas la Medalla de la Deportación e Internamiento por hechos de Resistencia, la Cruz del Combatiente y la Medalla de la Resistencia.
En París participó en el Movimiento de la Paz y en la “Unión des Femmes Français” y colaboró con la CGT asesorando a los emigrantes españoles. Participó en numerosos Congresos sobre la deportación dando su propio testimonio y colaboró en periódicos y revistas francesas y españolas utilizando seudónimos, debido al miedo a la represión franquista.
En 1967 publica en París el libro “Cárcel de Ventas”, con el que cumplía la promesa hecha a sus compañeras de cautiverio hacía más de 25 años. Un año después participa en la creación del Partido Comunista de Galicia y comienza a escribir otro libro “Candidata al crematorio”, que se publicaría en 1980.
A la muerte de Franco regresa a su querida Galicia para consagrar su vida a luchar contra la desmemoria. Desde Vigo elaboró un censo de más de doscientos gallegos que habían muerto en los campos de exterminio nazis.
Cuando un periodista le preguntó en marzo de 1986 qué era para ella la libertad, contestó: “Mi libertad es un mundo de justicia, donde todo el mundo pueda vivir, donde no haya guerras, donde no se cometan injusticias, donde nadie pase hambre. Eso, para mí, es la libertad. Poco después de aquella entrevista, el 4 de agosto, Mercedes fallecía en Vigo sin haber conseguido de las Autoridades gallegas ni españolas el reconocimiento a los deportados.
Así fue como una mujer injustamente olvidada se convirtió en un símbolo, una mujer que luchó contra el fascismo en España, Francia y Alemania, una mujer que sobrevivió al horror nazi, una mujer que, como tantas otras, fue una luchadora por la libertad y que contó a la calle lo que allí había vivido: Mercedes Núñez Targa.
Historias de la Historia…
Iván Fernández Amil. Top Inspira LinkedIn. Storyteller. Jefe de Compras.
https://www.linkedin.com/in/ivan-fernandez-amil/
https://www.instagram.com/ivanfamil/
Referencias:
- El Valor De La Memoria: De la cárcel de Ventas al campo de Ravensbrück. Renacimiento Editorial, 2016
- NÚÑEZ TARGA, M: Destinada al crematorio: De Argelès a Ravensbrück: las vivencias de una resistente republicana española. Editorial Renacimiento, 2011
- es.wikipedia.org
- lavozdegalicia.es
- deportados.es
- heroinas.net
- losojosdehipatia.com.es
- mundoobrero.es
- fpabloiglesias.es
- memorialibertaria.org
- universoconcentracionario.wordpress.com
- encyclopedia.ushmm.org
- memoriavigo36.blogspot.com
- carceldeventas.madrid.es