Patricia Abet, experta gallega en sucesos.

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Patricia Abet, experta gallega en sucesos: "Nadie está a salvo de aparecer abriendo un informativo"

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La tercera temporada de la serie documental de Amazon Prime Una Historia de Crímenes se centra en los detalles de casos mediáticos de Galicia como el de Samuel Luiz, el deportivista Jimmy o Manuel Ríos, asesinado a la salida de un Compostela-Deportivo de Copa del Rey. También se analizan otros crímenes que marcaron a España como el de Ana Orantes, Anabel Segura, Marta del Castillo o la que fue presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco.

En temporadas anteriores también se trataron casos sucedidos en Galicia (el parricida de Moraña, el cura de Vilanova, Diana Quer o la niña Desirée de Muimenta) y de nuevo se hace hincapié en la relación de la sociedad con las formas más duras de violencia.

Son seis capítulos de 40 minutos cada uno que se dividen en diferentes temáticas, como por ejemplo si los asesinos son hombres (caso de la Banda Tigres de Arkhan, un grupo organizado de asesinos serbios), si los asesinos son mujeres (crimen de Seseña, caso Ana Páez...), si son casos que confluyen un jurado profesional y uno popular (crimen de la viuda de la CAM, caso Marta del Castillo...) o secuestros mortales (como el de la joven estudiante de empresariales Anabel Segura).

El formato cuenta con la colaboración de Guardia Civil, UCO (Policía Nacional) y Mossos d’Esquadra y el responsable de la idea original, el pontevedrés Alberto Arruty y la periodista especializada en sociedad y tribunales, Patricia Abet, han contado a Quincemil lo que se cuece entre bambalinas de esta nueva temporada.

También han respondido a interesantes preguntas como a qué se debe la especie de delirio masivo que se está viviendo con los formatos audiovisuales de crímenes reales en los últimos tiempos, siendo indiscutiblemente lo más visto en diferentes plataformas a nivel mundial.

Alberto Arruty: "No nos interesa el morbo, buscamos casos que ya estén judicializados"

Alberto Arruty.

Alberto Arruty.

El pontevedrés Alberto Arruty es el responsable del guion y la idea original de Una Historia de Crímenes, un formato que surgió por azar a raíz de una conversación fortuita en la que le cuentan la historia del robo de la Virgen de Cristal y el asesinato del cura Don Anselmo en Vilanova dos Infantes en Celanova (Ourense).

Una historia cuyo relato elaboró a base de exhaustiva investigación y la rodeó de elementos interesantes para el espectador que ha derivado en dos temporadas del formato y el análisis de decenas de casos, llegando a resolver varios en un mismo capítulo.

Anteriormente había sido reportero de la Televisión de Galicia y trabajó en populares formatos como Españoles por el Mundo y cubrió temas gastronómicos. Defiende que en la serie no apuestan por el morbo, sino en descubrir a la gente detalles de aspectos poco conocidos, como en este caso que se han orientado al funcionamiento de los jurados populares.

Confiesa que no es consumidor de true crime y aboga en el tratamiento de los crímenes tratados en el respeto de las víctimas principales, es decir, los fallecidos, y las secundarias, que es gente del entorno de los fallecidos que siguen viviendo y que con sus vivencias ayudan al equipo a hacer ruido con este formato audiovisual.

Una de las novedades de esta temporada es el material de elaboración propia sobre los crímenes, ¿en qué consiste?

Lo que hemos hecho este año es hacer un poquito más de hincapié y meter más trabajo en todo lo que son materiales, porque nosotros no hacemos recreaciones porque nos parece que envejecen. O sea, cuando ves el producto dentro de 10 años hay formatos que envejecen un poco mal, porque al final la recreación es un documental. El presupuesto no es el mismo que el de una serie de ficción, entonces cuentas con unos medios técnicos un poco más limitados.

Nos hemos ido a los sitios donde han pasado las cosas para pasar más rato allí y grabar los ambientes, los lugares que evocan un poco lo que ocurrió en su momento. Muchas veces esto bueno, enseñarle al público todo sin necesidad de meter actores y que con la narración de los propios entrevistados uno ya se vaya imaginando un poco la situación, el contexto.

Este año por primera vez cruzamos la frontera, nos hemos ido a Portugal y contamos una historia de un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de Portugal y un caso que en el país luso es muy conocido y todo sucede en un bosque. Hicimos una especie de road trip por todo Portugal y el caso es espectacular porque es un asesinato en el que a una persona la dan por muerta y finalmente no lo está, pero sobrevivió de milagro y está marcado de por vida.

Ver el entorno donde ocurre todo eso, que es bastante inhóspito, parecía imposible que ese tipo sobreviviera porque quedó con un tiro en la cabeza en medio de un monte y se quedó inmóvil durante no sé cuántas horas hasta que recuperó la conciencia y de repente escuchó un gallo cantar y se dijo que tenía que haber casas cerca y se salvó. Es el caso del asesino portugués Pedro Díaz que estuvo huido mucho tiempo hasta que contactó con los medios de comunicación para entregarse y la única condición que puso es que estuviera presente la televisión pública portuguesa para retransmitirlo todo.

¿Qué criterio habéis seguido para seleccionar las temáticas en las que se dividen los crímenes en esta temporada?

Lo que queremos hacer es una antología criminal en España, hemos elegido todos estos casos porque pertenecían a áreas que aún no habíamos tocado y que nos parecían muy interesantes. En todos los capítulos lo que intentamos buscar es que de alguna manera el espectador vea la responsabilidad que tiene como ciudadano de un país democrático en cada uno de estos tipos de crímenes. Hemos intentado buscar casos interesantes pero no nos interesa nada el morbo, siempre intentamos tratar todo con el máximo respeto posible. Normalmente, buscamos casos que ya estén judicializados. 

Nos orientamos en esta temporada principalmente a los jurados populares porque nos habíamos encontrado a gente durante las otras dos temporadas que los criticaba y otra gente que estaba a favor y quisimos adentrarnos en esto porque todos los ciudadanos somos susceptibles de formar parte de un jurado popular en algún momento.

¿Qué es exactamente? ¿Cuál es la labor del jurado popular? ¿Es efectivo? ¿Hace falta que sufra algún tipo de modificación? ¿Qué tipo de crímenes o de casos pueden ser tratados por jurado popular? Son interrogantes que planteamos y hay veces que está muy bien ponernos un espejo delante también y darnos cuenta de que como sociedad tenemos deberes.

¿Qué estrategia habéis seguido para que el formato no sea un true crime más?

Revisamos documentación y los casos estudiando a ver qué podíamos contar y a raíz del caso de Marta del Castillo surgió lo del jurado popular. La mayoría de los casos que cogemos ya están judicializados, podemos hablar sobre ellos con certezas y entonces simplemente lo que hacemos es ir al hueso. Es una manera también de que nosotros mismos evitemos caer en el morbo e irnos a detalles que son muy escabrosos o morbosos.

En el caso de Marta eso pues simplemente hicimos un barrido súper rápido, una cronología de todo lo que ya se sabe para centrarnos en ese jurado popular que es lo que nos interesaba y hablamos con su padre, Antonio del Castillo.

¿A qué se debe el auge tan masivo de los true crime en los últimos años?

La gente en casa no sé si es que lo ve después con otra distancia que al final no es la que tenemos nosotros al vivirlo y al ser una cosa que es real. La gente ve los casos como el hecho de descubrir facetas del ser humano que muchas veces son aterradoras e increíbles a veces. Yo no soy consumidor de true crime, salvo casos muy concretos, aunque a veces no hay material para llenar cuatro episodios de lo mismo y te terminas parando en unos detalles que tampoco me interesa saber las intimidades de esa persona. Ya bastantes malas noticias estamos viendo actualmente como para sufrir más viendo ese tipo de formatos gratuitamente.

¿Qué ha sido lo más complicado en las ocho semanas de rodaje?

Como tenemos que cuadrar muchas entrevistas, al final siempre, es complicado, pero también tenemos que hacer un sentido lógico de grabaciones mientras estamos haciendo toda esta ruta por España y siempre hay que tratar con el máximo cuidado a todos los entrevistados. 

Una cosa que nos pasó fue que la madre de Gabriel Cruz (niño asesinado por la pareja de su padre con la asesina condenada a prisión permanente revisable), cuando estábamos en fase de preproducción escribiendo los guiones inició todo este movimiento de documentales y series de crímenes, pidiendo respeto a las víctimas, y eso a mí por lo menos me hizo parar y preguntarme si lo estamos haciendo bien. Es importante tener en cuenta a las víctimas secundarias, que son todos esos familiares y personas queridas de esas víctimas que siguen viviendo.

Nosotros intentamos hacer ruido, pero que el crimen no sea el protagonista, sino que el protagonista sea también el espectador de alguna manera.

Patricia Abet: "Nadie está a salvo de que su nombre aparezca en las páginas de sucesos o abriendo un informativo"

Patricia Abet.

Patricia Abet.

La periodista especializada en sociedad y tribunales comenzó es natural de Bertamiráns, en Santiago de Compostela, y llegó al mundo de los sucesos por casualidad hace 16 años cuando cayó en una redacción en la que ningún redactor tenía interés por este ámbito.

Lleva tres temporadas conformando el equipo de expertos de la serie de Prime Video junto a Manuel Marlasca, periodista de investigación especializado; Miguel Lorente, experto criminólogo.

Se muestra preocupada por la proliferación cada vez mayor en Galicia de los casos de abusos a menores, que reconoce que ya son más numerosos que los del narcotráfico, y recuerda un punto de inflexión en su carrera profesional con el caso Diana Quer, donde cruzó la línea entre la periodista y la persona y llegó a afectarle personalmente.

Apunta que en una hipotética cuarta temporada de Una Historia de Crímenes le gustaría tratar los casos que se dan entre las paredes de las prisiones, muchas muertes a menudo silenciadas o de las que poco se habla, además de "abrir el melón" de la reinserción de presos que cometen crímenes atroces.

Formatos como 'Monstruos' de Netflix con protagonistas como el asesino en serie Jeffrey Dahmer o los hermanos Menéndez, que mataron a sus padres, están entre lo más visto a nivel mundial ¿Por qué hay una fiebre repentina en la sociedad por los true crime?

Los sucesos han existido siempre en la historia del periodismo y creo que tienen un tirón especial entre los espectadores porque al final todos podemos ser protagonistas en un momento determinado de un suceso. Nadie está a salvo de que su nombre aparezca un día en una página de sucesos o abriendo un informativo porque le haya ocurrido algo.

Los sucesos al final están protagonizados por gente de a pie y es mucho más fácil empatizar con los dramas de esas personas. Es cierto que ahora se está generando mucho contenido alrededor de los sucesos, que incluso se están desempolvando muchos sucesos de hace años, casos que ya estaban en el olvido y que se están actualizando. Lo que debe primar ahí es el tratamiento que se le dé y que tiene que pasar por el respeto a las víctimas, más allá de que hay algunos formatos que son más sensacionalistas que otros. En el terreno de la no ficción, que es al que yo me dedico, creo que la clave, que la frontera, está en el respeto a las víctimas siempre.

¿Por qué decidiste especializarte en el periodismo social y de tribunales?

A mí ya de niña me llamaba mucho la atención este género y recuerdo dormirme viendo el 'Quién sabe dónde' de Paco Lobatón. Me crié en una época complicada porque recuerdo el secuestro de Anabel Segura, que ahora tratamos en la tercera temporada de la serie y recuerdo el asesinato de las niñas de Alcàsser.

Ese tipo de temáticas me interesaban y después me olvidé hasta que un buen día caí en la redacción de un periódico. Esto de los sucesos o te gusta mucho o no te gusta nada y yo caí en la redacción de un periódico en el que a nadie le interesaban los sucesos. Eran un poco una patata caliente que se iban pasando de unos a otros y me los quedé yo y ahí fue un poco como como empecé a meterme en este mundillo hace unos 16 años.

¿Cómo es tu labor en el día a día?

El periodismo de sucesos es uno de los más complicados porque las fuentes, que al final son las que nos nutren a los periodistas, son las que nos ofrecen la información. En el periodismo de sucesos no hay fuentes interesadas y nos encontramos con bastantes obstáculos a la hora de contar informaciones, porque normalmente, por parte de los Cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado hay ciertas cautelas a la hora de contar.

Judicialmente nos encontramos con secreto de sumario en muchas ocasiones, porque las víctimas lógicamente no quieren hablar, porque los acusados tampoco lo quieren hacer, entonces muchas veces no tenemos donde recurrir y eso es complicado porque al final lo que tienes que hacer es mucho periodismo de calle, mucho trabajarte fuentes de Guardia Civil, de Policía Nacional, fuentes veraces, que sepas que cuando te dicen las cosas esa es la verdad.

Como profesional no te puedes exponer nunca a publicar un titular falso, porque estás hablando de la vida y la muerte de la gente. Hay que tener todas las cautelas del mundo y tus fuentes muy bien atadas. Es una carrera de fondo que evidentemente lleva años y que no se acaba nunca y por eso es un periodismo muy bonito pero muy complicado de ejercer. Ahora mismo estamos cubriendo el asesinato de Samuel Luiz.

En la tercera temporada de Una Historia de Crímenes contáis casos mediáticos como el de Ana Orantes o Marta del Castillo, muy manidos en el imaginario colectivo. ¿Qué tratáis de aportar nuevo?

Lo que nos diferencia del resto de true crimes que hay ahora mismo disponible en plataformas, que son muchísimos, es la lectura que hacemos de cada caso. Los capítulos no pivotan sobre un único caso, sino que hay un hilo argumental, bien sea secuestros o bien sean mujeres sumisas o un jurado popular. Hay un hilo argumental que va atravesando distintos casos que tienen paralelismos y los analizamos desde una vertiente muy periodística, pero también desde una vertiente muy investigadora.

Tenemos muchos policías, muchos investigadores, muchos agentes, muchos expertos, muchos forenses que explican cómo se llevan a cabo determinadas pesquisas, que quizás es la parte que más en sombra, la parte que el público menos conoce de los sucesos y creo que por eso está funcionando tan bien la serie.

Crimen más complicado al que te hayas enfrentado en tu carrera.

Para mí el reto fue Diana Quer, porque fue un caso que cubrí de principio a fin con un embarazo de por medio. Personalmente fue duro porque me impliqué muchísimo y nosotros, los periodistas, hemos generado una facilidad para alejarnos de las historias que contamos, porque si no sería imposible. Si tú te traes a casa todo lo que has visto a lo largo del día no podrías dormir la mayoría de los días. Sin embargo, a mí con Diana me costó.

Crucé la barrera y pasé muchas noches durmiendo mal. Tuve muchas pesadillas. Llegué a establecer una relación personal con el padre de Diana y fue un caso que yo creo que voy a llevar siempre pegado porque personalmente me cogió en una maternidad recién estrenada y porque fue un caso largo. Además, desde que desaparece Diana hasta que condenan al Chicle pasaron años y esa presión mediática yo no la había visto en mi vida.

Había cubierto el Caso Asunta, habíamos tenido el caso del robo del Códice Calixtino en Santiago, pero yo la explosión del caso Diana Quer no lo había visto en mi vida. Recuerdo informativos abriendo con esto durante semanas y todo era una pelea por confirmar o por descartar cada noticia nueva que iba saliendo.

Códigos de los periodistas de sucesos para no cruzar la línea de lo personal y profesional frente a los casos

Tenemos callo, el primer suceso que tuve que cubrir fue el de un padre que había matado a su bebé en Betanzos, que lo había atado a la sillita del coche y reventó todo con una bombona de camping gas y me costó muchísimo porque era mi primer suceso y lo pasé mal. Después vas aprendiendo a distanciarte porque si no no podría sobrevivir cubriendo sucesos.

Cuando algo cobra las dimensiones que cobró el caso Diana, a veces nos equivocamos. En ese caso me equivoqué como periodista porque crucé una línea roja que no debería haber cruzado y que a mí me dañó personalmente, porque al final me impliqué emocionalmente y eso me hizo pasarlo más mal de lo que hubiera debido, pero al final somos humanos y hay cosas que no puedes evitar. Cuando se leyó el veredicto del caso Diana recuerdo que rompí a llorar.

¿Qué nuevas formas de delincuencia están proliferando en España?

En el ámbito de Galicia, que es lo que yo llevo, estoy escandalizada, preocupadísima y muy angustiada por el nivel de agresiones sexuales que se están dando. Todas las semanas que miro qué casos se van a juzgar a la semana siguiente en las audiencias provinciales y en los juzgados para ver cuáles pueden ser interesantes para su seguimiento no miento si un 70% son abusos, agresiones sexuales, muchos de ellos a niños.

Cada semana me pone la piel de gallina y es algo que comento con los compañeros, porque creo que la gente de a pie no es consciente de las agresiones sexuales que se producen, muchas de ellas a niños y por parte de gente de su círculo familiar. Estos casos son más numerosos que los de narcotráfico y eso que tenemos un largo historial sobre eso en la comunidad. Este es un problema que tenemos encima y que no sé si estamos sabiendo dimensionar, pero es gordo.

Casos que han marcado a Galicia.

Hay uno que yo creo que no le hemos dado la suficiente importancia pero que a mí me parece brutal porque es un asesino en serie. Un señor que en su día mató a su abuela y creo que la había violado antes y le hizo una cruz en la frente, una cosa medio satánica. Lo ingresaron en un psiquiátrico y cuando salió se cargó a otra persona.

Lo metieron en la cárcel y a la salida se volvió a cargar otra mujer en Vigo y lo detuvieron hace poco. Es un caso que no ha tenido recorrido mediático ninguno y estamos hablando de un asesino en serie que ha estado matando durante décadas. Cada vez que se quedaba en libertad atacaba y todavía no ha sido juzgado, diría que está en prisión provisional todavía y no ha llegado a juicio.

También me pareció muy interesante el crimen de Elisa Abruñedo en Cabanas (A Coruña). El trabajo policial fue espectacular Porque era dar con una aguja en un pajar pero muchos años después dieron con él por un estudio genealógico de la gente de la comarca. Fueron pidiendo muestras de ADN entre los varones y finalmente lo encontraron. 

Temáticas para continuar con el formato de Una Historia de Crímenes.

El formato es infinito, porque el mundo, los malos, no descansan, siempre hay un crimen a la vuelta de la esquina. En esta temporada tratamos el tema de las mujeres, porque normalmente piensas en los malos y piensas en hombres. Acabamos de tener ahora el caso de una chica que acaban de condenar porque contactó con un hombre por redes sociales y lo acabó matando y quemando su cuerpo en una hoguera delante de de su casa. Una brutalidad que normalmente achacamos a los hombres, pero que en las mujeres también puede existir.

Me parece muy interesante de lo que hacemos en la serie que ya hemos abordado la prisión permanente revisable y ahora nos hemos encaminado hacia los jurados populares. Me parecería interesante seguir poniendo el foco sobre cómo funcionan en este país los juzgados y los juicios y las prisiones. Ahondar en la vida carcelaria y quizás también en crímenes que se cometen en este ámbito y que no son tan conocidos.