Gonzo sobre el Prestige: "Ojalá no haya que volver a decir Nunca máis y salir a la calle"
El periodista gallego dirige dos programas especiales de Salvados sobre la tragedia que azotó Galicia en 2002: "El poder político y económico siempre va a buscar lavarse las manos y elegir a un cabeza de turco al que poder culpar y dirigir el cabreo de la gente", asegura en referencia al capitán Mangouras, el único condenado
5 noviembre, 2022 06:00El próximo domingo, 13 de noviembre, será el 20 aniversario de un suceso que a Galicia nunca le hubiera gustado recordar: la tragedia del Prestige. Unas 70.000 toneladas de fuel, más de 3.000 kilómetros de costa contaminados entre Galicia, España y Portugal; un buque monocasco en malas condiciones y un temporal de hasta 100 kilómetros por hora y precipitaciones de hasta 60 litros por metro cuadrado. Estas son las principales causas y consecuencias de una catástrofe medioambiental que ennegreció las costas gallegas y que desencadenó una indignación ciudadana culminada en movimientos sociales únicos como Nunca Máis.
Manifestaciones multitudinarias en Santiago o Madrid o miles de voluntarios de la comunidad y llegados de todas partes con sus monos blancos dando paladas sin descanso para retirar el chapapote, considerado y minimizado como "galletas" o "hilitos de plastilina" por las fuerzas del Gobierno en aquel momento. Son muchos los momentos históricos y las imágenes imposibles de borrar de la retina que dejó el barco, sobre todo aquella en la que está partido en dos hundiéndose en aguas gallegas, significando así que el trabajo de miles de marineros y familias del mar estaba en riesgo, además de la fauna marina y otros sectores que vivían de la costa.
Dos décadas después, el periodista gallego Gonzo ha querido revivir todo lo sucedido cronológicamente y con detalle en su programa Salvados, aportando imágenes de Salvamento Marítimo y audios reales en los que se puede ver y escuchar a los principales protagonistas. La presentación ha sido en A Coruña este jueves y los episodios se emitirán este domingo, 6 de noviembre, y el próximo domingo, 13 de noviembre, coincidiendo con el aniversario. A su vez, el libro ‘Chapapote’, del que Gonzo es coautor junto a otros relevantes periodistas gallegos y que se ha publicado recientemente, no se ha querido perder esta efeméride, para remover conciencias y dejar claro punto por punto cómo se desarrolló este episodio negro de la historia de Galicia.
En el libro ‘Chapapote’ hablas de que el Prestige fue una catástrofe y no un accidente y que se debió principalmente a una cadena de errores de los que mandaban en aquel momento. ¿Crees que en Galicia 20 años después podría pasar algo igual o han cambiado las cosas?
Poder puede pasar siempre, eso está claro. Yo creo que en aquel momento se tomaron decisiones que nos facilitan que no pase, en 20 años no ha pasado pero en los 20 años anteriores al Prestige tenemos el Cason, el Mar Egeo, el Urquiola…Pero en los 20 años posteriores no ha pasado porque se ha tomado la medida de alejar el corredor Atlántico, no se permite que transiten los barcos monocasco, se hizo el puerto exterior de Langosteira…pero, como digo en el libro, todo lo relacionado con el Prestige era susceptible de ir a peor y siempre fue a peor.
En estas situaciones si pasa algo así me gustaría ver las decisiones que tomarían los responsables en ese momento, acercarlo a Langosteira es acercar el barco un poco menos que otra de las propuestas que era llevarlo a A Coruña. Me gustaría ver cuál es la reacción de la corporación municipal de A Coruña si ven que en algún momento el barco va a ir ahí.
Creo que se han tomado medidas, pero estos hechos cuando acontecen no solo puedes depender de las medidas o protocolos de actuación que haya, sino que son determinantes las decisiones humanas que se tomen en ese momento y los criterios por los que se rigen esas decisiones, si son decisiones técnicas es más fácil que estén cerca del acierto y si son decisiones políticas es más fácil que estén lejos de él. ¿Hay más protocolos y medidas para evitarlo? Cierto, pero al final entra el factor humano y el de humanos en el poder y eso puede mandarlo todo al garete, que ya tenemos más de una experiencia.
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— Salvados (@salvadostv) November 3, 2022
PRESTIGE. EP01 – 'El último viaje'. pic.twitter.com/OcOpRGe0NA
En 2002 se produjeron momentos como el de Rajoy con los "hilos de plastilina" y cuentas en el libro que un capitán marítimo te comentó cuando estabas en RNE de Lugo que el fuel estaba llegando a las costas de Lugo. Pasados unos días tenían prohibido hablar con la prensa. ¿Qué fue lo más impactante para ti a nivel de decisiones gubernamentales ante el Prestige y en tu cobertura informativa?
Para mí lo más impactante en ese capítulo no es tanto que López-Sors (exdirector general de la Marina Mercante) mandara ese fax a todos los funcionarios de Salvamento Marítimo y Capitanía Marítima de Galicia para que no hablasen con medios, lo que más me impactó fue que la primera persona que me llama como cabreada por haber dado esa información fuese un compañero de RNE, alguien que siendo periodista y miembro de la radio televisión pública del país antepusiese los intereses de un partido político, porque ni siquiera era mi superior, mis superiores me autorizaron a dar la información.
Él era una persona con mucha experiencia, muy conocida en Galicia, que había sido mi jefe en una emisora local, pero en ese momento era un redactor como yo, con más trienios pero nada más. Me llamó indignado a los cinco minutos de salir la información y preguntándome de dónde la había sacado, fue algo que me impactó mucho porque tenía 26 años y estaba empezando mi carrera periodística y tenía ese idealismo de la juventud y la vocación.
Me pareció alucinante el hecho de que un periodista estuviese al servicio de un partido político, le cabreaba más que se hubiese dado la información que el chapapote hubiese llegado a la Mariña lucense. Hablo en ‘Chapapote’ de un informe interno que se filtró del Gobierno donde se mostraba que la gente estaba contrastando la información que salía en Telecinco o La Voz de Galicia con la que se daba en los medios públicos, y figuraba en el documento que "puede generarse la sensación de que hacemos más esfuerzo por ocultar lo que pasa que por solucionar el problema". Esa frase es brutal, porque significaba que lo estaban haciendo y que temían que la gente se enterase.
En las siguientes semanas con el Prestige, ¿te dejaron hacer trabajo de campo?
No volví a hacer ninguna información sobre el Prestige, no recuerdo haber hecho algo más sobre el tema.
Eres de Vigo, ¿a nivel personal cómo recuerdas todo aquello?
Tengo amigos y familia política que se dedican al mar y vivieron unos meses de mucha incertidumbre. Cuando vino la pandemia y estuvimos meses confinados a mí me recordó eso a aquella sensación, de que de repente de un día para otro no puedes trabajar y no poder trabajar significa preguntarse qué hacer durante todos estos meses, cómo llenar la nevera, qué va a ser de mi vida, cómo va a quedar mi trabajo después de que pase todo esto…Lo viví como la mayoría de los gallegos lo vivimos, que quien más quien menos tenemos relación con alguien del mar o que vive de la costa.
No solo estaban afectados los pescadores, sino también la gente del turismo, los hoteles…en los primeros días se decía que del Prestige se podía tardar una década en recuperarse del todo y cada noticia que hablaba de una bacteria que si la soltaban en las rocas se comía el chapapote era como encontrar la vacuna contra el coronavirus.
Cuando estás tan pendiente de una buena o mala noticia, que cualquier indicio te haga estar esperanzado o triste lo que denota es que la angustia que había no era poca cosa y en ese sentido amigos míos estaban empezando su carrera profesional en la biología marina trabajando en Pescanova, familia política se dedica al mar, amigos tenían negocios relacionados con el turismo de playa en Vigo…era una sensación de jodienda y yo tenía una sensación rara desde Lugo, como de que me tocaba menos.
¿Galicia 20 años después ha olvidado lo que pasó o se ha aprendido a vivir con ello y no se echa la mirada atrás?
Olvidar yo creo que no se ha olvidado. Hemos entrevistado a mariscadoras y a percebeiros y cuando hablan ves que se acuerdan perfectamente y que las sensaciones afloran de nuevo, otra cosa es que no solo los gallegos, en general la especie es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia cuando ya ha pasado lo peor y eso fue así. Quien más quien menos en un año, año y medio, consiguió recuperar la normalidad de su vida. Viendo el interés que genera este estreno en A Coruña, te das cuenta de que han pasado 20 años pero que como sociedad en democracia es de las cosas que más nos ha marcado.
Gente del mar está molesta por temas como el parador de Muxía o el puerto de Punta Langosteira porque consideran que se ha hecho para calmar los ánimos de lo que pasó en 2002 con el Prestige y califican este hecho como "una vergüenza". ¿Opinas lo mismo?
Puedo entenderlos, sobre todo cuando el parador de Muxía se ha inaugurado hace unos meses. Recuerdo que mi aldea, de un pueblo del interior de Lugo donde chapapote nada de nada (risas), pero en su día se hizo lo que se conoce en Galicia como concentración parcelaria. Para separar las leiras se hacían pistas forestales y la de al lado de casa de mi abuelo llevaba hecha cinco, siete o 10 años y de repente apareció en la zona un cartel enorme en el que se podía leer: "Ministerio de Fomento, Plan Galicia".
Una obra que ya estaba hecha la incluían en este proyecto y esto de cierto modo demostraba el afán propagandístico del Plan Galicia, que regaron de dinero a la zona de la costa, no siempre bien repartido, y a medios de comunicación, pero sobre todo fue una inversión en sí misma, porque de los 17.000 millones o algo así, la burrada que habían comprometido, muchos ya estaban comprometidos en los presupuestos de ese año.
Te pones a analizar el Plan Galicia en profundidad y te das cuenta de que es un ejercicio de propaganda pura y dura, pero propaganda que sabían que funcionaba y funcionó, porque a gente que estaba en el paro y no podía pescar les pagaban igual, porque trabajas por dinero, pero si ese dinero te llega sin trabajar, pues claro, bienvenido sea. Eso no estaba mal, pero sí lo que hicieron con el Plan Galicia con promesas como dinamizar el turismo de Muxía, pero 20 anos despois; Punta Langosteira lo acabaron hace poco; el puerto exterior de Ferrol cuando se dieron cuenta no tenía comunicación con la ciudad a través de tren…prácticamente infraestructuras inservibles en algún caso. Si eres del mar, en el momento que te das cuenta de que te tomaron el pelo, es normal que te cabrees.
Consideras que manifestaciones multitudinarias de Nunca Máis en Santiago o en Madrid fueron silenciadas por algunos medios o se emitía lo que interesaba. ¿Este movimiento social debería resurgir 20 años después?
Cuanto menos el espíritu de "Nunca Máis" no debe olvidarse, porque al final fueron manifestaciones y movimientos ciudadanos, pero también son quienes organizaron las esterillas y la comida para los voluntarios que llegaron al poco de que el chapapote alcanzase la costa. "Nunca Máis" eran quien informaba a las cofradías y pescadores de las cosas que se podían ir o no haciendo, era la sociedad civil sirviendo a la sociedad civil y eso no se debería olvidar. Espero que no vuelva a pasar ningún acontecimiento que haga que otra vez tenga que la sociedad civil erigirse por medio de manifestaciones, pero ese espíritu es una de las cosas que deberíamos aprender de ese momento.
Igual que cuando arde el monte y sale todo el pueblo a apagar el fuego sea tuya o no la leira y el "Nunca Máis" era un poco todo eso, lo que puede hacer por ti el vecino es más rápido y eficiente que lo que hagan personas que viven en un despacho y no tienen conciencia de la importancia que para ti tiene la pérdida de un terreno u otra cosa. Ojalá no haya que volver a decir "Nunca Máis" y salir a la calle, de la misma forma que digo que ojalá no se pierda la esencia de aquel movimiento ciudadano. La sociedad civil en momentos de catástrofe, probablemente es lo mejor que puedas tener a mano para solucionar tu problema.
En Salvados Prestige aparecen testimonios del mundo de la política y actores como Luis Tosar. ¿Hay alguien implicado en el Prestige que se haya negado a participar?
Todos los ministros que tenían competencias en la gestión de la catástrofe no quisieron hablar, ni Rajoy, ni Cascos, ni Jaume Matas, ni Arias Cañete ni por supuesto el presidente del Gobierno en aquel momento, José María Aznar. El único responsable político que aceptó sentarse fue Enrique López Veiga y por parte del Estado tenemos a López Sors, que fue quien tomaba las decisiones y gestionaba de manera directa; y a Rodolfo Martín Villa que fue el señor lobo que enviaron desde el Estado en enero para apaciguar las aguas en Galicia, tanto desde la parte social como a los medios.
Somo muy pesados cuando queremos una entrevista y utilizamos todos los recursos a nuestra disposición, de hecho hubo uno que nos contestó: "Qué manía, vais a buscar chapapote de hace 20 años. Tenéis mucho chapapote ahora del que hablar pero no interesa". Muchos han declinado hablar porque se han retirado dela vida política y no quieren volver a aparecer y si no quieren hablar probablemente no estén muy orgullosos de cómo se solucionó todo aquello.
¿Qué mensaje queréis transmitir con el libro ‘Chapapote’ y el Salvados Prestige, remover conciencias, recordar lo que ha pasado para tenerlo presente…?
No persigo un objetivo claro. Si tuviera que tener uno, que es un poco lo que nos ha guiado en las decisiones de qué partes contábamos y en las que incidíamos más y en cuales menos, es en la relación que existe entre la ciudadanía y el poder político. Probablemente la máxima expresión o la más cruda la ves cuando sucede algo así, cuando pasa una emergencia brutal en la que se ven las caretas.
Pasó el Prestige y actuaron de aquella manera, en la Guerra de Irak de la misma manera, luego el Yak-42, años después el incendio de Guadalajara y se actuó igual y en el accidente del Alvia en Angrois igual, en el accidente de Spanair igual… El poder político y económico siempre va a buscar lavarse las manos y elegir a un cabeza de turco al que poder culpar y dirigir el cabreo de la gente. Aquello que parecía flipante en 2002 de "cómo están haciendo esto y contando estas cosas", en 2022 es una forma de hacer política, hablamos de las fake news, de las que en Galicia somos expertos desde 2002. El Prestige ha pasado hace 20 años pero la forma de hacer no ha pasado.
¿Haréis un reportaje de otra de las grandes tragedias de Galicia, la del Alvia?
He intentado muchas veces hacer el reportaje del Alvia, pero no se puede porque las partes no pueden hablar con libertad y porque la investigación periodística choca en muchos casos con el oscurantismo y con el silencio de las instituciones. Las veces que nos hemos querido acercar a contar el Alvia, no solo en Salvados sino en otros proyectos, siempre te quedas con la sensación de que queda cojo y no puedes quedarte cojo en una historia como la del accidente del Alvia. Una vez acabe el juicio vamos a tener más perspectiva para contarlo todo.
El juicio del Prestige lo volvimos a ver entero y nos ayudó mucho a entender muchas cosas. En el caso del Alvia las familias nos contactaron varias veces, he visto el documental de Frankestein 04155 y para mí, hacerlo en un programa de televisión como es Salvados con la repercusión que tiene y la trascendencia, todavía no hemos encontrado la forma, aunque tenemos elementos necesarios para contar la historia bastante redonda y que se ajuste a la realidad de lo que pasó.