Roland Salvisberg, el alto diplomático suizo que mantuvo contactos con el entorno de Carles Puigdemont y otros líderes independentistas vinculados al movimiento Tsunami Democràtic, trabaja en un área del Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores (FDFA) que colabora habitualmente con el Centro Henri Dunant para el Diálogo Humanitario (HD). Esta fundación es la que ejercerá el papel de verificador internacional de los pactos de investidura entre el PSOE y Junts, según reveló EL ESPAÑOL el pasado jueves en exclusiva.
Este sábado se reúnen en una ubicación secreta de Ginebra (Suiza) las delegaciones de los socialistas y de los postconvergentes con la mediación de HD. En el pasado, esta organización participó también como actor independiente en las negociaciones entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y ETA, las cuales concluyeron en 2018 con la disolución de la banda terrorista.
En la larga tradición de neutralidad diplomática de Suiza, HD se ha convertido desde su fundación en 1998 en una herramienta privada clave para el trabajo de mediación del FDFA. Así, el Gobierno suizo y la organización han colaborado en procesos de construcción de la paz en países como Tailandia o Papúa Nueva Guinea, además de otros cuyo nombre es desconocido por cláusulas de confidencialidad. Más allá de estos proyectos concretos, HD es un “socio estratégico” de la diplomacia suiza en sus acciones globales, como reconocen documentos públicos.
De hecho, HD no esconde que su principal financiador es el Gobierno suizo. Junto a Noruega, ambos países aportan el 56% del presupuesto de la fundación. Pese a esta relación, la actividad de HD y su prestigio se sustentan en los principios de humanidad, imparcialidad e independencia. Así, la supuesta implicación del Gobierno suizo con una de las partes de un conflicto en el que media la fundación pondría en entredicho su papel.
Los contactos
Según adelantó El Confidencial, Salvisberg intercambió varios mensajes entre finales de 2018 y principios de 2019 con la líder de ERC Marta Rovira, residente en Suiza desde su huida de España tras ser encausada por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. También mantuvo contacto con el jefe de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y la exdiputada de la CUP Anna Gabriel, igualmente establecida en el país helvético después del referéndum.
Los tres últimos figuran en el auto del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón como parte de la cúpula de la organización Tsunami Democràtic, a la que el magistrado investiga por terrorismo. Este movimiento estuvo detrás del colapso del aeropuerto de El Prat de Barcelona en otoño de 2019, además de otras acciones que derivaron en violentas protestas en Cataluña contra la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes del procés.
Las conversaciones interceptadas por la Guardia Civil en el terminal de Alay se desarrollaron a través de un grupo entre los cuatro –Salvisberg, Alay, Rovira y Gabriel–, en la aplicación de mensajería de alta seguridad Threema. El diplomático revela en un primer mensaje, el 18 de diciembre de 2018, que estaba al tanto de una visita de Puigdemont a Suiza y que ya se había producido un encuentro previo del grupo. Además, asegura que no había todavía una “luz roja” que impidiera continuar el “intercambio”.
En otro mensaje, Salvisberg dice que no podía unirse a otra reunión celebrada por Alay, Rovira y Gabriel, pero aseguraba que también “podría hacer aportes concretos como se discutió la última vez (papel de las ONG especializadas y acordar áreas de interés para capacitación futura)”. En el mismo texto, el diplomático afirmó que estaba en conversaciones con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores suizo, entonces Roberto Balzaretti, para continuar los contactos con los independentistas.
La investigación de la Guardia Civil no revela más detalles sobre el contenido de las reuniones. De hecho, tras la publicación de estas conversaciones, el Gobierno suizo emitió el pasado miércoles un comunicado en el que desmentía “haber ayudado secretamente al señor Puigdemont o a cualquier otra persona en una 'ofensiva contra España', de acuerdo a la expresión utilizada”. La nota del Ejecutivo helvético se refiere a la expresión empleada por el citado medio al revelar los contactos.
Sin embargo, aunque no en estos términos, la colaboración entre Salvisberg y el entorno de Puigdemont pudo centrarse más en una asesoría de mediación a través de un actor neutral como HD. Es lo que se desprende del último de los mensajes con su mención a las “ONG especializadas”, el cual da indicios de que el contenido de estas reuniones trataba, al menos, de la participación de un ente externo en la resolución de lo que los independentistas denominan “conflicto catalán”.
De hecho, los líderes del procés en el exterior ya buscaban, de forma paralela a estas conversaciones con Salvisberg, la intervención de un mediador con la finalidad de internacionalizar y legitimar el marco de este conflicto entre Cataluña y el Estado. El primer acercamiento entre HD y el entorno del expresident fugado se produjo en 2019, cuando se celebró en Ginebra una reunión con el líder abertzale Arnaldo Otegi, quien también participó en las negociaciones del fin de ETA en las que arbitró el centro suizo.
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Salvisberg y HD
¿Qué interés particular podían tener los independentistas en contactar con alguien como Salvisberg? ¿Qué papel podría jugar este diplomático suizo en asesorarlos en mediación internacional e, incluso, en el acercamiento a HD? Este periódico preguntó al funcionario a través de un correo electrónico por su papel en el asesoramiento al entorno de Puigdemont y otros líderes independentistas, pero no obtuvo respuesta antes de la publicación de este reportaje.
Donde sí hay respuestas es en el currículum de Salvisberg, quien a lo largo de su carrera ha ocupado diferentes cargos relacionados con la mediación por la paz. El diplomático apenas cuenta con perfiles públicos. Ni siquiera aparece en páginas corporativas del FDFA para el que trabaja, al menos, desde hace una veintena de años.
Su nombre, sin embargo, se muestra en varios documentos de evaluación e informes de la administración suiza, en los que se demuestra la estrecha colaboración de su departamento con HD.
De lo que se extrae de estos papeles es que Salvisberg trabajó en el pasado como oficial del programa de Operaciones de Paz Civil dentro del Departamento IV de Asuntos Políticos del FDFA. También fue miembro del Comité Directivo del Programa de Mediación para la Paz del ministerio de Exteriores helvético y coordinador del Programa para el Sur de Europa del mismo organismo.
En la actualidad, ocupa el puesto de Jefe de la Sección de Política de la Paz para Europa, Asia y Latinoamérica del FDFA, especializado en asuntos de mediación y democratización. Durante el tiempo que estuvo en contacto con los líderes independentistas ya ocupaba esta posición. Esta división tiene una estrecha colaboración con HD, de forma general y en proyectos concretos.
Por ejemplo, en un documento titulado en inglés “Evaluación externa del Programa de Mediación por la Paz del Departamento Suizo de Asuntos Exteriores”, de septiembre de 2011, destaca el papel de HD y la diplomacia suiza en el “apoyo” y la “capacitación” a actores de Papúa Occidental para preparar un “proceso de diálogo” con Indonesia. “El Centro para el Diálogo Humanitario (HD) está facilitando el proceso”, recoge el texto.
En el mismo documento, la diplomacia suiza asegura que, entre 2010 y 2011, apoyó a HD “en la formación de ‘Amigos de Tailandia’, un grupo informal que proporciona un foro para miembros de todos los partidos políticos para intercambiar sus puntos de vista sobre la crisis política entre ‘rojos y amarillos’ (conflicto de modernización) y contribuir a una paz y resolución sostenible”. “El embajador suizo desempeña un papel crucial en el apoyo al diálogo”, añade la nota.
El texto prosigue, también sobre Tailandia: “Suiza también apoya al Centro para el Diálogo Humanitario en la facilitación del diálogo entre el Gobierno y el Movimiento Islámico de Tailandia del Sur, incluyendo grupos armados, y el establecimiento de estructuras de paz (‘Grupo de Estudio)”.
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En otro apartado sin vinculación a ningún proyecto concreto, se asegura que Suiza apoya a “ONG seleccionadas especialistas en mediación, como el Centro para el Diálogo Humanitario (HD) y la Fundación Kofi Annan en Ginebra”, entre otras organizaciones parecidas.
Además, también consta la organización de “retiros de embajadores” suizos con la participación de HD, al menos, en los años 2006 y 2007. Todas estas actividades estuvieron coordinadas por el departamento que dirige Salvisberg y cuentan con su firma.
En otro documento, titulado en inglés “Programa de Mediación para la Paz del Departamento Federal Suizo de Asuntos Exteriores. Términos Generales”, fechado igualmente en 2011, se menciona también que HD forma parte de la Red de Apoyo a la Mediación del Gobierno suizo, junto a una decena de organismos privados con funciones parecidas, dentro y fuera de Suiza. Salvisberg se menciona como miembro del Comité Directivo de este programa.
El papel de Suiza
Tras los contactos con Salvisberg y con la propia HD por parte de los principales interlocutores de Puigdemont –Alay y Marta Rovira–, la fundación diplomática privada suiza será el organismo encargado de mediar entre Junts y el PSOE para garantizar el cumplimiento los acuerdos de investidura.
Fue una petición explícita del entorno del expresident, quien confió en HD con el fin de emular la experiencia de los separatistas vascos y de ETA en su proceso de negociación con el Estado. Por parte de los socialistas, Pedro Sánchez aceptó por la cercanía de Zapatero con la organización durante el proceso de mediación para el fin de ETA, y por Javier Solana, que es presidente honorífico de HD.
En la amplia experiencia de HD en la mediación para la paz, su intervención entre el PSOE y Junts desentona con otros proyectos que la organización ha llevado a cabo en conflictos étnicos y territoriales en países como Colombia, Nigeria, Senegal, Libia, Túnez, Ucrania o Filipinas, según consta en su memoria de 2022.
A falta de esclarecer el contenido completo de las reuniones y conversaciones de Salvisberg con los los independentistas, si se demuestra la cooperación de éstos con un Gobierno extranjero en la comisión de “delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado y relativos a la defensa nacional”, Puigdemont y los encausados por el procés quedarían excluidos de la Ley de Amnistía. Así lo reconoce el propio texto pactado entre Junts y el PSOE.
De la misma manera, quedaría desacreditado el papel de HD como mediador, en caso de que la investigación de García Castellón incriminase al FDFA suizo por cooperar con la cúpula de Tsunami en la comisión de acciones delictivas, más allá de que fuera un actor que se limitase a facilitar la mediación del conflicto a través de HD.