La familia Borbón Ortiz no celebra la fiesta de la llegada de los Reyes Magos como el resto de hogares de España. Por una razón principal: el Rey, quien manda en las tradiciones familiares, nunca la ha celebrado, ni siquiera cuando era niño. Su madre, Sofía, de origen giego pero de educación germana, celebraba la llegada del Niño Jesús la noche del 24 de diciembre. Los soberanos de Oriente, por tanto, nunca hicieron su entrada en la Zarzuela y, sin embargo, sí que lo ha hecho históricamente Papa Noel. Pero, aunque en Zarzuela no sean muy 'fans' de sus Majestades, sí que disfrutan de una tradición que los Reyes han ido adquiriendo con los años: cocinar un roscón artesanal, hecho por Letizia, en un concurso que hacen con algunos de los amigos que Felipe VI tuvo en la Academia Militar de Zaragoza.
Cada año, en una tradición que sólo la pandemia consiguió impedir, celebran este tradicional concurso de roscones. Los monarcas se reúnen con un grupo de amigos para celebrar las festividades con este certamen. La única condición para participar es que los roscones sean caseros. Se puede innovar lo que se quiera en la receta, pero el roscón lo deben hacer siempre los participantes. Se permite que sea tradicional o relleno de nata, que es como más le gusta a Felipe VI.
Sin duda, el postre de Reyes más esperado es el de Letizia, ya que cada año consigue hacerlo un poco más healthy. "Nunca gana porque claro, a la gente le gusta el roscón tradicional, pero ella insiste. Usa harina de avena integral, leche de coco, leche desnatada en polvo y Stevia en vez de azúcar. Y aunque a su marido le gusta más con nata, lo cierto es que ella al suyo nunca se lo pone, ya que es pura grasa", confiesa una amiga de la familia. La cita tendrá lugar mañana, domingo 8 de enero, dos días después de Reyes, ya que la jornada festiva los monarcas tienen la agenda muy ocupada.
Entre los asistentes a este concurso de roscones se encuentra el grupo de amigos más fiel de Felipe VI, hombres de los que el jefe del Estado se rodea porque son de su total y extrema confianza. Con ellos comparte horas y horas de intimidad, partidos de pádel y salidas nocturnas. Todos son militares, la mayoría compañeros de Felipe en su tiempo en la Academia Militar de Zaragoza, donde compartieron cuartel y algún que otro arresto entre los años 1986 y 1987.
En esta guardia de corps se encuentra el general Eduardo Diz Monje, su primer jefe de la Guardia Real en el cargo de coronel cuando Felipe VI llegó al trono en 2014. En 2020 fue ascendido a general asumiendo el mando de la misión EUTM-Mali, cuyo objetivo era adiestrar a soldados malienses en su lucha contra el yihadismo.
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Durante el concurso de roscones también suele estar el coronel Fernando Rocha y Castilla, testigo de la boda de los Reyes en 2004, así como el coronel Fernando Morón; el responsable del Grupo de Apoyo de la Guardia Real, Fernando Carrillo Cremades; y el teniente coronel Francisco Javier Vidal. "Se reúnen todos en Zarzuela con sus mujeres e hijos, hacen una cata y votan en secreto. Los roscones se colocan por número y nadie sabe quién los ha hecho, para que no haya preferencias. El ganador tiene el honor de llevarse el título al mejor dulce del día de Reyes", aclara la misma fuente.
Días previos
Los días previos a este tradicional discurso, los Reyes trabajan mucho. Este viernes se ha celebrado la Pascua Militar en el Palacio Real de Madrid, donde Felipe VI y la reina Letizia acuden cada año sin falta. Para el jefe del Estado es uno de los momentos más importantes del año: además de su carácter tradicional, constituye un solemne acto castrense con el que arranca el año militar. En este encuentro se realiza un balance del año anterior y se marcan las líneas de acción que se van a desarrollar en el que entra. El origen de esta conmemoración se remonta al siglo XVII. Para el monarca es el momento de reunirse con la cúpula de los tres ejércitos y tomarles el pulso de cara a los próximos meses.
Otra de las razones de que el día de Reyes no se celebre en Zarzuela es que, desde el año pasado, Leonor termina sus vacaciones de Navidad antes que el resto de su familia. La Princesa de Asturias comienza el segundo trimestre del curso el 2 de enero, ya que está estudiando segundo de Bachillerato en el UWC Atlantic College de Gales, en Reino Unido. Lo hace una semana antes que su hermana, la Infanta Sofía, que vuelve a las clases como el resto de estudiantes españoles, el próximo lunes 9. Así que todos los regalos se entregan el día 25 de diciembre, cuando todavía están juntos.
Aun así, aunque algunas cosas hayan permanecido inalterables con los años, las costumbres han ido cambiando en estas fechas dentro del Palacio de la Zarzuela, sobre todo desde que Felipe VI subiera al trono el 19 de junio de 2014. Poco tienen que ver ya con aquellos festejos familiares que organizaban los eméritos en los años 80 y 90, donde acudían todos los miembros de los Borbón y Grecia, y que comenzaban el 20 de diciembre con el cumpleaños de Elena y terminaban con las uvas en Nochevieja, ya fuera en Madrid o en la residencia de Baqueira. Un domicilio que, dicho sea de paso, ya nadie usa y permanece cerrado y al cuidado de Patrimonio Nacional.
Ahora las citas familiares son mucho más reducidas y los Borbón Ortiz se rodean tan sólo de sus más íntimos amigos antes que de primos, tíos y cuñados. La única excepción es Paloma Rocasolano, la madre de Letizia, que está presente en todas las fechas importantes de las Navidades en el pabellón del Príncipe, el lugar de residencia de los Reyes.
Aunque este año, el día 31 fue particularmente estresante. Felipe VI tuvo que salir corriendo de casa tras comerse las uvas que daban la entrada al año nuevo, ya que tuvo que viajar a Brasil para estar presente en la toma de posesión del presidente brasileño, Lula Da Silva. Se trató de una visita exprés de tan sólo dos días que constituyó el primer viaje como Rey al país latinoamericano. Anteriormente, había estado como príncipe de Asturias en varias ocasiones, pero nunca como jefe de Estado. La primera fue en 1996, durante la inauguración de la Expotecnia en Salvador de Bahía. La siguiente data de 1998, cuando se firmaron los Acuerdos de Paz entre Ecuador y Perú. En 2005 hizo un viaje oficial con Letizia, en 2007 inauguró la nueva red de centros del Instituto Cervantes y, finalmente, en 2014 acudió al acto de presentación de la Fundación Consejo España-Brasil en São Paulo.
A la vuelta, sí que mantuvieron la tradición de acudir a la casa de Jesús Ortiz y Ana Togores, en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Allí los monarcas viajan por la tarde, siempre a comer un trozo de roscón. Se juntan con la hermana de la Reina, Telma Ortiz, y sus dos hijas, Amanda y Erin, junto a su sobrina, Carla Vigo, hija de la fallecida Érika Ortiz.
Lejos quedan ya aquellos días en los que "toda la Familia Real, y más desde que crecieron los tres hijos, solía estar cada uno por un lado. Justo después de su cumpleaños (5 de enero), el rey emérito, Juan Carlos, aprovechaba para irse de vacaciones, a cazar o a Londres. Era la época de Corinna. De hecho, una vez que quiso soplar con ella las velas en la capital británica, casi no llega a la celebración de la Pascua Militar. Fue en 2014", narra una fuente cercana al equipo de Felipe VI.
"Se levantó en Inglaterra, tenía que coger el vuelo que le traía de vuelta a Madrid para presidir un acto en el Palacio Real y la ciudad británica amaneció con una niebla que no dejaba despegar el vuelo del Emérito. Por poco no llega. El estrés y los nervios que sufrieron todos hicieron que Juan Carlos estuviera descentrado y nervioso durante todo el discurso. Fue un desastre. Ese día fue en el que comenzó la operación abdicación, que se materializó, finalmente, seis meses después".
Anécdotas de otros tiempos. Ahora la única anécdota es este concurso de roscones en el que Letizia aspira a ser también la reina.