¡Viva la República! ¡Viva la patria! ¡Viva Macron!
Figuras destacadas de la política francesa y ex primeros minisitros de Hollande y Chirac se unen para pedir el voto para Emmanuel Macron y abordar una refundación del centro republicano como antídoto a los extremismos.
Marine Le Pen no tiene el monopolio de la Nación, la patria o de Francia, y el retorno de la tragedia que marca nuestro tiempo también nos habla del amor de nuestros conciudadanos a su país, a su historia y a sus valores.
La invasión rusa de Ucrania nos recuerda que, si el nacionalismo es la guerra, la Nación es la resistencia. Y lo que está sucediendo debe llevarnos no hacia el fatalismo ni el nihilismo, sino a adoptar un espíritu de progreso y de carácter constructivo que constituye el sello de identidad de nuestro país. La historia de Francia se ha escrito con luchas contra la renuncia, al servicio de una idea elevada del ser humano y de nuestro país.
En el contexto actual, antes que nada, hemos de abordar como patriotas, como amantes de Francia, esta segunda vuelta de las elecciones presidenciales, conscientes de las tentaciones de retroceso que amenazan a nuestro país y teniendo en mente la necesidad imperiosa de conservar los valores que nos hacen ser lo que somos: la libertad, la igualdad, la fraternidad y la laicidad.
También hemos de responder como europeos, porque estamos convencidos de que Francia reforzará su soberanía económica y estratégica si Europa es poderosa en este siglo XXI que no deja de avanzar. Los europeos estamos unidos por la comunidad que forja nuestro destino.
Como somos franceses, no podemos aceptar retroceso alguno en el principio que declara que la República reconoce a todos sus hijos como propios, sea cual sea su origen familiar, social o geográfico. Como somos republicanos, nos negamos a traicionar nuestra propia Constitución, que es fruto de la idea que tenemos en este país de la democracia.
"No podemos resignarnos a blandir eternamente un frente republicano que se fractura un poco más con cada legislatura, sino que debemos volver a forjar sus principios para el siglo XXI"
Como somos ferozmente republicanos, profundamente europeos y resueltamente franceses, hoy hacemos un llamamiento de unidad para apoyar al presidente de la República, y no solo para derrotar a la extrema derecha, sino también para plantear una nueva ambición para nuestro país. Porque no podemos resignarnos a blandir eternamente un frente republicano que se fractura un poco más con cada legislatura. Lo que queremos, lo que debemos hacer, es volver a forjar sus principios y valores en esta primera parte del siglo XXI.
Y todo comienza en los colegios, que deben seguir manteniendo viva la promesa republicana de igualdad de oportunidades, que se encuentra en el corazón de nuestro contrato social. Nunca se ha hecho tanto por la igualdad de oportunidades como en estos cinco años de legislatura, desde el desdoble de clases en las redes de educación prioritaria hasta el desarrollo de ciudades educativas e internados de excelencia, pasando por el programa de desayunos gratuitos y las vacaciones de aprendizaje.
Pero hay que ir cada vez más lejos y seguir con más fuerza. El próximo lustro también debería ser el lustro de los profesores, porque más allá de las mejoras que se han empezado a implantar en esta legislatura —y que deben continuar—, hay que darle al cuerpo docente todo el reconocimiento que merece por parte de la sociedad, a esos húsares que han sido una vez más nuestros héroes, desde Samuel Paty a todos los que han estado en primera línea en la crisis sanitaria.
Cada día que pasa nos recuerda que nuestros bienes más preciados —la democracia, la libertad de expresión, el laicismo— son también los más frágiles. Frente al resurgimiento del imperialismo, frente a los separatismos de todo jaez, frente a la negación de la democracia y a la tendencia solipsista de nuestra juventud, debemos legar esta herencia a nuestros hijos. Debemos explicarles que el proyecto republicano es más pertinente que nunca para responder a los innumerables desafíos que tenemos por delante, para empezar, la cuestión ecológica, que sin duda será la batalla del siglo.
"Devolveremos a nuestros conciudadanos el orgullo de ser lo que son, franceses, es decir, personas convencidas de que un mundo mejor es posible"
Y para que ninguno de nuestros conciudadanos se sienta apartado de este nuevo proyecto francés que estamos llevando a cabo, todos deben tener la oportunidad de participar en el impulso nacional. Tenemos que encontrar un nuevo aliento, comparable al que animó a todas las fuerzas vivas de la nación tras la Segunda Guerra Mundial. Y para ello, debemos ahondar en los esfuerzos emprendidos para reindustrializar el país y proyectarnos de manera colectiva hacia Francia 2030.
Podemos y debemos volver a ser una nación industrial fuerte, al mismo tiempo que líderes mundiales en el proceso de transición ecológica: coches eléctricos, aviones sin emisiones de carbono, paneles solares, turbinas eólicas, biomedicina, hidrógeno verde, ambición marítima, todo esto lo podemos hacer en Francia y en Europa, si nos brindamos los medios. Este es el gran proyecto, que no deja de ser apasionante, que debemos inventar para nuestro país y llevarlo a los ojos del mundo, de acuerdo con nuestra tradición universalista que dice que cuando Francia se encuentra con una idea, ambas dan la vuelta al mundo...
A ese precio devolveremos a nuestros conciudadanos el orgullo de ser lo que son, franceses, es decir, personas convencidas de que un mundo mejor es posible, de que está ahí, al alcance de la mano. A ese precio obtendremos lo que puede unirnos: dar a cada uno el control sobre su destino individual y a todos, el control sobre nuestro destino colectivo. A ese precio bajaremos la temperatura de los enfrentamientos sociales y volveremos a una vida y a unas prácticas democráticas pacíficas.
El periodo que atravesamos es histórico. En 2017 vivimos el colapso de los principales partidos que habían articulado nuestra vida política durante años. 2022 debe materializar una refundación en torno a un espectro centrista y republicano profundamente renovado y lo bastante fuerte para resistir las presiones de los extremos. Frente al proyecto nacionalpopulista de la Agrupación Nacional, nuestro deber como republicanos de ambos bandos es unirnos en torno al presidente de la República, y más allá de ese apoyo, refundar el pacto social y republicano que nos une y nos hace compartir este destino común, este extraordinario destino al que llamamos Francia.
*** Jean-Pierre Chevènement ocupó distintos ministerios del Gobierno de Francia durante la presidencia de Mitterand y Chirac.
*** Manuel Valls es ex primer ministro de Francia y exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona.
*** Jean-Michel Blanquer es el ministro de Educación de Francia.
*** Jean-Pierre Raffarin es ex primer ministro de Francia.