El Partido Popular es bien consciente de que los insatisfactorios intentos del PSOE por dar carpetazo al caso Mediador pueden complicarle a Pedro Sánchez el final de la legislatura. Y, por tanto, también su reelección. Por eso la oposición va a aprovechar este flanco para seguir asestando golpes al Gobierno, como hizo ayer Elías Bendodo.
No obstante, los portavoces populares deberían ser algo más ponderados en las imputaciones que les hacen a los socialistas. Bendodo ha acusado al PSOE de urdir un plan en tres fases para tapar el caso Tito Berni: un "chivatazo" que habría puesto sobre aviso al partido y que explicaría las dimisiones antes de que estallase el caso; la decisión de la Fiscalía (dependiente del Gobierno) de pedir la libertad de Juan Bernardo Fuentes Curbelo impidiendo a la jueza mantenerlo en prisión como pretendía; y la autorización de Meritxell Batet al exdiputado para comprar y llevarse su teléfono y su tablet.
No le falta razón al coordinador general del PP cuando le recuerda al PSOE que aún debe dar "muchísimas explicaciones" sobre el "escándalo" del Tito Berni. Pero aunque la falta de transparencia de la dirección socialista permita albergar todo tipo de suspicacias y especulaciones, convendría ceñirse a los hechos que se conocen hasta ahora.
Porque a día de hoy todo lo que se sabe es que Tito Berni sería una de las dos cabezas (la de la rama política) de la supuesta trama corrupta asentada en Canarias, y dedicada a cobrar mordidas a empresarios a cambio de adjudicaciones, subvenciones públicas y la anulación de sanciones administrativas.
No se ha podido demostrar, como aseguró Marcos Antonio Navarro Tacoronte, que quince diputados y senadores socialistas acudieran a la cena organizada por el mediador. Y no hay pruebas para acusar a los cinco diputados que, según Patxi López, reconocieron haber acudido a la cita de estar implicados en la presunta trama criminal.
Esto es lo que le permite al PSOE sostener su teoría sobre el escándalo Mediador: hay que dar por cerrado el caso entendiendo que no afecta más que a un diputado aislado (y, hasta el momento, lo cierto es que esto es así).
Sin embargo, tal y como ha informado EL ESPAÑOL, las investigaciones de la jueza instructora de Tenerife han mostrado las ramificaciones de esta presunta organización criminal en una segunda trama que se investiga en los juzgados de Madrid, y que afectaría a las altas instancias de la Guardia Civil.
Esta otra rama empresarial del caso Mediador implica a cinco mandos de la Benemérita en una red de supuestos amaños de contratos públicos para reformar cuarteles por toda España. Las derivadas en esta trama secundaria apuntarían a un entramado criminal de mayor envergadura. Lo cual faculta al PP para sostener su propia teoría sobre el caso: Tito Berni sería sólo la "punta del iceberg" de un escándalo de mucha mayor magnitud que el PSOE estaría intentando encubrir.
En cualquier caso, lo único que puede postularse con rigor hoy por hoy es la existencia de dos tramas presuntamente corruptas con un nexo, el mediador Tacoronte, que se servía de Fuentes Curbelo y del general Espinosa Navas para epatar a los empresarios, haciéndoles creer que la intercesión del exdiputado y el guardia civil les abrirían las puertas a "ventajosas oportunidades de negocio".
Pero que ambas ramificaciones están conectadas por dos personajes que figuran en el sumario de Tito Berni no significa necesariamente que estén interrelacionadas, ni que la Guardia Civil esté involucrada en el supuesto tráfico de influencias de Fuentes Curbelo.
Por eso, se hace muy desmesurada la comparación que Bendodo deslizó ayer entre el caso Mediador y el de los ERE. Porque, más allá de la sórdida imaginería que comparten ambos casos (cenas opíparas, juergas con drogas y clubs de alterne), lo que figura en el sumario de Tito Berni queda muy lejos de la colosal trama de fraude y malversación de caudales públicos que carcomió la Junta de Andalucía.
Con todo, es verdad que aún quedan por saberse muchos detalles de la relación del PSOE con este caso, en la medida en que el partido no facilita toda la información que sería deseable.
El PSOE no puede incurrir en la hipocresía de reactivar la comisión de investigación sobre el caso Kitchen al tiempo que bloquea otra comisión para investigar el caso Mediador. Y más cuando, según revela el sondeo de hoy de SocioMétrica-EL ESPAÑOL, el 81,3% de los españoles (y el 65,5% de los votantes socialistas) creen que el PSOE debería facilitar la constitución de dicha comisión.
En lugar de agitar el fantasma de las corrupciones pasadas de la oposición, y si realmente no tiene nada que ocultar, los socialistas deberían preocuparse por despejar las dudas que albergan el 73% de los españoles. Y que, según nuestra encuesta, consideran que el caso Mediador es sólo el principio de una trama más amplia. La gran mayoría de los ciudadanos no puede equivocarse cuando opina que el PSOE no está actuando correctamente en la gestión del escándalo.