El Emérito (cerca de España, lejos de Zarzuela), admirado Zelenski y De Niro glotón
Juan Carlos de Borbón, Volodimir Zelenski, Robert De Niro y Carme Chacon; la autora comenta lo más destacado de la semana a través de sus protagonistas.
Juan Carlos de Borbón
El emérito ha vuelto a los papeles y lo ha hecho camuflado en un aluvión de noticias bélicas que nos han puesto los pelos de punta. En esta ocasión el conflicto lo ha desatado la rata con pecho de hormigón, un tipo que (según acabo de leer) mantiene buena amistad con don Juan Carlos, pero yo no me lo creo.
A pesar de su alejamiento del banquillo, parece que todavía no le ha llegado la hora de volver. Se encuentra bien en Abu Dabi, seguramente porque no es tan sensible al calor como lo pintan. Digo que no le ha llegado la hora de volver, aunque algunos la estimamos próxima, aunque solo sea por unos días. Esa es la idea. Espero que no haga falta esperar a Navidad.
Don Juan Carlos no es hombre dado al disimulo. En Abu Dabi no ha adoptado la costumbre de vestir túnicas frescas de algodón al estilo árabe ni tocados para protegerse la cabeza del sol. Pese a las inclemencias reinantes (el calor es una inclemencia, y el empacho de oro, otra), el Borbón lleva una vida cómoda y natural. Suele ir vestido con trajes de fibra natural para mantener a raya los sudores, una costumbre propia de occidentales. Piensan que los sayones y las túnicas les producirán más calor.
Entre nosotros, me sorprende que no lleve guayaberas, pues juraría que le favorecen. Siempre que pienso en las guayaberas blancas (de blanco nuclear, o sea) me acuerdo de Gabriel García Marquez y de mi padre, que no se parecían entre sí pero tenían envergaduras similares. No pretendo hacer publicidad de guayaberas, pero le sugiero que las pruebe. No se arrepentirá: hacen más llevadero el verano que le espera.
Esta semana, el emérito ha asistido, desde el “exilio”, a la difusión de una noticia que le habrá puesto contento: el archivo de las diligencias abiertas en la Fiscalía del Tribunal Supremo. O sea, que no habrá querella por los dineros furtivos del emérito. Algo es algo.
No quiero pecar de iluminada, pero el hijo de don Juan está cada día más cerca de España y más lejos de la Zarzuela. Entiéndase: en Madrid podrán acogerlo sus parientes o sus amigos, sus compañeros de regatas o su club de fans. Y sobre todo, sus hijas. Precisamente la infanta Elena acaba de comprar una buena vivienda a la que se mudará con Froilán y donde tendría cabida el rey Emérito.
En Madrid recuperará la vida y la elegancia que siempre le ha caracterizado (léase las llamativas corbatas y las americanas de lino). Juan Carlos I siempre ha apostado por la elegancia urbana, como en su día lo hicieron los recordados Giovanni Agnelli, Carlos de Inglaterra o el rarito duque de Windsor que abdicó por amor y se casó con una americana aficionada al matrimonio (se casó tres veces).
Con estas disquisiciones no pretendo sacarle los colores al emérito, pero así son las cosas en las grandes familias de Europa y sus alrededores. Les gusta salir en el Point de vue” y sobre todo, estar siempre en la lista de los elegantes del mundo. Así cualquiera.
Volodimir Zelenski
En su biografía pone que nació para cómico, entendiendo por cómico a cualquier actor de teatro que dedica su sabiduría a despertar la risa del público.
Zelenski estudió para abogado y alternó las artes escénicas con algunas variantes del derecho, hasta que la política llamó a su puerta y se presentó a las elecciones. Putin ha jurado perseguir hasta la muerte al presidente de Ucrania, y eso no tiene ninguna gracia, aunque sea el caso de un cómico vocacional. Estos días graba sus intervenciones televisivas desde cualquier rincón del país que defiende. Y Putin se sube por las paredes, pues la intervenciones de Zelenski estan grabadas en lugares perfectamente identificables de Kiev.
Volodímir Zelenski es muy querido en su tierra. Ahora todo el mundo lo admira. No hay día que no escape a un atentado, lo que le ha confiere una aureola de grandeza. Bien sabe que es el primer objetivo del sátrapa. El segundo lo son su mujer Zalenska y sus hijos: Alexandra (17) y Kiril (9). Su esposa Olona, de profesión arquitecta, abandono la arquitectura para seguirle. Una de las preocupaciones de la familia es escapar a los mercenarios chechenos y vivir escabulléndose continuamente. Hace dos sábados, su equipo de seguridad abortó un intento de asesinato que les costó la vida a varios chechenos. Por suerte, entre bombardeo y bombardeo la vida les compensa con unos minutos de descanso.
Dias atrás, Rusia bombardeó la central nuclear de Zaporiya, la mayor de Europa, y Zelenski no tuvo reparos en admitir la catástrofe: “si esto sigue, será el fin” Zelenski ha rechazado la ayuda de Biden para refugiar a los suyos en un lugar seguro, pero los Zelenski son gente de bemoles que un día pasarán a las enciclopedias. Hasta el biógrafo del presidente ruso se ha dado cuenta del peligroso viraje que ha emprendido el chiquilicuatre del Kremlin, el hombre mas zumbado de la historia contemporánea.
Robert De Niro
No es el único actor al que le chifla la gastronomía española. Ahí está Bruce Springsteen, que cuando viene a Europa hace parada y fonda en Donosti y se mete entre pecho y espalda los menú degustación más sabrosos de la guía Michelin.
Esta semana De Niro ha visitado Madrid-fusión, una cita que pactó en su momento con los mejores chefs del mundo y ahora se ha materializado.
Todo empezó con un reto que los cocineros del Congreso Madrid-fusion plantearon al actor, a ver si picaba. El reto consistía en ofrecerle el menú más caro del mundo, que los chefs titularon como “el menú impagable”. Supongo que a estas horas el actor todavía se está rascando el bolsillo.
El plantel de chefs no podía ser más florido ni más lustroso: Joan Roca, Quique Dacosta, Martín Berasategui, Mauro Colagreco, y José Andres, que causó baja en la sesión del día porque se había desplazado a Ucrania al frente de su ONG para dar comida a los refugiados.
De Niro no estaba dispuesto a quedarse sin menú, de modo que al llegar el día y la hora convenidos, De Niro y su chica se presentaron en el Hotel Mandarín Oriental Ritz de Madrid (antes Ritz a pelo) donde ya estaban esperándoles las estrellas del Madrid fusión.
Minutos antes de iniciar el ritual del largísimo menú, el actor tomó un cuchillo jamonero y se dispuso a cortar el jamón. Tambien con el jamón profería frecuentes exclamaciones: "¡Esto no es una comida¡”, “¡Es algo increíble!".
Así empezó el espectáculo. Las fotos que salieron en la prensa mostraban a un hombre (De Niro) que apenas levantaba la mirada del plato. Era evidente que se le hacía la boca agua. Por si eso fuera poco, el actor rebañaba ansiosamente la salsa de las cocochas.
En total, dieciséis platos (menú estrecho y largo), repitiendo en más de una ocasión. Los platos más llamativos para la mayoría de los comensales (incluido el actor) resultaron ser “las salazones en atmósfera salina con rodaja de tomate seco”, “contesa de espárragos blancos con trufa”, “remolacha con salsa de caviar”, “emulsion de café y escamas de pimentón”, “fresas con nata y erizo” y otras mezclas igual de estrafalarias.
Salud.
Carme Chacón
Rodríguez Zapatero e Iñaki Gabilondo presentaron el viernes en el Ateneo de Madrid “La mujer que pudo gobernar”, una biografía de Carme Chacón escrita por Joana Bonet, que fue su amiga hasta el final, cuando la muerte la sorprendió entre sueños.
Joana Bonet pertenece a ese tipo de mujeres que tienen amigas de toda clase y condición. Con Chacón fue amiga desde antes de ser ministra. Eran dos catalanas establecidas en Madrid y políticamente afines. Sin apenas darse cuenta, forjaron un vínculo de amistad que habría de durar siempre, hasta que esta semana presentó el libro con ayuda de dos hombres, un periodista y un político, ambos admiradores de Carme.
Hay un momento en la vida de la política socialista que da color a toda su biografía. Es el día que pasa revista a las tropas destacadas en la base española de Herat, en Afganistán, con tripa de siete meses. Ninguna ministra europea de defensa `podía igualarle.
Poco después, Joana Bonet lograría convencerla para escribir un libro. Se vieron a menudo y grabaron muchas cintas, pero no prosperó. Según cuenta la propia Joana, Carme le pidió aparcar el proyecto. Se sentía muy observada y el fuego amigo le rondaba cerca.
Ahora la periodista ha querido rendir homenaje a su amiga y de paso, saldar una cuenta pendiente. Así ha nacido “La mujer que pudo gobernar”. Hubiera podido titularse “La mujer que tenía el corazón al revés”, que es como Carme llamaba a su cardiopatía congénita, pero no le habría gustado. Chacón detestaba hablar de su enfermedad, no quería que los demás pensaran que sacaba partido de su corazón partido. Por eso se negó a llevar marcapasos.
Uno de los episodios más atractivos del libro es su relación sentimental con José María Cano, al que conoció en su casa (la de Cano) durante una velada que duró hasta el día siguiente. Carmen ya salía con Miguel Barroso, pero en ese momento se habían tomado un tiempo de reflexión al estilo de los Urdangarines, y aceptó la amistad de Cano, que era desbordante. Como dice Joana: largas llamadas telefónicas, viajes, escapadas… Un mundo nuevo. Juntos fueron a la India y se ofrecieron a trabajar con la madre Teresa.
En la presentación, más amigas y más políticas y políticos: Paca Sauquillo, Teresa Fernández de la Vega, Pilar del Río, Amparo Rubiales, Miquel Iceta, Luis Yañez, Rosario Flores, Mariola Orellana, etc. Y Miquel, el niño de trece años que no pudo despedirse de mamá porque la muerte la sorprendió entre sueños.