Cuando Apple anunció el histórico lanzamiento de sus Vision Pro —no disponibles en España aún—, la firma dejó claro que estas aspiraban a ser una revolución. La realidad mixta, pese a no haber calado aún, promete grandes avances, como ayudar a personas con problemas de visión a ver mejor. Ahora, una empresa ha logrado que un paciente enfermo de ELA pueda controlar estas Vision Pro usando la mente.
Es el caso de Synchron, una compañía especializada en interfaces BCI o interfaces cerebro-computadora. Gracias a un implante ubicado en el paciente, este pudo usar sus pensamientos para manejar el cursor de visionOS, el sistema de las Vision Pro, para usar las gafas. El paciente con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) pudo ver Apple TV, enviar mensajes de texto y jugar a juegos en la máquina.
Este es un gran avance por varios motivos. El primero es que se trata del primer uso reconocido de las Apple Vision Pro usando la mente gracias a una interfaz BCI. Además, cabe destacar que el paciente, llamado Mark, no puede usar las gafas normalmente, debido a su enfermedad. Por ende, esto abre la puerta a que más personas como Mark puedan utilizar este potente dispositivo de Apple.
Usando Vision Pro con la mente
Todo comienza con Mark, paciente de ELA de 64 años y protagonista de este avance. Las Apple Vision Pro usan un innovador sistema de gestos en el aire con las manos para que el usuario pueda navegar por el sistema. El problema es que Mark no podía usar las gafas, debido a que no podía usar sus extremidades superiores.
Es aquí donde entra la interfaz cerebro-computadora BCI de Synchron, que permite sobre el papel que los usuarios que hayan perdido la movilidad de sus manos por distintas condiciones médicas puedan interactuar con el dispositivo. De hecho, aseguran desde la compañía que la interfaz está específicamente pensada para que cualquiera pueda usarla y que el proceso de aprendizaje sea mínimo.
¿Cómo lo hace? El implante se coloca en el vaso sanguíneo de la superficie de la corteza motora del cerebro a través de una vena yugular, usando un procedimiento endovascular "mínimamente invasivo", asegura la compañía. Ya instalado, el BCI detecta y transmite de manera inalámbrica la intención motora del usuario fuera del cerebro, "con el fin de restaurar la capacidad de las personas con parálisis severa de controlar dispositivos personales".
Tom Oxley, CEO y fundador de Synchron, explica su funcionamiento. "Estamos enviando señales de control directamente desde el cerebro para reemplazar la necesidad de gestos con las manos". Además, asegura estar desarrollando un estándar Bluetooth renovado que se base en las interacciones entre humanos y computadores que no requieran ni el sentido del tacto ni el del habla.
La interfaz, de esta manera, se basa en un sistema de apuntar y hacer clic sin necesidad de usar las manos o la voz. El hecho de haber probado el implante con un dispositivo que precisa de los ojos, las manos e incluso la propia voz del usuario, hace el avance casi más importante si cabe.
Mark recibió el implante en agosto del año pasado, y lo ha estado usando al menos dos veces por semana. Uno de los aspectos más importantes de este BCI lo da el mismo Mark, que asegura que el uso de este dispositivo no es muy distinto a usarlo en otros productos, como un iPhone o un iPad. Una buena parte de esto ha sido gracias al excelente entorno de accesibilidad que maneja Apple en sus dispositivos.
El paciente quedó increíblemente satisfecho a la hora de usar las Vision Pro por primera vez. "Esto es genial, he querido probarlo desde hace un tiempo", relata el propio Mark en el comunicado. "Es como verlo en el cine, realmene cobra vida. El uso de este tipo de realidad aumentada es muy impactante, y puedo imaginar que lo sería para otras personas en mi posición o para otras que han perdido la capacidad de participar en su vida cotidiana".
Actualmente, Synchron se encuentra sumergida en los procesos pertinentes para conseguir que la tecnología BCI que potencia sus implantes sea aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU y así comercializarla. Su BCI, por cierto, ya está presente en hasta 10 pacientes; 6 ubicados en Estados Unidos, y 4 en Australia.