El acero es uno de los materiales más utilizados en la construcción, junto con el ladrillo, el hormigón o la madera, con la que ya se elabora la estructura de un edificio en Madrid. Una aleación que destaca por su resistencia, durabilidad y capacidad; y que en España la firma Jansen Iberia ha utilizado para rehabilitar edificios icónicos tanto del país, como el nuevo Santiago Bernabéu o el Museo del Prado, como en otros territorios, como la Torre Eiffel y el Museo del Louvre de París, ciudad en la que se celebran los Juegos Olímpicos 2024.

Son varias las instituciones públicas, como la Comisión Institucional para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CIPHAN), las que velan porque las rehabilitaciones de los edificios históricos de España se realicen con los materiales originales, como el acero. Un sector en el que Jansen Iberia, compañía de origen suizo, pero con una gran implantación en el país con delegaciones en Barcelona o Madrid, desempeña un papel importante; ya que sus sistemas de perfilería de esta aleación son básicos para guardar la apariencia original de los edificios y asegurar su durabilidad. Incluso por estas manos españolas han pasado construcciones históricas. 

"Nosotros lo que realizamos es la carpintería de acero. Carpintería es un término que se asocia a la madera, pero es todo lo relativo a puertas, ventanas y fachadas acristaladas. Es decir, cualquier elemento vidriado, que viene con una estructura que sujeta ese cristal. Y ese armazón es el que nosotros trabajamos utilizando siempre acero o acero inoxidable. Hemos trabajado en la Torre Eiffel y en el Museo del Louvre de París, en el Santiago Bernabéu, la estación de Atocha y la de Sants en Barcelona, en el Palacio de Deportes de Oviedo y varios edificios más", explica Jorge García, director general de Jansen España, a EL ESPAÑOL - Omicrono.

Duradero y estético

La clave de la empresa es su sistema de acero, que puede durar hasta 300 años en entornos no agresivos y en varios de los complejos más importantes del mundo actualmente. "El acero es como un hierro muy mejorado, por así decirlo. Cuando comenzamos a trabajar en España, teníamos siempre un poco una barrera debido a las propiedades de este material, ya que los arquitectos asociaban al acero con el hierro y el hierro con la oxidación. Pero el acero no tiene esos problemas. Nuestro material cuenta con una clase de protección ZF 100, que es un tipo de tratamiento superficial que por sí solo evita la oxidación", indica García.

El directivo de Jansen Iberia explica que el acero que la empresa utiliza es, "en cuanto a los componentes del material", el mismo en todas las rehabilitaciones de edificios que realiza. Sin embargo, matiza que "en cuanto al tipo de perfilería, hay distintas tipologías, por lo que hay que escoger la que más se adecúe. No es lo mismo hacer una puerta interior que una exterior, ya que las características son distintas a nivel térmico o acústico. O una ventana de 1,5 metros de alto, no tiene los mismos requerimientos que una de 4 metros de altura. Hay una gama de productos y ahí nosotros asesoramos al cliente". 

El acceso a los ascensores de la Torre Eiffel. Unsplash Omicrono

Uno de sus trabajos más importantes fue la rehabilitación de la Torre Eiffel de París, ciudad en la que este viernes 25 de julio comienzan los Juegos Olímpicos. Un monumento cuya estructura está hecha de hierro forjado y en el que Jansen Iberia ha hecho "los vestíbulos de acceso a los ascensores, que no son el típico ascensor vertical, sino que van ligeramente inclinados. Hemos hecho alrededor de 12 o 14 vestíbulos. Además, las puertas de acceso y las cristaleras que hay de entrada a esos vestíbulos están hechas con nuestros perfiles. En esta ciudad también hemos trabajado en el Museo del Louvre en cuanto a carpintería de acero". 

En cuanto a los trabajos realizados en España, la empresa ha participado, por ejemplo, "en la reforma del museo del Prado, donde hemos replicado la estética histórica del lugar, y en el estadio Santiago Bernabéu. Aquí hemos trabajado en las puertas de acceso, con más de 250 unidades, en las zonas de control y en el Sky Bar". La firma también ha empleado su sistema de carpintería de acero en complejos importantes como la Sagrada Familia de Barcelona, la Galería de las Colecciones Reales y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el mítico edificio Capitol de la Gran Vía de Madrid, La Perla de San Sebastián y en el Museo Teatro Romano de Cartagena (Murcia), entre otros.

El reformado estadio Santiago Bernabéu. Jansen Iberia Omicrono

El proceso de rehabilitación, tanto de la Torre Eiffel como el Museo del Louvre y el resto de edificios es algo sencillo en cuanto "a nivel operativo del trabajo que conlleva, de plazos y tiempos e, incluso, costes. Una rehabilitación siempre es más complicada de realizar que una obra nueva. Preservar elementos históricos, conservar materiales y reutilizarlos tiene siempre más complejidad que ejecutar una obra partiendo de productos y elementos constructivos nuevos. Sin embargo, la rehabilitación de edificios históricos tiene una importancia cultural tremenda, y de ello se encargan entidades como la CIPHAN, velando por la conservación de los edificios protegidos por patrimonio". García vuelve a destacar que "el acero como material, es el principal atractivo de nuestro negocio. Las carpinterías, es decir, las ventanas, puertas y fachadas realizadas hace más de un siglo eran de acero o de madera, luego conservarlas es un reto en el que Jansen Iberia tiene mucho que decir".

Jorge García asegura que hay dos motivos principales por los que es mejor opción optar por el acero en este tipo de rehabilitaciones y no por otros materiales, como puede ser el aluminio u otro tipo de aleaciones. "El primero es la durabilidad. Nuestras puertas de acero tienen una vida útil cercana a los 100 años y hablamos de proyectos donde estas tienen un uso intensivo, es decir, de edificios con un tránsito continuo como museos o la Torre Eiffel; y no una casa en las que se abren y cierran tan sólo cuando te vas. Esto se ha demostrado en laboratorios, donde las puertas se someten a pruebas", indica el directivo.

"En las puertas se exige que tengan el grado más alto que se pueda justificar que son 200.000 ciclos. Es decir, que se puedan abrir y cerrar 200.000 veces sin que presenten holguras ni pérdidas de comportamiento. Nosotros las ensayamos a un millón de ciclos", añade. El segundo componente que destaca el directivo "es la estética. Los perfiles de acero, por las propiedades del material, son muchos más finos que los de aluminio o los de PVC, que son bastante más gruesos. Si te dan a elegir entre una puerta vidriada con perfiles finitos o gordos, seguramente te gusten los primeros. Entre otras cosas porque cuando hay algo vidriado es porque se quiere que haya transmisión de luz y cuanto más pequeño y esbelto sea el perfil, más luz entra al interior".

Ventajas del acero

Además de la durabilidad y la estética, García señala que el acero cuenta con otra variedad de ventajas fundamentales. Por ejemplo, destaca "la posibilidad de hacer elementos de gran volumen, como puede ser una puerta de un concesionario de automóviles donde se necesita que pasen los coches. No es habitual, pero se puede hacer". También destaca "el aislamiento térmico del acero. El coeficiente de conductividad térmica, que son las propiedades del acero, es tres veces inferior a la del aluminio. Incluso es un material resistente al fuego y que acústicamente se comporta bien".

Pila de tubos de acero. Torsakarin/iStock Omicrono

"La sostenibilidad también es un tema importantísimo y es que el acero es 100% reciclable. Y, de hecho, en los procesos productivos de la materia prima se consume menos agua y electricidad en comparación con los de otros materiales", indica el directivo. Otra de las ventajas es "la seguridad. Nosotros tenemos los grados de seguridad más altos del mercado. Podemos tener carpinterías antibalas, resistentes al fuego, que también es un tipo de seguridad, y resistentes a los robos". En cuanto a la instalación de su tecnología, que "no deja de ser una puerta o ventana", García explica que "el método es idéntico a cualquier otro material, pero en este caso el mantenimiento es mínimo y muy sencillo". 

"Con el paso del tiempo puede ocurrir que una puerta de grandes dimensiones que se abre y cierra muchas veces durante el día, sus esquinas fijadas a 90 grados, una esté a 91, otra a 89, etc; lo que ocasiona roces. El mantenimiento aquí es volver a ponerlas en los mismos grados. En cuanto a los elementos de la puerta, como las manillas o las bisagras, el mantenimiento es muy básico. Nosotros trabajamos el acero inoxidable y su mantenimiento es muy sencillo: un trapito, agua y jabón. Y nada de elementos químicos que puedan afectar a la pintura. Con ese tipo de tratamientos es suficiente", concluye el directivo.