El sector náutico está con un ojo puesto en el pasado y otro en el futuro para ofrecer nuevas soluciones de propulsión a todo tipo de embarcaciones. En los últimos meses se acumulan noticias sobre nuevas hélices y motores eléctricos con creciente potencia y autonomía, pero siempre hay quien sorprende con propuestas que se salen de la norma, sobre todo en el ámbito de los megayates. Hablamos de diseños como el de Colossea, con una cabina de mando que se transforma en un dirigible, o el UAE One, inspirado en los portaaviones y con capacidad para tres helicópteros y un submarino.
A medio camino entre unos y otros está el enorme velero conocido como Project Amplitude, un revolucionario concepto de la empresa con sede en Hong Kong M51 Yacht Design. Esta impresionante embarcación propone una propulsión eléctrica híbrida gracias a generadores que funcionan con biodiésel y un motor eléctrico con grandes bancos de baterías. A todo ello suma unas velas hinchables totalmente automatizadas que aprovechan la fuerza del viento para ahorrar tanto en combustible como en energía eléctrica.
Con 95 metros de eslora y capacidad para 12 personas, el diseño de Amplitude corresponde a Anthony Glasson, responsable de M51, que empezó a proponer sus propios proyectos tras una década trabajando en la industria de los superyates. "Vivir y trabajar en yates me ha dado una perspectiva diferente en el mundo del diseño" de este tipo de embarcaciones, cuenta en su página web. "Me esfuerzo por diseñar yates que sean realmente únicos y prácticos, que no sólo existan en una pantalla, sino que puedan navegar por los océanos".
Viento en popa
La propuesta de Glasson pasa por construir Amplitude con un casco de aluminio, material muy resistente y ligero, y una superestructura a partir de materiales compuestos. Sin embargo, lo que más destaca del yate son sin duda sus dos grandes velas de ala hinchables, situadas encima de la cubierta superior.
Esta tecnología reduce drásticamente los complejos equipos de cubierta habituales de los veleros para simplificar al máximo el control de la navegación. Las velas, controladas por ordenador, se inflan y desinflan de forma automática, dependiendo de las condiciones meteorológicas y de las necesidades del capitán del barco.
De acuerdo con la configuración de Amplitude, que no precisa la velocidad de crucero y máxima de la embarcación, esta propulsión eólica se combinaría con generadores HVO, que utilizan un tipo de biodiésel basado en aceite vegetal tratado con hidrógeno. Además, 266 metros cuadrados de la zona que rodea las velas disponen de una superficie de paneles solares, necesarios para cargar los grandes bancos de baterías encargados de alimentar los sistemas del barco y el motor eléctrico.
Combinados, todos estos tipos de propulsión y almacenamiento de energía permitirían una gran autonomía, hasta 9.260 km, aunque esa cifra podría aumentar en un futuro, cuando se mejore la tecnología de las velas hinchables. Glasson incluso contempla la posibilidad de que algún día sean el único elemento necesario para mover grandes buques de tamaño similar al de Amplitude.
Interiores y cubiertas
A sus características ecológicas, este diseño suma un espectacular catálogo de soluciones tanto en el exterior como en el interior. Por ejemplo, toda la pared de proa de la cubierta del puente está hecha con pantallas LED. Estas pueden mostrar la vista frontal desde la proa, ofreciendo una sensación inmersiva a pasajeros y tripulantes, o convertirse en un enorme cine.
La cubierta del puente destaca también por su espacio diáfano con techos abovedados, en el que se suceden un comedor, un salón con cómodos sillones y sofás y un original bar circular, todo rodeado de amplios ventanales para tener el mar siempre presente. En cuanto a los espacios privados, se dividen en un camarote principal, dos camarotes VIP, cuatro dobles y dos habitaciones más modestas para el personal de a bordo.
La joya de la corona, cómo no, es el camarote del propietario, que aprovecha los 13,2 metros de manga del yate para dar una gran sensación de amplitud a sus ocupantes. También dispone de una lujosa bañera esquinera con paredes de cristal transparente, y una puerta de acceso que parece más propia de una nave espacial que de un barco.
En cuanto al exterior de la cubierta del puente, se configura como un gran solarium, con zonas de descanso, tumbonas y una bañera hidromasaje. Por su parte, la zona de popa es donde se concentrará la mayor parte de la actividad, gracias a una amplia zona de estar rodeada de jardineras, una plataforma de baño y una gran piscina central.
Propulsión eólica
En los últimos tiempos, diseñadores, armadores y empresas tecnológicas parecen haberse puesto de acuerdo para recuperar el que antaño era el mejor aliado para propulsar los barcos: el viento. En el caso de Amplitude, la apuesta es muy similar a las velas Wisamo desarrolladas por la conocida marca de neumáticos Michelín.
Su nombre proviene del acrónimo Wing Sail Mobility y tiene como objetivo protagonizar los barcos mercantes y de ocio del presente y del futuro. Está compuesto de una vela inflable y telescópica con todos los sistemas totalmente automatizados, que permite "aprovechar el viento, fuente de propulsión gratuita, universal e inagotable".
Gracias a que son inflables, las velas pueden hincharse o deshincharse a discreción de la tripulación que también podrá orientarlas según las necesidades del momento y así obtener el máximo potencial. Según la propia Michelin, el diseño puede reducir un 20% el consumo de combustible y está especialmente pensado para resistir condiciones meteorológicas adversas como tormentas. Sin embargo, también se pueden retraer rápidamente si las condiciones son demasiado complicadas y así esperar a que amaine para volver a desplegarlas.
Otro sistema que ya se está probando en grandes buques de carga es el de WindWings, más parecidos a aerogeneradores verticales, con medidas de hasta 37,5 metros. Producidas por Yara Marine Technologies, estas velas podrían generar unos ahorros de combustible muy relevantes, de hasta un 30% en embarcaciones de nueva construcción.