Tienen cabeza, dos brazos, dos piernas y pueden realizar muchos tipos de tareas. Pero en vez de articulaciones tienen servomotores y su cerebro lo conforman algunos de los chips de inteligencia artificial más avanzados del mundo. Hablamos de los robots humanoides de propósito general, que hasta hace poco parecían posibles únicamente en la ciencia ficción más especulativa. Amazon ya está probando uno de estos modelos como sustituto de los mozos de almacén, mientras firmas como Tesla o Sanctuary AI preparan sus respectivos dispositivos diseñados para aprender de los humanos y, en algunos casos, mandarlos al paro.
En esta carrera por ver quién es el primero en dar un puñetazo en la mesa y quedarse con el grueso del mercado, hay un competidor singular. Se trata de Figure, una compañía con sede en Sunnyvale (California) fundada por Brett Adcock, multimillonario tecnológico que también es el fundador de Archer Aviation, uno de los actores más pujantes en el mercado de los vehículos eléctricos de aterrizaje y despeque vertical o VTOL. El último anuncio de la compañía la posiciona como una de las más competitivas en el sector: ha firmado un acuerdo para que sus Figure 01 empiecen a operar en la planta de fabricación de BMW en Spartansburg (Carolina del Sur).
No es poca cosa. Hablamos del mayor exportador de automóviles de Estados Unidos, donde actualmente trabajan 11.000 empleados, que tendrán como nuevos compañeros a estos androides de metal. En el comunicado de prensa publicado por ambos firmantes, señalan los ambiciosos objetivos del contrato: un número no especificado de robots se integrarán en los procesos de fabricación, como el taller de carrocería, la chapa o el almacén, en un periodo de uno o dos años después de recibir la formación necesaria para realizar tareas específicas. "Hemos diseñado el robot para que sea seguro junto a los humanos. Trabajar con BMW en la automatización de una planta de fabricación es un gran estímulo para nosotros", ha señalado Adcock.
Cómo es Figure 01
El objetivo de Figure, fundada en 2022, es crear "el primer robot humanoide de propósito general comercialmente viable del mundo". Para ello Adcock ha reclutado a algunos de los ingenieros más destacados a nivel internacional (incluidos algunos que trabajaban en Boston Dynamics y en Tesla), con la idea de lograrlo en tiempo récord. Con un equipo de más de 60 de estos expertos en IA, software integrado, electricidad, mecánica, baterías, integración y pruebas, el ritmo al que están avanzando da verdadero vértigo.
En marzo de 2023, cuando publicaron su primer comunicado, lo único que tenían disponible eran unos primeros diseños por ordenador y una misión que ya hemos oído más de una vez: revolucionar la industria. Según las primeras especificaciones, que no se han confirmado ni desmentido después, el dispositivo con forma humana medirá 168 cm y pesará 60 kg. Podrá levantar una carga útil de 20 kg, caminar a velocidades de hasta 4,3 km/h y funcionar hasta cinco horas con una sola carga.
"Al principio, las tareas que realizarán los humanoides serán estructuradas y repetitivas, pero con el tiempo, y gracias a los avances en el aprendizaje de los robots y el software, los humanoides ampliarán sus capacidades y podrán realizar tareas más complejas", indican la propia página web de Figure. "No emplearemos humanoides en aplicaciones militares o de defensa, ni en funciones que requieran causar daño a seres humanos. Nuestro objetivo es proporcionar recursos para trabajos que los humanos no quieren realizar".
Andar y hacer café
Apenas seis meses después de esa primera presentación en sociedad, la compañía publicó un vídeo en el que se veía el primer prototipo de Figure 01 en acción, caminando dinámicamente sin ayuda. Eso lo diferencia de otros robots humanoides como el Tesla bot, ya que esta manera de caminar significa que hay momentos durante el proceso de marcha del robot en los que detenerse bruscamente provocaría su caída.
En ese sentido, Figure 01 se parece más a los humanos, ya que no se limita a asegurarse de que su centro de gravedad esté siempre situado de forma segura para no irse al suelo. Por eso eso también balancea los brazos como nosotros, para mantener un movimiento suave y equilibrado. Así 'aprende' a saber dónde poner los pies y cómo mover las manos para poder caminar sin verse afectados por perturbaciones externas o cambios en la altura del suelo.
El último avance del robot de Figure parece más intrascendente, pero en el fondo no lo es. Un nuevo vídeo lo muestra haciendo café con una cafetera de cápsulas, con una taza ya preparada bajo el surtidor. Ante una orden verbal de uno de los ingenieros, el robot abre la compuerta superior de la cafetera, introduce una monodosis, cierra el compartimento y pulsa el único botón de la máquina. El propio ingeniero se encarga de coger la taza.
¿Por qué es tan importante? Porque ha aprendido esa tarea por sí mismo en sólo diez horas, a partir de un vídeo que mostraba a humanos haciéndolo y tras varios intentos de ensayo y error. Al conseguirlo, ha desbloqueado esta acción en su biblioteca, lo que le permite transferirla a otros robots Figure con el mismo sistema operativo gracias al aprendizaje en enjambre.
Es un logro que aprovecha su habilidad para usar LLMs o grandes modelos de lenguaje para interpretar los comandos de voz de los humanos y dividir las órdenes en pasos procesables. Y eso abre la puerta a que en muy poco tiempo, él y sus compañeros aprendan otras tareas más complejas, como usar herramientas para ensamblar las piezas de los próximos coches de BMW.
Competencia
Estos avances sitúan a Figure, valorada en 400 millones de dólares, como una de las empresas que liderarán este pujante sector. Pero no está sola. En los próximos años, los anuncios sobre este tipo de robots serán una constante. De hecho, fabricantes de automóviles como Honda o Hyundai llevan años experimentando con robots humanoides para realizar trabajos repetitivos y peligrosos en cadenas de montaje.
Por su parte, Tesla ha presentado recientemente el Optimus Gen 2, acompañado por una de esas predicciones ya clásicas de Elon Musk: "en la década de 2040 habrá 1.000 millones de robots humanoides en la Tierra". El suyo de momento sólo anda, ordena objetos y ha aprendido a doblar una camiseta, pero todavía le queda mucho desarrollo por delante para ser comercialmente viable.
Sanctuary AI parece uno de los rivales más a tener en cuenta por parte de Figure. Su robot Phoenix ya es un prototipo operativo, que destaca especialmente por su "arquitectura cognitiva y plataforma de software" que incorpora aprendizaje pilotado y una IA de gran tamaño para conversar y recibir instrucciones en lenguaje natural, como la que utilizan ChatGPT o Bard.
Este robot tiene un tamaño de 170 cm de alto, pesa 70 kg y la posibilidad de caminar a una velocidad máxima de 4,8 km/h. Su capacidad de carga llega hasta los 25 kg, mientras sus manos cuentan con 20 grados de libertad y tecnología háptica, para que puedan 'sentir' los objetos como lo haría una persona.
Por su parte, Apptronik, la startup responsable del robot Valkyrie de la NASA ideado para hacer tareas peligrosas en el espacio, presentó el pasado verano Apollo, un 25% más rápido que los robots de Tesla. Una de sus características más sorprendentes es que su cuerpo es desmontable y se puede acoplar en otras estructuras.
Por ejemplo, el torso y los brazos del robot, que constituyen su unidad central, pueden instalarse en maquinaria especializada. De momento, según los vídeos de la firma, Apollo es muy eficaz recogiendo y moviendo objetos como cajas, herramientas o paquetes por un espacio de trabajo definido.