El espejo que ilumina Viganella

El espejo que ilumina Viganella Silvia Camporesi Omicrono

Tecnología

El gigantesco espejo español que ilumina todo un pueblo italiano durante 3 meses cada invierno

Viganella, al norte de Italia, usa un enorme heliostato fabricado en Huelva que refleja los rayos del sol para ofrecer luz durante seis horas al día.

21 diciembre, 2023 02:15

En España es cada vez más habitual que tengamos inviernos soleados, sin apenas precipitaciones, y con temperaturas de récord. Así lo certificó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que registró 29,9º en los observatorios de Málaga capital y Coín, en la misma provincia andaluza. En otros lugares, como en el pueblo de Viganella, al norte de Italia, el problema es más bien el contrario: el frío y la falta de luz del sol, que durante tres meses no llega a bañar esta pequeña localidad situada en el valle de Antrona, muy cerca de la frontera con Suiza.

La escarpada geografía de la zona, rodeada de montañas, impide que los rayos del sol lleguen a las calles y casas de Viganella desde el 11 de noviembre hasta el 2 de febrero, cuando sus 180 habitantes lo celebran con una festividad pagana. Sin embargo, desde 2006 "se hizo la luz" gracias a un enorme heliostato con denominación de origen española: un espejo motorizado fabricado en Huelva e instalado en el pico del monte Scagiola que se encarga de redirigir el reflejo del sol durante 6 horas al día directamente a la plaza del pueblo.

El de Viganella no es un proyecto único en el mundo, pero sí se considera el pionero de una práctica que se ha replicado, por ejemplo, en la pequeña ciudad noruega de Rjukan. El sistema también ha tenido eco en proyectos a pequeña escala, como el que utiliza la Universidad de Córdoba para bajar la factura de la luz usando el sol y sin instalar placas.

Origen y desarrollo

Los espejos no sólo se han utilizado históricamente para reflejar nuestra imagen, sino que han sido un elemento fundamental aplicados a otros usos. Desde el espejo ustorio de Arquímedes, supuestamente utilizado para incendiar la flota de barcos romanos en Siracusa, hasta los que se integran en los láseres de alta potencia o en telescopios espaciales como el James Webb, los ingenieros han aprovechado sus propiedades al máximo.

La más evidente, reflejar la luz del sol, fue la que inspiró al arquitecto Giacomo Bonzani y a Franco Midali, alcalde de Viganella a finales de los años 90, a crear el sistema que a día de hoy sigue alumbrando el pueblo durante 83 días todos los años. Bonzani primero propuso instalar un reloj de sol en la fachada de la iglesia, pero Midali le pidió una solución para un problema aparentemente irresoluble: acabar de una vez por todas con la penumbra que acechaba al pueblo cada noviembre.

El pueblo de Viganella iluminado con el reflejo del espejo

El pueblo de Viganella iluminado con el reflejo del espejo Christophe Cauvy Omicrono

Así empezó Bonzani a calcular y diseñar un sistema que permitiera reflejar los rayos del sol situando un heliostato en una de las montañas cercanas. Finalmente, terminaron encargando la fabricación del invento en Huelva por 100.000 euros. Allí 'nació' este imponente espejo de acero pulido de 40 metros cuadrados (8 metros de ancho por 5 metros de altura), situado a 870 metros de altura en un claro del monte Scagiola.

Se eligió ese lugar para minimizar el impacto ambiental y la tala de árboles, pero también porque según los cálculos de Bonzani era el sitio idóneo para proporcionar más horas de sol en la plaza del pueblo, donde desde diciembre de 2006 ilumina una superficie de 250 metros cuadrados.

El espejo visto desde atrás en pleno invierno

El espejo visto desde atrás en pleno invierno Visit Ossola Omicrono

Para su correcto funcionamiento, Bonzani tuvo en cuenta tanto las condiciones climatológicas como el viento, la lluvia o la nieve, además de las posibles vibraciones que podrían afectar a la estabilidad del conjunto. También estudió los riesgos de que el reflejo del sol pudiera causar incendios o afectar al suministro eléctrico del pueblo.

Como los heliostatos que se usan en las plantas termosolares, su funcionamiento se basa en redirigir los rayos del Sol en una determinada dirección, a pesar del movimiento de la Tierra respecto al astro rey. Así, gracias a su base rotatoria y a un sencillo programa informático, los paneles del espejo de Viganella se inclinan y giran para conseguir que la luz se refleje siempre hacia la plaza del pueblo, con un resultado óptimo a las 11 de la mañana. 

Reflejos en Noruega

Desde entonces, ingenieros de todo el mundo han estudiado el funcionamiento del invento con la idea de construir e instalar algo similar en otros pueblos situados en lugares que, por su situación geográfica, no reciben apenas luz del sol durante largas temporadas.

Es el caso de la diminuta ciudad de Rjukan, situada en el fondo de un valle rodeado de montañas a 3 horas de Oslo, donde los rayos del sol no conseguían penetrar durante 7 meses al año. Por lo menos hasta 2013, cuando se terminó la construcción de un artilugio inspirado en el de Viganella. 

Los heliostatos del pueblo noruego de Rjukan

Los heliostatos del pueblo noruego de Rjukan Bjarte Fredheim / Visit Norway Omicrono

Desde su misma construcción, a principios del siglo XX, los habitantes de Rjukan soñaban con disfrutar de la luz solar. El inventor e industrial noruego Samuel Eyde, que ideó sistemas para obtener salitre oxidando el nitrógeno del aire y fabricar cantidades industriales de hidrógeno por electrólisis del agua, fue el fundador original de este pueblo, donde inicialmente vivían los trabajadores de sus fábricas. Él mismo realizó unos diseños preliminares en 1913 de un espejo gigante, pero la imposibilidad de girarlo y orientarlo de forma mecánica paralizó su construcción. 

Casi 100 años después, se puso en funcionamiento por primera vez un sistema instalado en lo alto de una de las montañas circundantes, a 450 metros de altura, que incluye 3 enormes espejos de 17 metros cuadrados cada uno, controlados por ordenador y alimentados por energía solar.

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Su principal responsable es el artista Martin Andersen, que estuvo años estudiando diferentes opciones para ofrecer un resultado algo distinto al de Viganella. Para ello contactó con el experto Jonny Nersveen, responsable de los cálculos, y visitó el pueblo italiano para estudiar el funcionamiento de su sistema.

Así, a diferencia del único espejo de acero pulido de Viganella, que ilumina un área mayor con una luz débil y difusa, Andersen "quería una zona más pequeña y concentrada de luz solar: un lugar especial iluminado por el sol en medio de la ciudad donde la gente pudiera venir a tomar el sol durante cinco minutos", en declaraciones recogidas por The Guardian.

Los tres heliostatos de Rjukan

Los tres heliostatos de Rjukan Karl Martin Jakobsen / Visit Norway Omicrono

Para ello y apoyado por el Ayuntamiento de Rjukan, contrató los servicios de una empresa alemana especializada en energía solar concentrada (CSP, por sus siglas en inglés). Ellos fueron los encargados de llevar en helicóptero e instalar los tres espejos de cristal en la montaña. Desde entonces, este ingenioso sistema se encarga de inundar de luz solar reflejada 600 metros cuadrados de la plaza del mercado de Rjukan, desde el mes de septiembre hasta marzo.

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