El gigante de las compras online, Amazon, es el último en sumarse a la frenética carrera por la inteligencia artificial que ha marcado el ritmo de la industria tecnológica en el último año. Pasado ya el caos protagonizado por OpenAI, creador de ChatGPT, la semana pasada, Amazon ha anunciado Q, su inteligencia artificial conversacional con el que pretende medirse con el principal socio de OpenAI, Microsoft, y otros tantos en este nuevo mercado emergente. Un primer paso enfocado a su negocio empresarial, antes de desplegar su IA en los hogares con Alexa 2.0 como ya anticipó en septiembre.
OpenAI tiene ChatGPT Entreprise, Microsoft ha utilizado la tecnología de su socio para crear Copilot y Google apuesta por Duet AI. Estos serán los principales competidores de Q, pues a diferencia de ChatGPT, Bing o Bard, conocidos por el gran público, la nueva inteligencia artificial de Amazon está dirigida para ser de utilidad a los clientes de AWS en entornos de trabajo y gestionar sus datos internos más sensibles con la dificultad de no filtrarlos.
Aunque no sirva para preguntarle por los pueblos de España más bonitos, Q tiene una misión clave para servir como gestión de datos y asistencia en entornos de trabajo donde el tratamiento de cifras y miles de documentos internos es clave en la productividad de las empresas. "Creemos que Q tiene el potencial de convertirse en un compañero de trabajo para millones y millones de personas en su vida laboral", dijo en una entrevista Adam Selipsky, director ejecutivo de Amazon Web Services.
La interfaz de Q se parece a otras IAs conocidas en el entendimiento de lenguaje natural. Se le puede hacer preguntas escritas y Q las responde con textos enriquecidos con la información privada que tiene de la empresa, como sus negocios o sus clientes.
En este terreno algunos chatbots como ChatGPT no han convencido desde el principio a las empresas para confiar su información confidencial a la IA. Muchas marcas han prohibido el uso de este chatbot a sus empleados al conocer que las conversaciones con él ayudan a seguir entrenando al modelo de lenguaje natural.
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Como respuesta, Microsoft o Amazon, que llevan tiempo gestionando recursos empresariales para facilitar el trabajo de empleados con sus servicios en la nube, suman la IA a estas herramientas, pero con una fuerte capa de seguridad. La barrera aplicada en Q alcanza niveles como ofrecer respuestas personalizadas a cada empleado teniendo en cuenta el grado de acceso a información interna de la empresa que tiene cada trabajador.
En vez de confiar en el desarrollo y entrenamiento de un gran modelo de lenguaje natural propio. Amazon ha recurrido a trabajos de empresas como Meta, matriz de Facebook o WhatsApp que lleva tiempo invirtiendo en el desarrollo de la IA, o Anthropic, en esta última ha invertido Amazon 4.000 millones de dólares. Esta inversión también es clave en su futuro despliegue de la IA conversacional en los hogares a través de sus dispositivos domóticos que se espera para 2024. Terreno en el que se medirá las fuerzas con Google y Apple.
El anuncio se ha realizado en el evento que el gigante de las compras online está celebrando estos días, llamado Re:Invent, y que está centrado en anunciar novedades para su servicio de redes en la nube. En ese mismo evento han presentado dos nuevos procesadores propios, Graviton4 y AWSTrainium2, enfocados a acelerar el machine learning y las redes neuronales en sus centros de datos. También han lanzado Guardrails para que las empresas generen sus propios modelos de lenguaje.