Después de vivir un largo verano en España, que se ha prolongado hasta principios de octubre, el clima empieza a dar muestras de los primeros estragos del invierno, con alguna nevada esporádica y una bajada de temperaturas generalizada por las noches. Y eso se nota en nuestra vida cotidiana, no sólo por la ropa que vestimos o por el uso de la calefacción, sino por cosas tan engorrosas como tener que quitar el hielo del parabrisas del coche con una rasqueta.
Cualquiera que deje el coche fuera del garaje conoce esta maniobra de sobra, más aún si vive en un lugar en el que las nevadas son frecuentes o de gran intensidad. Pero hay inventos para todo, y en este caso cada vez son más populares las cubiertas que permiten proteger la ventana frontal y los espejos retrovisores de casi cualquier automóvil de forma rápida y muy efectiva.
Hay muchos modelos de este tipo de productos disponibles en las tiendas online, pero la mayoría comparte las mismas características. Normalmente, está fabricado con una película exterior de aluminio de alta calidad, capaz de repeler el agua, y luego varias capas de algodón y un forro interior para facilitar el aislamiento. Esos materiales permiten proteger el parabrisas de la lluvia, la nieve, las heladas o el granizo, además de evitar la acumulación de hojas en otoño o incluso los molestos excrementos de los pájaros.
Este tipo de cubiertas no sólo cumplen un importante cometido en invierno, sino que también son útiles en verano por sus cualidades térmicas. Son resistentes a los rayos ultravioleta y reflejan la radiación del sol, por lo que la temperatura interior del vehículo no experimenta un gran aumento incluso en los días de más calor.
Para instalarlo, dispone de varios imanes que permiten 'anclarlo' al capó del coche, además de unas bandas elásticas para extenderlo hasta los retrovisores. Los espejos laterales también están protegidos por fundas con su forma, que además cuentan con tiras reflectantes para que sean muy visibles por la noche y evitar así los accidentes.
Al igual que los típicos parasoles que se utilizan en verano, estos protectores son muy ligeros y fáciles de guardar, ya que se pliegan y no ocupan apenas espacio en el interior del coche o en el maletero. Están diseñados para ser compatibles con la mayoría de coches, aunque conviene cerciorarse antes de comprarlo fijándose en sus medidas.
Hay un modelo disponible en la tienda online Kebyla por 22,99 euros que cumple todos estos requisitos y es muy grande (220 x 110 cm), por lo que también puede proteger el parabrisas de vehículos grandes. También se pueden encontrar distintos modelos en Amazon, con este de la marca Hicosee como el más vendido, bien valorado y con un precio inferior a los 15 euros.