Arquitectos de todo el mundo siguen a la busca de los materiales que puedan ofrecer un mejor aislamiento para todo tipo de edificios. Y es que, en tiempos de crisis energética y con el cambio climático amenazando especialmente a países como España con temperaturas extremas, se hacen necesarias novedades en los materiales de construcción, como el innovador ladrillo hecho con huevo pero altamente resistente o la pintura que aísla tu casa hasta 15 grados.
Los aislantes más comunes como la fibra de vidrio, la lana de roca, la espuma de poliuretano o la celulosa tienen sus inconvenientes, como el alto consumo energético que implica su producción o la compleja manipulación de los materiales. Frente a ellos van ganando terreno alternativas ecológicas como el cáñamo industrial que, gracias a sus propiedades de aislamiento térmico y acústico se postula como uno de los materiales del futuro en la industria de la construcción.
Soluciones como el hormigón de cáñamo o hempcrete, una pasta realizada con la mezcla de fibras de cáñamo, cal, arena y agua, pueden llegar a reducir los costes de calefacción y aire acondicionado entre un 30 y un 60% (algunos profesionales apuntan hasta el 80%), dependiendo del clima y el diseño del edificio.
Sin embargo, hasta hace poco, la mayoría de las soluciones constructivas basadas en cáñamo eran caseras, no a escala industrial, y se utilizaban principalmente para autoconstrucción. El panorama está cambiando rápidamente gracias a empresas como la sueca Ekolution, que este mismo año ha logrado el primer certificado de balance de carbono negativo para sus paneles fabricados con fibra de cáñamo. Sus cualidades aislantes son tan incontestables que están siendo utilizados para la construcción sostenible de edificios como Triple Zero, un centro logístico de alta tecnología cerca de la capital sueca, Estocolmo.
Cáñamo para construir
Las propiedades psicoactivas y medicinales del cannabis son de sobra conocidas, pero una de sus variedades, el cáñamo, todavía tiene mucho que ofrecer en industrias tan variadas como la textil o la construcción. Pese a las reticencias de parte de la sociedad frente a una planta de este tipo, las cepas de cáñamo industrial tienen un muy bajo contenido en THC (inferior al 0,3%). Además, lo que se utiliza tanto para el hormigón de cáñamo como para la fibra es el núcleo de los tallos o cañamiza, que no llega siquiera a esas cifras.
En 2003, el economista Remi Loren y los ingenieros Henrick Jacobsson y Naib Woldemariam fundaron Ekolution precisamente para aprovechar todas las posibilidades arquitectónicas del cáñamo industrial, legalizado ese mismo año en Suecia. Desde entonces, han participado en la construcción de varias casas y edificios industriales, pero sobre todo se han centrado en el desarrollo de unos paneles de fibra de cáñamo que se pueden instalar en paredes, suelos y tejados y supondrán un antes y un después en el sector.
Los paneles, que se comercializan en distintas medidas y grosores según las necesidades de cada edificio, ofrecen un balance de carbono negativo (es decir, que reducen más dióxido de carbono del que liberan) y tienen unas cualidades que los hacen únicos: son altamente resistentes al fuego, la putrefacción, el moho y las plagas, entre otras cosas porque la fibra de cáñamo es un material transpirable, que evita la acumulación de humedad.
Pero sus características más destacadas tienen que ver con el aislamiento, tanto térmico como acústico. Es lo que les sirve para ofrecer un clima interior más homogéneo. La fibra de cáñamo tiene una gran inercia térmica, lo que permite disminuir las fluctuaciones de temperatura y ayudar de manera pasiva a un menor gasto de calefacción y aire acondicionado.
Cómodo de manejar
Este material es muy cómodo de manejar y no conlleva ningún peligro, ya que se compone de fibras naturales que no son nocivas para la salud, a diferencia de otros materiales aislantes como la fibra de vidrio. Sus propiedades de insonorización también son destacadas y tiene un efecto protector ante las radiaciones electromagnéticas, cada vez más presentes en nuestro día a día.
En enero de este mismo año, Ekolution anunció el comienzo de las obras de Triple Zero, el proyecto de construcción más grande del mundo que utiliza estos paneles aislantes rellenos de fibra de cáñamo. Construido por el promotor inmobiliario NREP en Bålsta, al norte de Estocolmo, este centro logístico de alta tecnología combinará su construcción bioclimática con placas fotovoltaicas para ser el primer edificio de este tipo en lograr un 100% de neutralidad de CO2 durante todo su ciclo de vida.
"Es un hito para toda la industria del cáñamo y, en particular, para los materiales de construcción de cáñamo", aseguró en un comunicado de prensa Remi Loren, actual CEO de Ekolution. "El impacto ambiental es inmediato y esta será la primera de muchas instalaciones logísticas de última generación". Entre sus componentes, 8.000 pies cúbicos de materiales de construcción de cáñamo, con 16.553 paneles bifaciales de aislamiento de 2×15 metros para los muros y el techo del edificio.
Así, una de las industrias más contaminantes a nivel mundial como la construcción, ha encontrado una alternativa eficaz y natural para hacer frente a los peores augurios del cambio climático. Por algo la fibra de cáñamo desarrollada por Ekolution es la primera con un balance negativo de CO2 a lo largo de un ciclo de 150 días, desde la siembra de la planta hasta la instalación del material terminado, lo que ha permitido a la empresa capturar más de 230.000 kg de dióxido de carbono en todos los proyectos que se han llevado a cabo con este material.
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