Ciudades enteras de Ucrania se han convertido en el blanco de los misiles lanzados desde el otro lado de la frontera. Rusia lleva desde el inicio de la ocupación ejecutando ataques que dejan muertos e incalculables pérdidas económicas prácticamente a diario. Unos daños que se multiplicarían por muchos factores si no fuera por los escudos antiaéreos —tecnología que también tiene España— que el ejército comandado por Zelenski lleva utilizando desde el principio de la invasión.
Los últimos reportes publicados por el Ministerio de Defensa de Ucrania indican que Moscú habría ejecutado hoy jueves uno de los ataques "más masivos" desde que comenzó la guerra. Según los datos preliminares publicados por la Fuerza Aérea del país, Rusia habría lanzado 69 misiles de crucero contra territorio ucraniano solo durante la mañana. De ellos, 54 habrían sido interceptados por el sistema de defensa aérea S-300. Un 80% de efectividad.
"El enemigo sigue recurriendo a su terror con misiles contra los ciudadanos pacíficos de Ucrania", ha declarado el comandante general de las fuerzas armadas, Valery Zaluzhnyi. En este mismo ataque, el ejército de Kiev también derribó 11 drones iraníes Shahed diseñados para detonar una carga explosiva tras impactar.
Este excelente rendimiento del escudo antiaéreo S-300 llega tan solo unos días después de que Estados Unidos confirmara el envío del Patriot a Ucrania. Este sistema de defensa es uno de los mejores y más avanzados del mundo y prometen recalar en el país a partir de febrero.
Escudo soviético
El desarrollo del sistema de defensa aérea S-300 arrancó a finales de los años 60 con la necesidad de sustituir los modelos anteriores que tan buen resultado les había proporcionado a los soviéticos en los albores de la Guerra Fría. Por aquel tiempo, la amenaza de los misiles de crucero intercontinentales era una gran preocupación para Moscú que aceleró en el proceso y, en poco más de 10 años, tenía listo su nuevo escudo.
Era 1978 cuando la primera versión del S-300 comenzó a operar dentro de las fuerzas armadas soviéticas y más tarde hizo lo propio en las rusas. Se calcula que el máximo de lanzadores en activo que llegó a tener el Kremlin bajo su mando es de 1.900 en el año 2000. Mientras que, para el 2017, ya acusando el natural desgaste, el número descendió hasta unas 800.
Esta reducción de unidades no le ha librado de ser —todavía hoy— uno de los mejores escudos aéreos jamás construidos. Gracias en buena parte a los diferentes programas de actualización y mejora que han dado como resultado una gran amalgama de versiones, subversiones y modelos.
En particular, una de las versiones que tiene Ucrania es la S-300PMU y que Eslovaquia envió nada más comenzar la guerra, además de otras de herencia directa de la Unión Soviética. El sistema al completo se compone, a nivel básico, de 4 pilares: los radares encargados de vigilancia, radares de seguimiento, un puesto de mando y el lanzador de los misiles que puede acarrear 4 unidades al mismo tiempo.
El radar de vigilancia tiene un alcance que puede llegar a los 300 kilómetros de cobertura mientras que el sistema de seguimiento —que también se emplea para el guiado del misil— alcanza los 200 kilómetros. Una vez detectado, el sistema puede actuar autónomamente eliminando la amenaza o bien manualmente a través de un operador.
Por su parte, el misil 5V55R tiene un alcance de 75 kilómetros con una velocidad máxima de 1.900 metros por segundo. Todo so se consigue con 7 metros de longitud con un peso de 1.450 kilogramos donde se incluyen 100 de ojiva.