Mucho se habló al principio del Hyperloop o lo que es lo mismo, los trenes ultrarrápidos que pretenden desbancar a la aviación en velocidad sin contribuir al cambio climático. Pero proyectos como el de Elon Musk o sus semejantes en España ya no dan tanto de que hablar, lo que no significa que no haya avances o surjan nuevos proyectos como este "avión sin alas" canadiense propulsado completamente con energías renovables.
La compañía TransPod celebra en su último anuncio la construcción de un tren de tubo que volará a gran velocidad de Calgary a Edmonton (Canadá) en solo 45 minutos. Se trata de una distancia de 299 kilómetros y los pasajeros viajarán tres veces más rápido que en un tren de alta velocidad actual. Es una nueva propuesta de esta modalidad de transporte futurista que no renuncia a bromear con devorar a la competencia.
El tren bautizado como FluxJet ha sido diseñado para ser más rápido y limpio que los aviones, pues aseguran que solo utilizará energías renovables para transportar mercancías y pasajeros sin crear huella de carbono. El proyecto y sus ilustraciones muestran un viaje rápido y lujoso, pero todavía queda un camino muy largo por recorrer para alcanzarlo. Otras empresas con un propósito similar todavía están inmersas en las pruebas de prototipo y enfangadas en las infinitas trabas regulatorias.
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Viajar en FluxJet
Empresas como Hyperloop de SpaceX, la más conocida, proponen viajes tan rápidos como los que está anunciando TransPod. En este caso, el modelo de tren es más grande que los que está construyendo la compañía de Elon Musk, planteamiento con el que bromean los canadienses en redes sociales. Medio centenar de pasajeros viajarán en vagones de lujo con un aire similar al de los actuales trenes de larga distancia, salvo por diferencias sustanciales.
Una de las comodidades que destaca la compañía es la facilidad y rapidez de carga que tiene el FluxJet y sus estaciones. "Cada 80 segundos, una cápsula puede salir de la estación y viajar hacia nuevos destinos". De esta forma, se reducen los tiempos de espera actuales que sufren los pasajeros a la hora de montar en trenes o aviones. El sistema se asemejaría más al del metro, pero para largas distancias.
Los pasajeros se suben al vagón por los extremos, atravesando primero la barrera que protege la vía encapsulada. Cuando todos están montados, se cierran las puertas de acceso desde el andén y se recogen las rampas que permiten llegar hasta el vagón, también se cierran herméticamente las puertas del vagón para emprender la marcha.
Lo mismo ocurriría con el transporte de mercancías, sería rápido y eficiente, tanto en el trayecto como en el montaje. En cada tren o cápsula hay una capacidad de 54 pasajeros como máximo, con espacio para 2 sillas de ruedas y cuatro portaequipajes. Según el tipo de viaje, el espacio interior se puede adaptar con más asientos o más mesas y permitir el trabajo durante el trayecto.
¿Cómo vuela?
El FluxJet se puede desplazar por la vía a más de 1.000 km/h, siendo más rápido que un avión y tres veces más veloz que un tren de alta velocidad actual. Aunque la empresa no da muchas pistas sobre las tecnologías de innovación que pretende utilizar, se basa, como el resto de trenes, en el impulso mediante un sistema de flotación magnética a través de una red de tubos de baja presión.
TransPod también se sirve de la tecnología de levitación magnética para eliminar la resistencia del rodaje, pero han decidido aplicarla cuando el tren ya está fuera de la ciudad y se decida a alcanzar velocidades muy altas. Entre estaciones urbanas, este medio de transporte se tendrá que conformar con velocidades más prudentes.
Es decir, el tren de aterrizaje de este "avión sin alas" no se retraerá hasta que la cápsula alcance al menos 300 km/h, momento en el que estará listo para acelerar hasta los 1000 km/h, siendo su velocidad máxima los 1.200 km/h.
El sistema parece estar basado también en lo que ellos describen como una nueva rama de la física, la veillance flux o flujo de vigilancia en español. Algo que en otros estudios relacionan con una forma de medir la capacidad de detección de las cámaras y sensores. Podría estar haciendo referencia al sistema de posicionamiento visual que escanea el tubo por delante y ajusta la posición de la cápsula en el tubo de acuerdo con lo observado. En los vídeos de demostración se aprecia cómo en la parte frontal, la cápsula cuenta con un sistema de escáner que analiza lo que hay delante del vagón.
Las cápsulas incluirán baterías de reserva a bordo. No obstante, a la hora de alcanzar la velocidad máxima, se extiende una unidad para captar la energía sin contacto desde el tubo por el que se está 'volando'. El plasma forma parte del sistema, un mecanismo de aceleración parecido al que se produce en el CERN de Suiza, pero a una escala más básica para mover un tren. Toda esta energía saldría de fuentes renovables, aunque aún no determinadas.
¿Llegará a buen puerto?
"TransPod se diferencia de otros sistemas de trenes de tubos de vacío por sus bajos costos de infraestructura y mantenimiento". Esta es una de las promesas de la compañía, aunque todavía no haya construido ningún tren. Para funcionar, requiere de una infraestructura propia, la llamada TransPod Line: una red de vías con estaciones en ciudades clave.
Su uso entre las dos ciudades canadienses supondría reducir casi un tercio del tráfico de la autopista que las une actualmente, según TransPod, y cada pasajero ahorrará tanto carbono gracias a su energía verde que el efecto será como si hubiera plantado un árbol. Así, esperan reducir las emisiones de dióxido de carbono en 636.000 toneladas anuales.
Es pronto para aplaudir los avances de este modo de transporte, sobre todo si se tiene en cuenta el resto de proyectos de alta velocidad que aún no han cumplido buena parte de sus promesas. Virgin Hyperloop ha cambiado de rumbo este año hacia el transporte de mercancías, según The Verge, por problemas de seguridad y regulatorios para llevar pasajeros. Mientras, la compañía de Elon Musk realizó en 2020 la primera prueba con pasajeros, aunque sin alcanzar la imponente velocidad de 1.000 kilómetros por hora que desde sus inicios se había marcado.
Aparte de desarrollar la tecnología, otro de los pasos que faltan es unificar los parámetros antes de empezar a construir redes desiguales en cada país. Para esto se formó en 2020 en Europa el comité JTC compuesto por el del Comité Europeo de Normalización (CEN), el Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (CENELEC) y las empresas que están tratando de impulsar este modo de transporte en cada país: Hardt Hyperloop (de los Países Bajos), Hyper Poland (de Polonia), TransPod (de Canadá, con oficinas en Italia y Francia) y Zeleros Hyperloop (de España).
La apuesta es firme y las inversiones, muy altas. TransPod dice que ha recaudado 550 millones de dólares en fondos. La empresa ofrece construir la conexión entre las dos ciudades canadienses por 18.000 millones de dólares, lo que saldría a 60 millones de dólares estadounidenses cada kilómetro. El camino se dibuja largo hasta poder ver estos trenes volando a velocidades de vértigo para comunicar ciudades.