El peso de los vehículos no tripulados es cada vez mayor en todas las fuerzas armadas del mundo. Además de los famosos drones, las compañías de material militar también están diseñando plataformas terrestres y navales. Como parte del impulso a esta última rama acuática, la Armada acaba de finalizar unos ejercicios frente a la costa de Cartagena donde ha probado 3 modelos diferentes fabricados en España.
[Así es la Flota Fantasma del ejército de EEUU: buques no tripulados para espiar y atacar]
El eje de las maniobras realizadas entre el 30 de junio y el 1 de julio ha sido la embarcación BAM Audaz, que ha servido como centro de operaciones de los Unmanned Surface Vehicles (USV, de sus siglas en inglés) Kaluga, Sead 23 y Vendaval. El despliegue se completó con un dron como representante de la rama aérea en la maniobra.
"Esta integración ha supuesto un hito tecnológico y operativo para la Armada, que hasta la fecha solo ha podido realizar muy pocas marinas en el mundo", según recoge la propia Armada a través de un comunicado de la Fuerza de Acción Marítima. Y es que las ramas navales de los ejércitos más avanzados de todo el mundo, como el estadounidense, ya se encuentran muy inmersos en desarrollos de este tipo de tecnología.
Estos dos días de navegación en aguas mediterráneas son solo el aperitivo a los ejercicios Dynamic Messenger 22, que tienen previso celebrarse en aguas portuguesas el próximo septiembre junto a otros países de la OTAN. Allí, la Armada probará en un escenario más complejo su Sistema de Combate estandarizado (SCOMBA) que gestiona la información recogida por todos los elementos no tripulados. También se evaluará la integración de este sistema con el de otros países de la Alianza.
Barcos sin tripulantes
El USV Kaluga es la propuesta de la compañía madrileña Utek junto con la integración de un sistema de armamento firmado por la filial española del grupo Leonardo. Se trata de una embarcación neumática semirrígida propulsada por un motor fueraborda de 175 caballos de potencia.
Los sistemas y sensores embarcados se complementan con una estación de control que puede instalarse tanto en tierra firme como embarcada. En cuanto al equipamiento extra, emplea un sistema de armas Lionfish Ultra Light de calibre 12,7 milímetros junto a un equipo de vigilancia avanzado con cámara térmica y la opción de incorporar un localizador láser con hasta 30 km de alcance.
La segunda embarcación no tripulada llega directamente desde la parroquia viguesa de Sárdoma. El Seadrone Sead 23 es una embarcación semirrígida de alta velocidad y con cubierta cerrada de 6,95 metros de eslora por 2,32 de manga.
Está propulsada por un motor diésel que rinde 250 caballos y que alcanza los 61 kilómetros por hora. Este USV cuenta con cierta experiencia en la Armada tras haber participado en algunas maniobras el pasado 2021. Entre sus funciones se puede destacar el despliegue de cargas en altamar, labores de inteligencia, vigilancia y la integración de una estación de armas con control remoto.
El último de los USV en participar en las maniobras es el Vendaval, fabricado por Navantia y operado en tierra firme desde la Estación Naval de La Algameca, según recoge La Verdad. Este barco no tripulado ya se encuentra operativo en puertos como el de Ceuta con el fin de llevar a cabo labores de vigilancia y seguridad portuaria.
En una nueva singladura, ya integrado dentro del sistema de combate de la Armada, el Vendaval cuenta con todo tipo de sensores a bordo que le permiten ejecutar misiones programadas de vigilancia, principalmente. También cuenta con cierto grado de autonomía en maniobras rutinarias como el atraque y desatraque.
Dron con paneles
El cuanto a la parte aérea, el dron que ha participado en las maniobras frente a la costa murciana ha sido el Marine Instruments M5D Airfox. Se trata de un vehículo aéreo no tripulado (UAV, de sus siglas en inglés) especialmente diseñado para ejecutar labores de vigilancia y apoyo embarcado a la Armada. Aunque también tiene la posibilidad de realizar vigilancia marítima operando desde tierra firme cerca de la costa.
"Su tecnología dual le permite asumir con gran eficacia misiones de vigilancia, seguimiento y detección de objetivos", señala Marine Instruments en su página web. "Los paneles solares y baterías que le suministran energía ofrecen gran autonomía y sigilo en misiones operativas y de seguimiento".
Tiene una autonomía de entre 1,5 y 9 horas, dependiendo de las condiciones climática y posee 2 metros de envergadura que se traducen en algo menos de 4 kilogramos de peso. Su motor le permite volar a una velocidad de entre 25 y 45 nudos (46 y 83 kilómetros por hora).