Bombarderos Tupolev y misiles X-22: la fórmula de Putin para atacar a Ucrania desde Bielorrusia
Rusia está empleando aeronaves Tu-22M3 y misiles como el Kh-22, el Daga o el Iskander para atacar posiciones ucranianas sin ser detectados.
4 julio, 2022 01:35El apoyo de Bielorrusia está siendo clave para la resistencia y las ofensivas ordenadas por Vladímir Putin sobre Ucrania. El ejército ruso tiene en ese país una base de operaciones muy importante desde donde ejecutar ataques a suelo ucraniano, los últimos días especialmente enfocados en Kiev con el lanzamiento de misiles y el empleo de bombarderos Tupolev que las defensas enviadas por la OTAN, incluida España, son incapaces de repeler.
"Rusia reanudó los ataques con misiles Iskander desde el territorio de Bielorrusia y, por primera vez, utilizó bombarderos de largo alcance Tu-22M3 desde espacio aéreo bielorruso", según informaron las autoridades militares ucranianas hace unos días.
El parte del ataque se completa con el conteo del lanzamiento de más de 50 misiles desde tierra, mar y aire. En particular, "el enemigo disparó misiles X-22 desde aviones Tupolev Tu-22M3 y utilizó sistemas Iskander y Tochka-U ubicados en tierra".
La ofensiva se completa, según las mismas fuentes militares, con el disparo de misiles de crucero tipo Kalibr. Un modelo muy específico especialmente diseñado para su despliegue desde entornos marinos y que ha demostrado ya su potencial a lo largo de los últimos meses.
Bombardero Tupolev
Eran principios de los años 60 y la Guerra Fría marcaba el compás de los desarrollos militares a ambos lados del océano Atlántico, con una especial predilección por los aviones bombarderos. En el lado soviético, un recién presentado Tupolev T-22 realizaba sus primeras misiones con un resultado nada satisfactorio desde el punto de vista tecnológico.
La velocidad del T-22 era 100 kilómetros por hora mayor que la de su inmediato antecesor y la aerodinámica tendía a chocar el cono de cola en esta maniobra tan delicada. Tampoco demostró una gran fiabilidad en las primeras horas de vuelo y la propia oficina de diseño de Tupolev comenzó a trabajar en una actualización por mandato de Moscú.
En poco más de 5 años, lograron diseñar un sustituto y los servicios de inteligencia de Estados Unidos consiguieron fotografiarlo por primera vez en 1970, ya bajo el nombre de Tupolev Tu-22M. La versión Tu-22M3 entró por primera vez en servicio en 1989 en los últimos compases de la Unión Soviética y, posteriormente, ha conformado el pilar bombardero de las Fuerzas Aéreas de la Federación Rusa.
Las principales diferencias del Tu-22M3 respecto a la versión anterior son la incorporación de nuevos motores sensiblemente más potentes, un radar más avanzado y ciertos retoques aerodinámicos que consiguen aumentar la velocidad máxima y la autonomía un 33%. Posteriormente, se han ido actualizando con nuevos equipos como ordenadores de vuelo, aviónica, sistemas de navegación...
Cada uno de los bombarderos necesita una tripulación de 4 personas que se acomodan en la parte delantera de la aeronave. Cuenta con 42 metros de largo por 34 de envergadura cuando tiene las alas totalmente desplegadas en posición de baja velocidad. A velocidades superiores las alas se repliegan formando una flecha con el fuselaje del Tupolev dando unos 23 metros de envergadura.
Las 126 toneladas de peso máximo al despegue están asistidas por un par de motores de reacción NK-25 —en la versión 22M3— que ejercen un empuje de 248 kN con el posquemador activados. Consigue una velocidad máxima cercana a 2 veces la del sonido correspondiente con 2.000 kilómetros por hora, según las fichas técnicas.
Puede alcanzar un techo de vuelo de 13.000 metros con una autonomía en modo combate de 2.500 kilómetros con una configuración típica de 10.000 kilogramos de armamento a bordo. Aunque puede llegar a los 6.000 kilómetros sin repostar.
En un primer momento, se diseñó para poder realizar repostaje en pleno vuelo mediante una lanza en el morro de la aeronave, pero se desinstalaron debido a las Conversaciones sobre la Limitación de Armas Estratégicas (SALT) llevadas a cabo entre la Unión Soviética y Estados Unidos durante los años 60.
Misiles X-22 y Daga
"Cabe señalar que los misiles X-22, Onyx e Iskander son objetivos extremadamente difíciles para los sistemas de defensa aérea utilizados por las Fuerzas Aéreas de Ucrania", según señalaron las autoridades militares ucranianas a raíz de los últimos ataques con Tu-22M3.
El X-22 es un misil antiembarcación desarrollado en la era soviética que lleva desde 1962 protagonizando algunas de las operaciones militares tanto de disuasión como de ataque. Es, además, una de las plataformas nucleares favoritas de la actual Rusia y cuenta con integración con los bombarderos Tupolev.
También conocido como Kh-22, tiene un radio de operaciones de 600 kilómetros a una altitud que puede llegar a los 27.000 metros. Cuenta con un motor de combustible líquido y emplea un sistema de guiado por inerciales y un radar activo para la fase terminal antes de alcanzar el objetivo.
La carta de armamento a bordo del Tupolev se complementa con bombas FAB-500, misiles Kh-15 y una de las últimas incorporaciones: Kh-47M2 Kinzhal. El Kinzhal o Daga es un misil hipersónico que el Kremlin ha probado en la invasión de Ucrania, posicionándose como una de las armas más potentes de todo el arsenal ruso.
Emplea un motor especialmente diseñado para trabajar a velocidades hipersónicas que le permite penetrar en las defensas aéreas actuales. Comparte el sistema de propulsión con el misil Iskander —otro de los protagonistas de los últimos días— y está diseñado para acarrear ojivas nucleares, según reportó la agencia gubernamental rusa TASS.
Las especificaciones técnicas del misil Daga son uno de los secretos mejor guardados del Kremlin. Algunos reportes indican que cuenta con un techo de vuelo que llega a los 400 kilómetros de altura, y es capaz de recorrer una distancia de 3.000 kilómetros a una velocidad de entre 12.000 y 14.000 kilómetros por hora.