La actividad dentro de un portaviones es muy delicada, ya que los pilotos se enfrentan a despegues y aterrizajes complejos. Para facilitar estas maniobras, últimamente se han visto innovadores diseños. Por ejemplo, en España se usa el despegue vertical, incluso se está incrementando el uso de drones, aunque siempre bajo control humano de forma remota. China ha querido ir más lejos, fabricando el primer portaviones semiautónomo cargado con una flota de vehículos acuáticos y aéreos que controlará el propio barco mediante inteligencia artificial.
En pleno océano Pacífico, un gran buque despliega varios equipos sumergibles con los que estudiar el entorno en busca de materiales o enemigos. De su hangar también despegan aviones y drones. Todo un desfile que esconde una peculiaridad hasta ahora insólita: no se ve a ninguna persona dentro del buque o pilotando los equipos de exploración.
Se trata del Zhu Hai Yun, el primer portaviones inteligente del mundo, que se ha presentado en sociedad en China. Un carguero de unas 2.000 toneladas que sirve de centro de control inteligente de una red de exploración científica de más de 50 equipos entre sumergibles, drones, aviones y otros vehículos no tripulados. El objetivo es cubrir en tres dimensiones un área marítima de cientos de kilómetros por mar y aire. Por si se ve atacado, también tiene capacidad defensiva.
Exploración semiautónoma
Los primeros barcos autónomos comenzaron a surcar las aguas hace un lustro, pero su utilización en la industria marítima sigue siendo muy residual, como ocurre en el sector del automóvil. El nuevo navío de China no puede presumir de ser 100% autónomo, aunque eso no le resta relevancia.
A diferencia de otros buques que sí cuentan con inteligencia artificial para manejarse en entornos tan complejos como puede ser un puerto, el Zhu Hai Yun saldrá a altamar dirigido desde Tierra mediante control remoto. Una vez se encuentre en aguas abiertas, los sistemas inteligentes tomarán el control del barco para seguir con la misión.
Aquí es donde radica la espectacularidad de lo proclamado por China y que se puede ver en un vídeo del medio South China Morning Post en forma de ilustraciones. Sin necesidad de intervención humana, el carguero se dirigirá a sí mismo al mismo tiempo que controlará el resto de sus flotas de equipos no tripulados, un enjambre de drones, aviones, sumergibles y otros vehículos.
Las maniobras en portaviones son unas de las más complejas a las que se tiene que enfrentar cualquier piloto militar durante toda su trayectoria profesional. De ahí que la idea de controlar un equipo tan diverso sin ayuda humana puede suponer un salto cualitativo en este sector. De momento, China no ha demostrado las bondades que atribuye a su portaviones inteligente.
La compañía en la que ha recaído este proyecto, la empresa china Zhuhai Yunzhou Intelligence Technology, asegura que el barco está equipado con todo lo necesario para desplegar sus propios barcos, submarinos y aviones. Podrá lanzarlos en misiones de vigilancia y exploración, comunicarse con ellos y coordinar diferentes maniobras.
Dentro de la flota, los equipos podrán alimentar sus necesidades energéticas mediante combustible diésel, energía solar o energía hidráulica. Habrá submarinos, boyas inteligentes, equipos de observación submarina o planeadores, todo para tener controlado cada centímetro de la superficie del mar, de sus profundidades o del aire.
Para hacerse una idea del alcance de la coordinación entre equipos no tripulados, los drones pueden despegar y aterrizar en la cubierta del buque. Una de sus funciones es recuperar los botes y submarinos una vez que hayan terminado de hacer sus rondas.
El Dr. Zhang Yunfei, fundador y presidente de Zhuhai Yunzhou Intelligence Technology, explicó el año pasado, cuando se iniciaba la construcción del portaviones: "El sistema en red abarcará unos 100 kilómetros de diámetro, cuatro kilómetros en el aire y cuatro kilómetros en la superficie del agua, cubriendo un área 3D en el mar".
Pruebas en altamar
La construcción se inició en julio de 2021 en el astillero de Huangpu Wenchong en Guangzhou, al sureste de China, para el laboratorio de ciencia marina de esa región. El buque que muestra SCMP en el vídeo dista mucho del boceto original que presentó la compañía tecnológica y la CSSC Huangpu Wenchong Ship para el Laboratorio de Ciencia e Ingeniería del Océano Austral de Guangdong (Zhuhai).
La nave tiene 88,5 metros de largo, 14 metros de ancho y 6,1 metros de profundidad, con un calado de diseño de 3,7 metros. Este gigante puede desplazarse a una velocidad máxima de 18 nudos y una velocidad económica de 13 nudos.
Aunque las autoridades a cargo del proyecto hacen énfasis en su finalidad científica como equipo de investigación semiautónomo, un buque de tal valor no se manda sin defensa a la inmensidad del mar. Por lo tanto, la nave cuenta con "capacidad militar para interceptar y expulsar objetivos invasivos".
Después de superar las pruebas en altamar, el navío estará listo para comenzar sus primeras misiones de exploración científica a finales de 2022. China aún no ha demostrado el control de este sistema inteligente enfocado, según explican, a un uso científico y no militar, aunque eso no impide que una vez probada la tecnología se aplique en otros sectores.
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