Más allá de espionajes y de ataques con misiles, los drones tienen el potencial de convertirse en verdaderos aliados para el día a día de las personas. En España, algunos proyectos ya están trabajando en aeronaves no tripuladas para ahuyentar aves de zonas delicadas como parques eólicos y ahora un equipo de la Universidad del Estado de Washington está con un sistema similar aplicado a la agricultura.
Según un estudio publicado en la revista Computer and Electronics in Agriculture, este programa pasa por diseñar un sistema capaz de proporcionar drones totalmente autónomos las 24 horas del día para disuadir a las plagas de aves, como los estorninos o los cuervos, que cuestan millones de euros al año en frutas picadas.
"Los productores realmente no tienen una buena herramienta en la que puedan confiar para disuadir a las plagas de aves a un precio asequible", ha comentado Manoj Karkee, profesor asociado en el Departamento de Ingeniería de Sistemas Biológicos de la Universidad Estatal de Washington y autor del estudio.
"Con más refinamiento y asociaciones industriales, este sistema podría funcionar". Para el estudio, los científicos llevaron a cabo dos líneas de investigación. Una para la detección de las aves y otra para el despliegue de drones automáticos, según recoge EurekAlert.
Para los primeros, el equipo de Karkee desarrolló un sistema de cámaras y algoritmos capaces de detectar e identificar a los pájaros invasores. Contándolos mientras volaban dentro y fuera de la plantación. El otro equipo, por otro lado, fabricó drones muy pequeños y los volaron sobre parcelas con aves simuladas.
"Los pájaros son realmente inteligentes", ha afirmado el propio Karkee. "A menudo encuentran formas de evitar los elementos de disuasión. No queremos un sistema que solo dure unos meses o años antes de que dejen de asustarse". Esto abre la puerta a incluir sonidos de llamadas de socorro o ruidos de pájaros depredadores para atacar por diferentes frentes.
"Podríamos hacer que los drones parezcan depredadores o que tengan hélices reflectantes que sean realmente brillantes", ha continuado. "Todos estos trabajando juntos probablemente mantendrían a las aves alejadas de esos viñedos y campos". También indica que necesitan investigar esto durante los próximos años para conocer mejor su comportamiento.
La investigación de la automatización del despliegue de drones es el tercero de una tanda de estudios universitarios realizados en los últimos años. El primero estudió cómo los drones pilotados por un operador son efectivos para ahuyentar aves, reduciéndolas a un cuarto.
El segundo mostró el impacto que puede tener espantar a las aves en el rendimiento de los cultivos. El equipo de Karkee realizó un seguimiento a los cultivos donde se estaban llevando a cabo estas maniobras de disuasión y vieron que los campos tuvieron alrededor del 50% menos de frutos dañados.
Actualmente, los planes de Karkee pasan por reunirse con productores agrícolas, empresas tecnológicas y otras partes interesadas para avanzar con las investigaciones hacia un sistema de drones automatizado disponible comercialmente. "Se necesita tiempo. Pero los resultados hasta ahora son emocionantes".
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