La salida le está quitando a la sangre parte de su protagonismo en materia sanitaria. A través de los análisis de este fluido bucal los científicos trabajan para detectar un gran número de enfermedades o deficiencias sin recurrir al pinchazo que se requiere para extraer sangre, también como sustitutivo del incomodísimo raspado nasal tan usado en España durante la pandemia. Por ejemplo, a través de la saliva es posible analizar el nivel de deshidratación de un recién nacido y si el análisis se realiza en tiempo real como permite este nuevo chupete electrónico, se pueden tomar medidas con más rapidez.
Científicos de la Universidad Estatal de Washington han incorporado toda una serie de componentes electrónicos a un chupete comercial con este propósito. Además de calmar al bebé, el aparato sirve como laboratorio portátil y conectado que registra durante todo el día la salud del pequeño, en concreto, para alertar con tiempo de su grado de deshidratación.
"Normalmente, en un entorno hospitalario, extraen sangre del bebé dos veces al día, por lo que solo obtienen dos puntos de datos. Este dispositivo es una forma no invasiva de monitorear en tiempo real la concentración de electrolitos de los bebés", explica Jong-Hoon Kim, profesor asociado de la Escuela de Ingeniería y Ciencias de la Computación y director del proyecto.
Sin pinchazos
Principalmente enfocado en bebés prematuros cuya vida depende en gran medida de la atención que reciben durante su primer mes, el chupete facilita la acción rápida de los sanitarios ante un principio de deshidratación. Para ello se necesita controlar con frecuencia su nivel de electrolitos, si el nivel es bajo significa que el recién nacido presenta un cuadro de deshidratación, un problema muy común en pacientes de esta edad y muy peligroso.
Sin embargo, como explican en el estudio, hasta ahora lo habitual es acceder a estos datos mediante el análisis de sangre, lo que implica pinchar al bebé varias veces al día. Como alternativas se han desarrollado otros métodos para analizar la saliva de los bebés, pero "involucran dispositivos voluminosos y rígidos que requieren una recolección de muestras por separado" explican desde WSU.
El chupete, por el contrario, es un aparato ligero y agradable para el paciente, que ya se está usando para calmar al bebé. Con la nueva tecnología, además, aporta un análisis completo del nivel de electrolitos que envía directamente a los sistemas informáticos del hospital.
¿Cómo funciona?
Los investigadores partieron de un chupete comercial sencillo y le aplicaron un circuito de sensores flexible en la parte trasera y dentro de la tetina que chupa el bebé. A medida que el pequeño succiona el dispositivo, la saliva se extrae de forma natural de su boca a través de la tetina y llega a una serie de canales de microfluidos integrados, es decir, que el propio diseño del chupete sirve como mecanismo de bombeo.
Después, los sensores dentro de esos canales analizan las concentraciones de iones de sodio y potasio en la saliva. El estudio constante se transmite en forma de gráficas a través de la conexión Bluetooth incorporada en el dispositivo a un teléfono para que el cuidador o sanitario pueda consultarlos rápidamente.
Según muestran las imágenes del informe publicado en la revista científica Biosensors and Bioelectronics, a la parte que está dentro de la boca solo es necesario realizarle una pequeña perforación por la que pasa la saliva, así el bebé no nota diferencia con los chupetes normales. Además, el componente más aparatoso es la batería recargable que se puede ver en una esquina. Cada vez se diseñan baterías más ligeras para incluir en dispositivos minúsculos, por lo que el equipo sería posible adaptarlo a cualquier modalidad de chupete.
Chupete reciclable
Tras su diseño y fabricación, el equipo de investigación puso a prueba su invento en varios bebes prematuros. Los resultados del dispositivo se compararon con muestras de sangre tomadas en la sección de neonatos y coincidían. El éxito de estas pruebas les conduce a una nueva fase del proyecto.
Además de realizar una prueba más amplia con la que demostrar con fuerte la eficacia del chupete, los investigadores quieren seguir mejorando su diseño, integrando componentes más asequibles y reciclables. Así será posible utilizar un chupete nuevo con cada paciente.
Inventos como este responden a una inquietud mayor de la comunidad científica: "A menudo ves imágenes de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) donde los bebés están conectados a un montón de cables para controlar sus condiciones de salud, como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal y la presión arterial", explica Kim. "Queremos deshacernos de esos cables".
También te puede interesar...
- Xiaomi tiene un práctico esterilizador de chupetes para llevar a cualquier lado
- Este calcetín inteligente para bebés te avisa con cualquier anomalía y ya se vende en España
- ¿Por qué llora mi bebé? Esta inteligencia artificial española puede darte todas las respuestas