Marcaban las 18:40 horas en España cuando el pasado 27 de septiembre Corea del Norte apretó el botón rojo. Desde un punto indeterminado del país asiático, un misil dirigido hacia el Mar de Japón surcó la costa este de la península haciendo saltar todas las alarmas del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. "Estamos manteniendo una postura de preparación", informaron desde el ejército surcoreano, haciendo referencia a posibles lanzamientos sucesivos. Algo que finalmente no ocurrió.
La calma tensa en la que está sumida la relación entre ambos países desde hace décadas no ha hecho otra cosa que empeorar en las últimas semanas. Con Kim Jong Un al mando, el ejército ha concatenado pruebas militares consistentes en lanzamiento de misiles. El último de ellos, el de la tarde de ese lunes, tuvo de protagonista a uno hipersónico y con capacidad de acarrear una ojiva nuclear.
Se trata del misil Hwasong-8, del cual no se conoce mucho debido al secretismo que siempre envuelve al país norcoreano en general y a sus pruebas militares en particular. Pero lo que parece claro, según los analistas, es que la aparición de este proyectil puede cambiar las reglas del tablero geopolítico de esa zona del mundo, con la siempre atenta mirada de Estados Unidos.
Saltándose el escudo
El espectro hipersónico se abre a partir de los 6.174 kilómetros por hora, el equivalente a 5 veces la velocidad del sonido o también llamado Mach 5. Las grandes potencias militares mundiales como Estados Unidos, Rusia o China se encuentran en pleno proceso de desarrollo de esta tecnología que promete cambiar el lanzamiento de misiles intercontinentales tal y como se conoce hasta el momento.
La principal baza de estos proyectiles hipersónicos es que son capaces de saltarse los sistemas antimisiles que actualmente están desplegados, incluso los de última generación. Una característica demasiado atractiva como para no invertir ingentes cantidades de dinero en su desarrollo.
Tanto Corea del Sur como Japón cuentan con escudos capaces de repeler ataques con misiles tradicionales pero, que se sepa, son incapaces de hacer lo propio con los hipersónicos. Si finalmente se confirma que el del lanzamiento de Corea del Norte es un misil hipersónico, "los sistemas de defensa de Corea del Sur y de Japón se vuelven casi impotentes", según ha dicho Loinel Fatton, profesor asistente de la Universidad Webster en Suiza e investigador de la Universidad Meiji en Japón, a CNN.
"Un misil hipersónico que puede derrotar a los sistemas avanzados de defensa antimisiles cambia las reglas del juego si se le acopla una ojiva nuclear", ha declarado Drew Thomson, exfuncionario del Departamento de Defensa de EEUU, al mismo medio. Quien también apunta que "tenerlo y quererlo no es lo mismo". Haciendo referencia a la complejidad de desarrollar algo tan tecnológicamente avanzado.
Sin declaraciones por parte de la cúpula militar de Corea del Norte, los únicos reportes que han trascendido provienen de la cadena de noticias estatal KCNA. "Los científicos de defensa nacional confirmaron el control de navegación y la estabilidad del misil en la etapa activa [de propulsión]", según reportó KCNA.
Han conseguido probar el sistema de maniobrabilidad durante el vuelo y la segunda etapa de planeo con la ojiva, según los mismos reportes estatales. Por su parte, los servicios de inteligencia militares surcoreanos han dicho que el misil parece encontrarse en un estado temprano de desarrollo y que pasará un tiempo hasta que pueda estar operativo.
"La prueba norcoreana del vehículo hipersónico probablemente fue un fracaso, dado que el vuelo registró una velocidad máxima de Mach 2,5", según ha comentado Chang Young-keun, especialista de misiles de la Universidad Aeroespacial de Corea del Sur, citando fuentes militares. Pero también es posible que una parte importante del vuelo quedara fuera del registro de los radares debido a que voló a un relativa baja altitud (unos 30 kilómetros).
Carrera hipersónica
La base técnica de los misiles hipersónicos los hace prácticamente indetectables a los sistemas que algunos países tienen desplegados para repelerlos. Y si logran finalmente dibujarlos en el mapa, los segundos restantes antes del impacto son tan escasos que las contramedidas no pueden hacer nada.
Mientras los misiles balísticos convencionales necesitan ascender a mucha altitud para ganar energía cinética con la caída, los hipersónicos pueden alcanzar mucha velocidad a menor altura gracias al empleo de cohetes. Al volar más bajo que los convencionales, los radares son incapaces de detectarlos hasta que es demasiado tarde y el impacto es inminente.
Bajo esa premisa, las tres grandes potencias militares del mundo llevan trabajando en sistemas hipersónicos varios años. Una de las últimas en llevar a cabo una prueba fue precisamente Estados Unidos, que informó de un total de tres lanzamientos de misiles durante la semana del 20 de septiembre en un lugar indeterminado de Estados Unidos.
Los encargados de la tecnología son los contratistas Raytheon y Northrop Grumman quienes lograron completar exitosamente el ensayo. Según el Pentágono, es la primera vez que un lanzamiento de este tipo da buen resultado desde el año 2013, poniendo en relieve la complejidad de esta tecnología.
A diferencia del Hwasong-8 norcoreano que recurre a un cohete y después al planeo, el ensayo estadounidense emplea tecnología HAWC que usa un sistema de propulsión continua como si de una aeronave se tratara. Consiguiendo así la velocidad deseada sin requerir una segunda fase de planeo.
"El misil, construido por Raytheon Technologies, fue lanzado desde un avión segundos antes de que su motor smcramjet (estratorreactor supersónico de combustión) fabricado por Northrop Grumman se pusiera en marcha", según reportó DARPA. Por su parte, desde la compañía apuntan a que "el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha identificado las armas hipersónicas y las medidas antihipersónicas como las más altas prioridades técnicas para la seguridad de la nación".
Rusia tampoco se iba a quedar de brazos cruzados y, de hecho, es una de las naciones más avanzadas en el terreno de lo hipersónico. Solo hay que remontarse a julio de este 2021 para registrar la última de las pruebas de misiles de este tipo llevadas a cabo por Moscú.
El objeto de estudio fue el misil Tsirkon (Zircón, en su traducción al español), que se lanzó desde el buque de guerra Admirante Gorshkov en el mar Blanco. Según reportó el propio Ministerio de Defensa ruso, el misil alcanzó 7 veces la velocidad del sonido e impactó contra un objetivo en la costa del mar de Barents a 350 kilómetros de distancia.
En cuanto a China, el gigante asiático ya ha realizado pruebas puntualmente de tecnología hipersónica, aunque una de las últimas publicaciones es todavía más sorprendente. "Diseñado para generar un pulso electromagnético capaz de borrar las líneas de comunicaciones y suministro de energía, el arma tendría un alcance de 3.000 kilómetros, aproximadamente la distancia desde la costa este de China a Guam", según recoge South China Morning Post.
Y lo conseguirá volando a seis veces la velocidad del sonido -que supera las cinco necesarias para ser considerado hipersónico- cubriendo esa distancia en 25 minutos. Esa es la última tecnología reportada, pero el país cuenta con otros muchos misiles capaces de romper la barrera de las 5 veces la velocidad del sonido.
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