Pinsoft, el invento español para reducir la fobia a las jeringuillas y aumentar la vacunación
Tres estudiantes españoles han diseñado este dispositivo para ocultar la aguja y ayudar a los pacientes con miedo durante las pruebas médicas y las campañas de vacunación.
29 agosto, 2021 01:37Noticias relacionadas
La tripanofobia o el miedo a las agujas es una fobia bastante común en España y a causa de que muchas personas hayan rechazado vacunarse contra la COVID-19. La ansiedad que sufren estos pacientes podría reducirse con Pinsoft un invento de tres estudiantes de la Universitat Jaume I.
Las personas que sufren este miedo pueden llegar a sentir taquicardias, sensación de asfixia y dolor de cabeza o en el pecho por la ansiedad que les produce simplemente pensar en las agujas. Este miedo, por muy irracional que sea, es muy incapacitante y pone en riesgo la salud de la persona que evita someterse a pruebas médicas o tratamientos necesarios.
Sofía Aparicio, Laura Martinavarro, y Juan Carlos Espert son los responsables de este diseño innovador que ha ganado el premio nacional de la Fundación James Dyson Award de este año. Juan Carlos cuenta a OMICRONO que se han basado en sus propias experiencias y la de compañeros para diseñar esta solución.
¿Cómo funciona Pinsoft?
"Queremos cambiar el concepto de lo que es la jeringuilla en general" explica. Pinsoft, su invento, es un dispositivo pensado para cubrir la jeringuilla y la aguja y presentar el instrumental médico de una forma más amable al paciente.
En primer lugar, Pinsoft oculta la aguja y la jeringa para que el paciente no pueda verla. Su forma cilíndrica esconde la jeringa con el medicamento en el interior, se puede adaptar a inyecciones intravenosas, intramusculares, subcutáneas o intradérmicas. En segundo lugar, se evita que el paciente sienta el pinchazo de la aguja. Rodeando la aguja, una buena cantidad de palillos de punta redonda llamadas spikes, dan toques en el brazo.
"Las púas tratan de masajear la zona alrededor para engañar a la mente" explica Juan Carlos y pone como ejemplo un video viral en el que un médico canta a un bebé mientras le da toquecitos con la jeringuilla por las piernas y los brazos para distraerle. Al final el pediatra, destapa la aguja y aplica la inyección sin que el pequeño se percate del pinchazo.
Lo que para muchos es un simple pinchazo, para las personas con tripanofobia es un dolor difícil de soportar que incrementa el miedo a este tratamiento. Incluso existe la algofobia que se define como miedo al dolor por muy leve que este sea.
"En la universidad conocemos gente que estudia enfermería y medicina que nos han ayudado con su experiencia en prácticas o incluso en clase", dice. También en la profesión médica puede haber personas que no se sientan a gusto con las agujas y este dispositivo les facilitaría el trabajo.
Los creadores de Pinsoft se plantean ahora la posibilidad de convertir su idea en realidad. "Nos gustaría mucho que alguna empresa u organización se interesarán por el proyecto y nos ayudarán a sacar el producto que, al final, es algo que consideramos muy importante" asegura Juan Carlos.
A por el premio internacional
Pinsoft nació como un trabajo más de la carrera de Diseño Industrial y Desarrollo de Productos que están cursando estos tres estudiantes, pero la idea les ha servido para ganar el primer premio a nivel nacional de la Fundación James Dyson. Este concurso persigue animar los futuros ingenieros a aplicar sus conocimientos tecnológicos para encontrar soluciones innovadoras que puedan mejorar la vida de las personas.
El equipo recibe un premio de 2.350 euros y, junto a los otros dos finalistas, pasan al siguiente nivel del concurso para ganar el premio internacional. No es un reto imposible, el año pasado España ganó el concurso a nivel global con The Blue Box, un invento de Judit Giró, estudiante de ingeniera biomédica catalana que diseñó una caja para analizar muestras de orina en casa con la que detectar el cáncer de mama más rápido.
Este año, otros dos proyectos han quedado finalistas detrás de Pinsoft. El segundo premio ha sido para el proyecto Athos, el primer zapato de escalada personalizado que se fabrica mediante impresión 3D. Y por último, el tercer puesto ha sido para Laino, un vehículo eléctrico de una sola plaza, que utiliza energías renovables.